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SEBASTIÁN LÓPEZ MATEOS "no es más que la consecuencia de un modelo de desarrollo. |
2025-09-07
España se quema
Con frecuencia lo más simple, sencillo y evidente queda oculto, vaya usted a saber por qué, a pesar de que está delante de nuestros ojos. En tantos debates, algunos tan incendiarios como los propias llamas que han arrasado a nuestros bosques este verano, no he oído argumentar las causas de fondo y originales de que los montes ardan y el mundo rural esté abandonado y dejado a su propia suerte. Nadie en ningún momento ha caído en la cuenta a qué es debido que la población en el “mundo desarrollado” esté concentrada en grandes urbes, mientras que inmensas extensiones territoriales estén despobladas y abandonadas.
Es evidente que no es muy racional que millones de personas se hacinen en las ciudades y determinadas zonas costeras, mientras que inmensas extensiones de tierras estén despobladas y abandonadas.
Que gran parte de nuestra masa forestal haya ardido por los cuatro costados tiene mucho que ver con este modelo. La negación de que la virulencia de los fuegos tenga que ver con el cambio climático es la posición de los llamados negacionistas ultraconservadores, pero no están exentas de responsabilidad las políticas neoliberales que la derecha y otros espacios de la llamada socialdemocracia liberal defienden y aplican allí donde gobiernan.
En los últimos días ha saltado la noticia de la reducción de la PAC (Política Agraria Común) en un 25% lo que, para el propio sector más conservador, sería un golpe de gracia al sector agrario en nuestro país. Al mismo tiempo la misma UE bendice el acuerdo de los países que componen la OTAN del aumento del gasto militar en un 5% del PIB. Y los mismos que aprueban ambas medidas dicen defender el mudo rural.
No podemos obviar lo evidente: que los montes ardan y que el mudo rural esté despoblado no es más que la consecuencia de un modelo de desarrollo.
Pretender hacer frente a los incendios, y a otros muchos problemas, del monte, sin abordar de manera global el modelo que permite este desarrollo es como esconder la cabeza bajo la arena para no ver la realidad. No relacionar el aumento de los presupuestos militares con la reducción de los de la PAC, permitir que se arranquen miles de olivos para poner paneles solares para producir energía que va a ser exportada, incluso, fuera de nuestras fronteras, cerrar los ojos ante la sustitución del olivar tradicional por uno de alta intensidad que elimina de un plumazo la necesidad de mano de obra y abrir las puertas a grandes fondos económicos a la explotación de la industria agroalimentaria al mismo tiempo que lamentarse de que los montes estén abandonados retrata perfectamente el modelo y los interese que hay tras el mismo.
Podemos seguir entreteniéndonos con las tertulias en las que se arrojan los tractos a la cabeza unos y otras, pero hay una realidad ante nosotros que hay que afrontar o seguirá pasando factura en forma de incendios, en forma de DANAS o en forma de sequías…
Dicho queda.
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