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2023-11-05
Los empresarios amenazan
IAG ha obtenido 2.151 millones de euros en beneficios transcurridos los 9 primeros meses del año en el que estamos gracias a Iberia y a Vueling; el banco Santander 8.143 millones en el mismo periodo de tiempo, un 11 % más y REPSOL ha ganado 2.785 millones.
El 20.4 % de la población en España vive con ingresos por debajo del umbral de riesgo de pobreza, un 1,3 % más bajo que en 2021. Siendo un porcentaje muy alto de población que vive de manera precaria, se ha conseguido rebajar, según todos los informes, gracias al escudo social establecido por el gobierno de coalición de estos últimos cuatro años. Y eso se hace gracias a los impuestos de todos, trabajadores y empresas.
Si contrastamos los datos del primer párrafo con los del segundo, no cabe más que escandalizarnos e indignarnos. Si además tenemos que escuchar las declaraciones de los dirigentes de la CEOE, el nivel de indignación sube a un punto indescriptible: “Cuando los impuestos son ‘a la carta’ las empresas tienen el derecho a buscar los espacios adecuados”. Dicho con más claridad, lo que dice este señor es que, si se cumple el acuerdo de Partido Socialista y Sumar mediante el cual
se mantiene el impuesto extraordinario a las empresas energéticas y a la banca, estas sociedades invertirán fuera de España.
Y esto lo dice un “patriota”, eso sí, de pulserita y pin.
A estos grandes empresarios es necesario recordarle lo que dice el artículo 31.1 de la Constitución Española: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que en ningún caso tendrá alcance confiscatorio”. Es conocido que las grandes compañías y multinacionales pagan un 5 % sobre sus beneficios reales, mientras que las pequeñas empresas lo hacen en un 15 %. Un trabajador medio en España cotiza de IRPF y Seguridad Social un 39,5 % de su salario.
Las declaraciones del presidente de la CEOE estarían encuadradas dentro de lo normal si solo se hicieran eco de ellas los de su clase, es decir, los grandes empresarios. El problema es que estas declaraciones son asumidas por una gran parte de la ciudadanía que vive exclusivamente de las rentas del trabajo, sin tener en cuenta que tan importante es el salario directo como el salario indirecto, es decir, el que obtenemos cuando necesitamos atención médica, educación para nuestros hijos e hijas, pensión de jubilación, etc. que se pagan con esos impuestos que las empresas quieren eludir.
Si los ciudadanos y ciudadanas de “a pie” fuéramos capaces de ver con claridad que los intereses de la minoría a los que representan estos dirigentes empresariales son muy diferentes a los intereses de la mayoría social, no nos dejaríamos engañar y manipular. Este sistema está diseñado para ellos y a nosotros no nos queda más que trabajar y luchar.
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