SEBASTIÁN LÓPEZ MATEOS 

"El imperio español no fue una excepción.

2024-10-20

 

Día de la Hispanidad

 

España como nación se considera el centro de lo que se conoce como Comunidad Iberoamericana, de ahí que se haya elegido el 12 de octubre, fecha de la llegada de Colón al continente americano, como fiesta nacional. Si damos un salto a América del Sur veremos que el 12 de octubre en México es el Día de la Nación Pluricultural, Día de la Descolonización en Bolivia, Día del Encuentro de Dos Mundos en Chile, Día de la Resistencia Indígena en Venezuela, etc. que como se ve nada que ver con la celebración de nuestro país. Hay una explicación muy sencilla a las diferentes maneras de celebrar el descubrimiento del Nuevo Mundo en España y en los países latinoamericanos, otra cosa es que queramos verlo: España fue un imperio colonizador de América Latina y los hoy estados americanos del sur son lo que fueron colonizados.

Eduardo Galeano en su libro, Las venas abiertas de América Latina, cuenta de manera cruda y descarnada, sin eufemismos, la historia de explotación, de saqueo de la riqueza y recursos naturales, por parte de los Estados Unidos y Europa desde el siglo XV hasta finales del siglo pasado, periodo de tiempo que abarca el libro al que me refiero. Explotación y saqueo que se sigue haciendo por parte de las multinacionales de EE. UU. y Europa con la colaboración de las fuerzas políticas y las oligarquías de los propios países latinoamericanos.  

En la escuela se nos enseñó que España civilizó a los pueblos indígenas de América, los cristianizó y los salvó de su vida miserable y cuasi animal. Siendo aberrante la historia que se nos transmitía a los escolares de los años de la dictadura todavía lo es más que, en pleno siglo XXI, en el que disfrutamos de una democracia plena, casi perfecta, dicen los más entusiastas de nuestro régimen democrático, se nos quiera hacer comulgar con ruedas de molino.

Contar la verdad de lo que fue conocido como Descubrimiento de América no solo es una obligación histórica y ética, sino una necesidad, si de verdad se cree en lo que, desde los grandes discursos patrióticos, se conoce como la Comunidad Iberoamericana. Antonio Espino, catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona, dice que no hay que tener miedo a reconocer que cualquier imperialismo es expansionista y agresivo por definición, y todos ellos usaron la crueldad para conseguir sus propósitos.

El imperio español no fue una excepción.

Que desde las más altas instancias de nuestro país se ignore y se falsee la historia para tapar los verdaderos intereses que se ocultan cuando se habla de nuestro destino universal como comunidad latinoamericana no es más que servir a los auténticos intereses de las grandes corporaciones económicas que allí están establecidas: Repsol, Banco Santander, Telefónica, Endesa, etc. No nos vendría mal saber que los intereses de los pueblos iberoamericanos van, por un lado, y los de los países colonizadores, de antes y de ahora, van por otro. A partir de ahí se podría pensar cómo estrechar lazos de fraternidad y de colaboración con países a los que en justicia les debemos, al menos, el reconocimiento de que los colonizamos, los saqueamos y los sometimos, primer paso para establecer con ellos relaciones entre iguales y colaboración en lo económico, lo cultural y lo social.

Cuando el presidente de gobierno de nuestro país pone el grito en el cielo porque López Obrador no ha cursado invitación al rey Felipe VI para la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de Méjico, ignorando que nuestro jefe de Estado no cursó respuesta a una carta del presidente mejicano instando a España a que reconociera los abusos y los desmanes en la conquista de Méjico, muestra a las claras que todavía no hemos comprendido que las relaciones con América Latina deben hacerse en un plano de igualdad y de fraternidad entre los pueblos mejicano, español y resto de Estados Iberoamericanos.


 

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