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ALFREDO INFANTES DELGADO
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2024-09-22
Isabel Rezmo
La maestra de Educación Infantil ubetense Isabel María Pérez Moreno, además de ser una gran poeta, también es crítica literaria, gestora cultural, presentadora de programas de radio relacionados con la poesía, colaboradora de diferentes revistas literarias y multitud de otras actividades formadoras más.
Ha sido traducida y publicada en varios medios, en papel y en digital en diferentes países, y ha sido invitada a varios certámenes poéticos nacionales e internacionales. Y también ha recibido bastantes premios.
Tiene ya publicados unos siete libros de poesía y un Manual de Iniciación a la Poesía que utiliza en sus numerosos encuentros con estudiantes o personas presas.
Dice Isabel Rezmo: La poesía se nutre de nuestra realidad. Vivir y sentir van de la mano. Otra cosa es la manera en la que lo expresamos, que puede gustar más o menos. O el estímulo o la situación que lo provoca. O que nos dirija a un sentimiento o a otro, a una pregunta, a otra… Yo creo que la palabra encierra multitud de realidades, que nosotros jugamos con el lector a que sea él el catalizador de ese mundo onírico, y subjetivo que encierra el poema.
Si queréis conocer más de ella, en la web varias reseñas y entrevistas con ella.
Y aquí os dejo, para que también los disfrutéis, algunos de sus poemas que más me han gustado:
Libélula
¡Levántate! Mujer del viento. Mujer libre de fuego. Mujer de hambre y sueños.
¡Levántate sobre la tierra!, sobre los surcos que abrazan olivares. Sobre las peñas, las simas.
¡Levántate! Galopa en el mediodía, en las fauces de un león, en la comitiva de todos los besos.
***
Me acuerdo
Me acuerdo de esos lirios, de unos detalles rondando las mañanas. De un pequeño descuido en los ojos. De ese temor de ser o no ser enteramente, y tu voz recorriendo la prisa por tenerme. me acuerdo de la marca de los coches. Un café amargo esperando mientras adolece el detalle de estar y no dejar las marismas vacías a tu encuentro. me acuerdo de cómo el delirio conduce a la destrucción o al amor.
***
Escucha. Solo mantén la calma. Está en el silencio. No sabe a nada. No dice nada. Pero brota del vientre de una rama que devora la savia en las venas. Escucha, amor. Va oscureciendo la lengua con su empuje. Cómo se agarra a la tráquea con su perfume. Cómo te besa sin sexo en el. pronombre. Cómo desnuda tus ojos En el viento. Escucha. El sonido es una palabra nacida en el perfume de un verbo dormido. La palabra es el tesoro que implora su libertad bajo tu fragua.
***
Saveur
¿A qué sabrá el poema? A un labio, a centímetros de tu boca, a nieve helada en el metro cúbico de tus formas. A veinte, a 40 maneras de amarme, antes que el limón se funda en una inercia magnética-
¿A qué sabrá la lengua con otra lengua, con otro paladar distinto que incorpora una cuenta sin término?
¿Qué sabor otorga la vida sin ti?
Los nublos atraviesan mi ventana. Como un desamparo en los rótulos de una cadera. O de un alfeizar entre las sierras.
¿Qué vida forjaré en el próximo segundo cuando todas las agendas pondrán un descaro entre el pisapapeles, la cuenta corriente, la espada o la barandilla al salir del portal? Todas las primaveras se extinguieron, todas las maneras de ingresar en nómina el mutismo entre las hojas.
Ni siquiera el invierno es un aliciente.
Di. Incesante como la miel.
¡Oh, mi razón se desboca como un pálpito¡
Trémula carne. Una voz. Ciega. Viscosa, lúgubre, proeza, puerto o locura. Mañana en azul entre la brizna del trigo.
¿A que sabe? ¿A qué?
***
Gozo
Soy un borde de descaro. Si miro tus ojos. Si miras los míos. Si maquillas tus huellas en mi cuerpo. Si pudieras. Si quisieras. Si estuvieras en este momento en mis brazos.
Soy una fragua moviendo las puertas. Híbrida de mansedumbre en mis tiempos. En mi rutina. Esperando a algo impensable que fuera locura. Que fuera vida. Que fuera plena. Despegando del labio a la carne. Bajando tu recta silueta hasta el vacío perfecto. Perfecta agonía. Perfecto placer. Perfecto gemido. Si pudieras. Si quisieras. Si estuvieras en este momento debajo de mis íntimos despropósitos. O encima de dos segundos escondiendo tu lengua. Escondiéndo la ceniza, Escondiendo la evidencia.
***
Tu beso
Tu beso es un cordel de pétalos en las laderas, que sabe a cielo cuando despierta su roce.
Retorna a su sitio en la fragancia del aire, de puntillas por el cuerpo, sobornando tu valle, |
rompiendo la escarcha, gritando tu nombre.
Tu beso encuentra mis labios y provocan el duelo, encienden lujuria y taladran el talle,
muriendo me encuentro por salvar su hambre.
***
Elíptica
Si el fuego quemara las gráficas, la muerte, los incendios personales. Todas las pandemias.
Si el fuego fuera la liberación humana, y la zarza que no se extingue bajo el suelo sagrado.
Si el fuego curara este virus silencioso, esta muerte en vida,
Esta macabra exigencia. Si la guerra no fuera una cifra, la oportunidad elíptica de un cuerpo. Si la guerra fuera el corazón desbocado, el ruido y el desorden de amarnos.
***
Las manos en tu vientre
Hoy encontré tu carne junto a la mía. Me resistía a probar el licor sin su montura. Probar las manos en tu vientre escarchado por el silencio de mis besos. No puedo cerrar los párpados sin verte en el seno de una esfinge.
No puedo trasladar todo mi cuerpo entre tus brazos, porque se me escapan sin balancearse. Es una suerte que me abrace a la vida, sin percibir el aliento de tus labios en el espejo de la noche.
Mi sudor se ríe como la fiebre de este remanso que atraviesa la espalda. Estaba en un momento que me declinaba: si bien entorpecer con mi lengua todo el fluido que sale de tu aliento; o palpar con la desesperación que provoca mi soledad. Porque al fin y al cabo, la soledad es un amante que se agarra a la insuficiencia de un vacío, llamándolo deseo.
***
Te anhelo, pero luego descanso
Tengo ansia de ti. Como esos nubarrones posados en el aire de un desafío. Tengo debilidad por ese rostro sin huellas, que duerme en el lecho de la memoria; mi memoria sin estigmas. Hace un frío que cala los huesos; es el miedo de que te evapores como un espejismo, espejismo dormido en oasis perdidos. Perdidos, amarillos, sin hojas, sin huellas. Temo. El temor de un diminuto segundo sin que pueda abrazarte. El espanto de no volver a sentir tus letras en el fondo de mi conciencia. Me suicido. El suicidio diario de soñar verte, cuando en realidad noto tu tacto en cada rincón de mis ojos, y al cerrarlos y no verte, dispara la pistola en la sien de la conciencia intentando olvidarte. Olvidar que existes es como un garabato chillando en la voz de un niño; pataleta egoísta de un juguete roto. Inevitable... Te anhelo. Pero luego descanso, el acorde de un violín soltando notas, luchando que lleguen a tus manos.
***
Yo voy por los caminos, cuerpo desnudo entre el olivo, cuerpo inerte bajo el frío.
Yo voy entre el lecho del hambre y el color del hilo. Voy, andando entre la sombra que tiembla. inquieto sonido.
Buscando el germen, ¿o será la muerte? Absurdo destino.
Sin querer escupo, entre el miedo, sin querer pronuncio, el verbo prohibido. ***
Era
Era hermoso amarte. Era un cielo sin moradas. Era bello acariciar tu pelo sin mis manos. Aparecía un velero en la memoria que me hacía sonreír. Y nunca me cansaba de dar cuerda al reloj de mis impulsos. Era. Simplemente un era que ya no es. Latía mis sentimientos como mariposas que anhelaban tu compañía. Me hacía poseer lo bello de las flores, mis flores. Pero... Era. Ahora tengo un escondite sagrado con un Dios que me habla y me permite tenerte en un fondo sin abismos. Solo para mi. Y ese secreto inconfesable será muerto en mis párpados para no caer en el olvido de mi propia miseria. Allá donde quedan los sueños borrados por el dolor estarás para mí en una silueta de mil encantos. Con una danza solo para mis oídos y sólo para tus silencios.
***
Humo
La carne no existe si no hablara.
Si no se confundiera con sus manos. Si sus piernas no fueran el camino de sus huellas. Si su sexo no fuera el placer de su cintura. Si una sola existencia no convirtiera la eternidad en un flujo de la conciencia.
Inevitable la no-vida en una botella. Mientras, destruimos la levedad del ser en una continua compraventa.
Saludemos los años perdidos mientras creamos que nadie nos oye.
***
Des-confinamiento:
Vino otra vez el pasado. Abrió sus puertas. Y salimos como una jauría, sin aprender nada de las paredes. |
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