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SEBASTIÁN LÓPEZ MATEOS "Dos vidas, una anónima, otra conocida; una mujer y un hombre coincidentes en el tiempo y también en su esencia. |
2025-05-18
Dos vidas ejemplares
Cuando intentamos asimilar un duro golpe en el fin de semana pasado, sin solución de continuidad, otro golpe llega para tumbarnos en la arena. Pero no, no nos hemos postrado, sin saber cómo, nos ha insuflado una vitalidad, unas ganas de vivir y, sobre todo, la esperanza de que, en este mundo, en el que a veces tenemos la sensación de que no merece la pena estar, puede crecer brotes y sabia nueva, y una vida plena para todos y todas los que en ella moramos.
Cuando llegaban los primeros haces de luz del sábado 10 de mayo, una vida se apagaba para siempre. Una mujer sencilla, trabajadora, madre, humilde, entregada a los demás dejaba de estar para pasar a la memoria, al recuerdo de los que hemos estado a su lado y al panteón de los hombres y mujeres anónimas que iluminan con su ejemplo a las generaciones venidas y por llegar.
Sólo dos días más tarde, otra vida se apaga. Un hombre sencillo también, ejemplo de honestidad, de compromiso, de valor y de lucha, pletórico de humanidad y de experiencias nos deja un reguero de semillas que dará vida a un mundo que se empeña en acabar con ella. Ha renunciado a prebendas que en razón de su trayectoria podría haber dispuesto, pero las ha rechazado para dedicar su vida a los demás sirviéndose de dos armas poderosas: el ejemplo de su trabajo y la palabra. Desde su humilde casa, rodeado de la madre naturaleza y de su compañera, con su trabajo de hortelano y la palabra, no ha dejado de mandarnos señales de esperanza en mitad de rayos y truenos incapaces de apagar sus potentes señales luminosas y de largo alcance.
Dos vidas, una anónima, otra conocida; una mujer y un hombre coincidentes en el tiempo y también en su esencia.
Una, trabajando en silencio, sin pretensión de notoriedad, sin reconocimiento, pero construyendo y sosteniendo los pilares, junto a tantas otras mujeres de su generación, de una sociedad en la que otros hemos crecido, hemos disfrutado y hemos continuado. Sus privaciones severas, su falta de apoyos a veces, su soledad y su marginación como mujer han sido peldaños que han dado el fruto de nuestro bienestar. Otra, pletórica de lucha contra las injusticias, las desigualdades, contra los poderosos, no exenta de calamidades, de persecuciones, de cárcel, de torturas.
No se han ido vidas vacías. Se han ido llenas de reconocimientos, de amor fraternal, rodeadas de quienes las han querido, de cuidados y admiradas por sus ejemplos de entrega a los demás sin pedir nada a cambio. Juana no aparecerá en ningún libro, ni monumento público alguno, pero sí estará en la memoria y en el corazón de los que hemos vivido con ella, de sus hijos, nietos, hermanos y vecinas, el mejor reconocimiento y homenaje posible. Pepe Mujica, sí tendrá reconocimiento público y mediático, pero igualmente tendrá el homenaje de los que lo hemos admirado, de los que hemos seguido, o intentado seguir, su ejemplo, de millones de hombres y mujeres de un mundo que ojalá un día tome el camino trazado por él.
Juana y Pepe, nada ha sido en vano, vuestros ejemplos, junto con los de otros y otras personalidades, conocidas o no, de la historia, son necesarios e imprescindibles para alentar un nuevo mundo al que no vamos a renunciar.
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