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ALFREDO INFANTES DELGADO "De la poesía inquietante |
2025-09-07
Matías Escalera Cordero
Yo conozco a muchos compañeros que querrían ser escritores rojos, pero de éxito, y salir en Babelia, que les hiciesen entrevistas en El País o en la SER y todo eso. Pero o eres un escritor crítico, rojo o libertario, o sales en El País o en Babelia, las dos cosas no pueden ser; no pueden ser de verdad, claro. Si tú haces una literatura con consecuencias, no puedes pretender salir en Babelia ni en la lista de los más vendidos (aunque el sistema es tan potente en su capacidad de fagocitar disidencias y laminarlas, que lo mismo te convierte en tendencia, o como se diga, en Internet).
Ea, pues ya tenemos claro de qué va Matías Escalera Cordero, porque en estos momentos de tinieblas y zozobra social; en estos momentos de anemia cerebral y hemorragias verbales por doquier, es bueno escuchar la voz de poetas como este madrileño del 56, autor muy completo cuya obra abarca desde la poesía y la narrativa, hasta la crítica y el ensayo o el teatro, entre otras bastantes actividades, la enseñanza entre ellas.
Tiene media docena de poemarios publicados, el último en este mismo año: Grito y realidad (2008), Pero no islas (2009), Versos de invierno: para un verano sin fin (2014), Del amor (de los amos) y del poder (de los esclavos) (2016), Recortes de un corazón herido: por la esperanza (2019) y Requiem y Exaltación (2025), muy recomendable este último. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y ha sido incluida diferentes poemarios y libros colectivos, además de ser antologada dos veces.
Es un poeta adscrito a la corriente de la conciencia crítica, otra voz del extremo; recoge el testigo de una poesía incómoda, aquella que hay que leer dos veces para reflexionar y entender exactamente qué mensaje trasciende de cualquiera de sus versos. A través de una lírica de aspecto aparentemente narrativo, pero de incuestionable densidad, Matías Escalera disecciona la quimera o sentimiento real de la esperanza. Cierto aire de desengaño y derrota sobrevuelan todos sus versos: el dolor por el paso del tiempo, por las batallas no ganadas y por los maniqueísmos estériles. Contempla con desolación que todo aquello por lo que la gente común ha luchado durante tantísimo tiempo acaba muchas veces diluyéndose en el agua del libre mercado, aunque, al final, algo que merece la pena preservar, aunque no siempre sea así, prevalece.
Nos dice también Matías: Yo siempre he combinado la militancia social y política con la escritura. O con la enseñanza. Para mí la enseñanza es un hecho político también, y me enfrento a mi actividad docente desde un punto de vista político. Por eso he luchado y lucho por la escuela pública, por un determinado modelo de escuela pública, por un determinado modelo de currículum, por un determinado modelo a la hora de expresar o desarrollar ese currículum. Cuando escribo, escribo de determinada manera, pero, al mismo tiempo, actúo socialmente, me vinculo a opciones políticas cercanas a los objetivos que considero apropiados en cada momento. Fui miembro del Partido Comunista muchos años,... He colaborado y colaboro con todo el espectro de la izquierda, desde la izquierda libertaria a la socialista...
Y para corroborar todo esto, aquí os dejo algunos de sus poemas (podéis seguirlo en su web https://matiasescalera.com ):
Gaza/Auschwitz. Los niños y los burritos/cebra
Una vez vi cómo en el zoo de Gaza habían pintado con rayas blancas unos burritos para que los niños pudieran ver cómo eran las cebras…
Qué idea tan maravillosa… … y tan maravillosamente tierna Qué imaginación tienen los pobres (escribí un día acerca de los niños de las favelas de Río…)
Supongo que los niños de Gaza ya no pueden contemplar sus burritos/cebras… Supongo que ya no habrá burritos/cebras…
Y tampoco niños… (¿habrán muerto abrazados a sus burritos/cebras…?)
Dicen que alguien dijo que después de Auschwitz ya no habría poesía
¿La habrá después de Gaza…? Después de la matanza televisada de niños y de burritos/cebra…
***
Graffitto
Dicen: Patria -patrón patraña- y exhiben cadáveres profanados.
Dicen: Nación -paredón celebración- y creen justificada la soledad de sus víctimas.
Dicen: Dios -deuda deudor- y descoyuntan al hombre sumiso.
Agitan banderas -banderolas bandidos- cuando repiten: Dios Patria Nación y tiemblo.
***
000–59 / rosenquist, una mujer barriendo, el arte
000–59 (Rosenquist: Guggenheim) Es una/otra más de las múltiples matrículas del arte Ninguna contiene (pienso ahora mientras la contemplo de lejos) tanta dignidad contenida como el gesto de esa mujer barriendo su casa a las once de la noche (después de una/otra más dura jornada) mientras su marido llora lágrimas rojas (y piensa quizás en su muerte)
000–59 (un cadillac: el MOMA y todos los amos del universo tomando champagne y felicitándose por el éxito obtenido) Y la mujer barriendo su casa (aún) a las once de la noche (mientras su hombre piensa en la muerte) y el arte (y la mujer/y Rosenquist/ y el champagne/y el éxito obtenido/y la muerte) y las lágrimas (rojas) todo es arte (quizás) pero no todo posee la misma dignidad (aún)
muros más altos
Muros más altos levantaréis y no impediréis arribar A las nubes que llegan del mar Como buques cargados de sueños
Ni ocultar el despertar de los durmientes Que se desperezan Que miran y sienten apenas el deseo de la lluvia
***
Poema descartado
Lo peor del grito no es el grito en sí mismo Sino que nadie lo escuche (o que coincida con la hora del silencio)
Que no obtenga siquiera la recompensa De lo inerte
El eco
***
Presunciones erróneas de los esclavos A Galbraith
Ellos saben todo… Ellos lo pueden todo… … Quién no ha escuchado el chispeo de los primeros copos Secos Sobre las hojas muertas… Y su instantánea disolución en las negras aguas De los charcos… Quién no se ha agazapado bajo el oblicuo tronco A mirar (en cuclillas) Y a escuchar… Quien haya mirado… Quien haya escuchado… El mundo (los copos caer) No tendrá miedo … Lo que parece muerto anuncia la vida
***
A los demás
Hoy ha habido nuevos asesinatos… Nada de lo que yo diga –o escriba– evitará ningún muerto Ninguna lágrima (ni siquiera compensará la pérdida de una hora extra sin pagar y mucho menos de una jornada de interminable e irritante despojo) … … pero ése no es –no era– el problema
***
Islas no
No somos islas (islas no –gotas oceánicas– islas solas: islas –briznas– solas no –contra los vientos– islas –sitiadas: migas de polvo– islas no)
No (no somos islas solas –exhalaciones– islas –destellos– dispersas solas islas no –contra las negras tempestades– desperdigadas islas no –gotas: en océanos– islas aisladas no)
No somos islas (sitiadas pizcas –dentelladas– de polvo: aisladas islas –briznas– islas islas –hebras– aisladas islas solas islas islas –no– solas islas cercadas –arrinconadas: quizás– contra los vientos grises pero islas solas no)
Olas solas (perdidas olas –olislas– motas: girones oceánicos: sí pero no islas)
Barridos –dispersos: desconcertados– por el Huracán (sí pero no islas: islas no)
***
Previsible futuro
No hay nada tan alentador como el murmullo De los niños Jugando en un patio de colegio
No hay nada tan desalentador como sus futuros (previsibles)
***
El secreto de los veraneantes ciegos
Insiste –bañista– mira fijamente Al sol (pero sin bronceador ni protección)
Atrévete
A piel corazón descubiertos…
No apartes la vista (insiste con el dominical en la mano o con el vaso refrescante: pero sin protección)
Tal es el secreto que te espera
Insiste –veraneante– hasta la oscuridad…
Hasta la ceguera irremediable
Entonces –ya verás– habrás dejado de estar solo Y el verano (el sol) Tendrá –por fin– sentido
Y te acompañarán (en ella: en esa cegadora cauterizante oscuridad) Aun sin que lo sospeches Millones
***
Los cinco sentidos
Si miras: ves (el mundo…) Si escuchas: oyes (los gritos…) Si olfateas: hueles (a descomposición…) Si tocas: rozas (el filo cortante…) – No la piel Si pruebas: saboreas (la sangre: por ejemplo) ... y escupes (pero) No es la sal del mar…
Pasar el invierno no es lo peor
(… es el final del otoño) La vida entera se dirige a su extinción Definitivamente (aunque) Quizás no todo esté tan claro: visto el asunto Desde una terraza de verano… – Es así en efecto y quien esté ya ciego lo sabe … Es aún más duro el invierno: comprobar la lentitud de la muerte… – Y aguantar el barro y la lluvia… (… lo dicen: en efecto) Es duro pasar el invierno Y ser testigos del pesado transcurrir de lo acabado… (mas) Esperar Esperar a que llegue el verano es aún peor… La esperanza del verano (ah la Esperanza…) … y el doloroso cansancio de la espera: al fin para nada…
***
Amor sin contemplaciones
Las cosas suceden así…
Un día uno (quizás confuso o cansado) se va y el otro Espera
Pasa el tiempo y otro día el otro se va (quizás confuso o cansado también) y el uno Espera
Y es que uno u otro (o ambos: a un tiempo) Saben Sospechan en realidad que el regreso puede durar una vida Entera…
O que tal vez –lo más probable– no haya jamás ningún regreso…
Y aun así deciden (al menos uno: o lo deciden ambos el uno y el otro) Esperar
***
Tristeza
¿Qué viene luego del engaño y de la mentira…?
… el abatimiento: dicen…
…
(… el abatimiento y un cansancio irreparable...) O no te has dado cuenta De lo triste que es la lucidez…
***
¿Y ellas? A Marisa González. Fotógrafa A Ángeles García. Periodista
Son más de ciento cincuenta mil…
Son mujeres filipinas Y trabajan veinticuatro horas (cada veinticuatro) Seis días de seis Y al séptimo descansan… (doce horas de veinticuatro: aproximadamente…)
Es en Hong Kong
Sí Son ciento cincuenta mil mujeres filipinas que trabajan Veinticuatro horas al día durante seis días a la semana Y que descansan doce horas aproximadamente El séptimo día…
Es en Hong Kong y toman su centro financiero Doce horas –aproximadamente– cada domingo del año…
Ciento cincuenta mil mujeres filipinas que toman El centro financiero de Hong Kong Durante doce horas –aproximadamente– cada domingo Del año…
Y llevan años haciéndolo…
Todo sucede a la sombra del emblemático rascacielos De Norman Foster…
Y bailan Y charlan Y lloran Y sacan sus pequeñas esteras para jugar al bingo Y se encierran en sus diminutas casitas de cartón Y vuelven a llorar Y se recogen con su dolor y con su soledad Durante horas (o durante minutos…)
Y luego lían y apilan sus paquetes… Y los acarrean
(… entre todas también: los paquetes…)
Y los envían religiosamente a sus familias…
(… cada una su paquete…)
Son ciento cincuenta mil mujeres filipinas las que toman El centro financiero De Hong Kong Doce horas –aproximadamente– cada domingo
Sucede a la sombra del emblemático rascacielos De Norman Foster Y trabajan veinticuatro horas de cada veinticuatro Durante seis días a la semana… |
Y se miran y lloran y vuelven a mirarse Hasta que se reconocen y recuerdan que fueron otra cosa…
Y entonces juegan al bingo Charlan y ríen (ríen a veces: o muchas veces tal vez…) Y se aíslan solas En grupos Minutos Horas En sus pequeñas casitas de cartón
Y terminan liando y apilando Y acarreando Los consabidos enormes paquetes que todos los pobres Del mundo Embalan y lían y apilan sin descanso para sus familias…
Son las ocho de la tarde y se despiden puntualmente…
Deshacen sus casitas de cartón Se miran y graban sus rostros de cuando eran otra cosa…
… hasta el domingo que viene al amanecer…
Se enjugan las lágrimas y guardan las fichas y las cartulinas…
Y callan Y se dan la vuelta y se dispersan…
Y desaparecen… (y a la mañana siguiente en el centro financiero de Hong Kong a la sombra del emblemático rascacielos de Norman Foster no quedará rastro alguno de su paso en medio del bullicio y del trasiego de dólares de yuanes y de libras esterlinas…)
¿Se acuerdan ellas del amor? …
Y los trabajadores que se suicidan –de una sola vez: en las factorías de Apple o Dell o Hewlett-Packard– para garantizarse La indemnización Que salve la vida a sus familias… O las mujeres que son violadas en Huelva mientras recogen Fresas… o los esclavos sin geografía precisa…
¿Qué piensan ellos del amor?
Sus amos Sus verdugos
O los aseados ejecutivos del centro financiero de Hong Kong Que cada lunes toman El territorio de las lágrimas y del dolor…
¿Conocen ellos el amor? O recuerdan acaso ellos también La palabra…
***
Nunca traiciones a los tuyos (excusas para no hacer lo que hay que hacer)
Un tarde de aguanieve… (no sé por qué aún recuerdo ese detalle…) Siendo niño Oí a alguien decir a mi lado… (tal vez fuese un vecino: no recuerdo en cambio ese detalle…)
…nunca traiciones a los tuyos…
Hablaban –creo– de antiguos muertos sin enterrar… El caso es que casi olvidé a aquellos muertos: pero nunca Aquella afirmación tan rotunda E imperativa… Así Cuando me digo… … ya he luchado mucho… (y tal vez sea verdad…) Sé que es una excusa Y me respondo… …nunca traiciones a los tuyos…
Y cuando caigo en la tentación... (tan ruin por otra parte…) Y pienso… … no les voy a regalar ni un día más de jornal… Sé que es una excusa Y me respondo… …nunca traiciones a los tuyos…
Y cuando me digo… … ¿quién se ocupará de los chicos…? (pero no pienso realmente en ellos…) Sé que es una excusa Y me respondo… …nunca traiciones a los tuyos…
Y cuando asevero… (sin verdadera convicción: eso sí…)
… La huelga no va a mejorar las cosas… O … Ya hicimos muchas huelgas y no han servido para nada… O … irán muy pocos al final… O … esto en realidad a mí no me afecta…
O cuando alardeo… (como un imbécil…)
… para quemar el Parlamento… … pero para una simple huelga ni me llaméis… Sé que son excusas Y me repito… (una vez más…) …nunca traiciones a los tuyos…
Sí (es verdad: no vamos a discutirlo ahora…) Se está mejor en casa Junto al televisor y olvidado de todo…
… y que los hijos se las apañen solos con su futuro… … como hemos hecho todos…
Sí (es verdad: no vamos a discutirlo ahora…)
… todos son iguales...
Pero sé que esta también es una excusa Y me digo… …nunca traiciones a los tuyos… (mira: cae aguanieve y hace frío…)
***
Antes de la fractura (A Fermín Salvochea)
Antes de la gran fractura hubo un sueño Común
El de los derrotados… El de los vencidos… El de los derrotados vencidos… El de los derrotados que se resistían a ser vencidos…
(e incluso) El de los vencedores realmente vencidos Aunque no lo supieran
De ese tiempo vienes y desde ese tiempo Nos contemplas: hermano (y desde el peñón de Vélez y el destierro)
A distancia cálida y cercana
Y aquí estamos ya fracturados (aún: a pesar de las victorias y a pesar de las derrotas y a pesar del mutuo estéril exterminio: a menudo…)
Aquí estamos: unos pocos Sí O tal vez muchos Evocando el día del sueño común (y anticipándolo…)
… el de los derrotados… … el de los vencidos… … el de los derrotados vencidos… … el de los derrotados que se resisten aún a darse por vencidos…
(e incluso) El de los vencedores realmente vencidos Aunque no lo sepan
Salud Hermano Bendícenos con la cordura y la santa ira…
***
Abriéndose paso (contra el olvido) A Gabriel Celaya A la multitud de este mayo
Grito o silencio (o rumor de gentes o murmullo de laboreo inquieto y de esclavos) Y el deseo en ciernes De historia...
Sí Se está abriendo paso: no se sabe aún qué Sólo que es (o grito o silencio o rumor soliviantado de los esclavos) Algo vivo y diligente En medio de la muerte y de la pereza
Esa es nuestra esperanza: un abrazo fuerte e interminable A lo vivo (y a lo activo) Al grito Al murmullo laborioso de los esclavos inquietos Y al deseo de historia...
Un brío irresistible contra la muerte... O contra el olvido... ... a pesar de todo... ... quién lo iba a decir: un arma cargada de deseos... ... que apunta al futuro.
*** La clase obrera se lamenta
Todo es ruina y agotamiento a nuestro alrededor... Dentro y fuera de nuestros cuerpos... Dentro y fuera de nuestras almas…
[Silencio] ¿Para cuándo el descanso y la reparación...?
Los héroes de la clase obrera -que recuerde- no se lamentan: actúan...
No somos héroes: tan solo seres agobiados...
Por eso justamente: seres pequeños y agobiados la rutina os salva y os consuela de vuestra insignificancia... La rutina os protege de la aterradora verdad...
Sí. En eso acaso tengas razón... Huimos del espanto de tiempo vacío. Y de las palabras...
[Silencio] Y del pensamiento inoportuno...
***
Poema del esclavo II
La ira fragua pausada y lentamente...
La ira es parsimoniosa y su curso sinuoso...
Pero nos alcanza al final y es implacable...
Cuando la cerviz se enderece y no temamos La contemplación de La luna De La belleza
***
La clase obrera recuerda otros tiempos
Una vez pedimos pan y rosas...
Ahora ya da igual: queréis solo pan... Mejor sin rosas (y mejor aún con una buena loto o una buena apuesta en el garito de la esquina...)
[silencio] O depende de donde estén las rosas...
¿Tan prolongada ha sido mi ausencia?
***
El pobre hombre con el pan bajo el brazo
Soy sólo un pobre hombre con un pan bajo el brazo (es domingo)
Ya no sé nada... Qué voy a saber...
Si sólo leo los diarios dominicales Si sólo veo televisión con mi mujer en la cocina Si sólo riego las plantas de mi jardín (mira esas petunias como crecen) Si duermo intranquilo — pendiente de los pagos — y me despierto antes del amanecer
Si temo lo desconocido
Si también odio lo distinto y — como todos también — [quedar retenido en los atascos y en los ascensores] Si soporto pacientemente Las humillaciones...
¿Qué voy pues a saber?
Quizás no diésemos suficiente importancia a los gritos (pero quién no grita en esos tiempos...) No dimos suficiente importancia
A las señales: no sabíamos que pudiese pasar algo así En la puerta de al lado (a pesar de los gritos...)
¿No somos reyes absolutos de nuestra casa?
Yo sólo soy un pobre hombre Que va a por el pan — y los diarios dominicales — cada domingo por la mañana...
Lo primero fue el chillido de la ambulancia Luego los azules destellos Luego la manga ensangrentada (y el cadáver de él: y los uniformes...)
Escuchábamos juntos los lamentos (entonces yo puse atención a los que decían los pobres hombres con sus panes bajo el brazo: pues era domingo)
Fijaos ya no podremos regar las petunias hasta la tarde... [(decían) |
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