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Más de 4.000 municipios en España sufren despoblación y 1.840 están en riesgo de extinción. Estos últimos tienen un promedio de 110 habitantes, con una densidad de población de 4.3… |
2023-05-21
Más de 4.000 municipios en España sufren despoblación y 1.840 están en riesgo de extinción. Estos últimos tienen un promedio de 110 habitantes, con una densidad de población de 4.3 habitantes por kilómetro cuadrado. España pasa de 41 millones de habitantes en 2001 a 47 millones en 2019; sin embargo, 6.232 municipios de los 8.131 que hay en España han perdido población en la última década.
No es esta una situación que se haya producido por un proceso natural de desarrollo de nuestro país, sino que es fruto de la aplicación de unas políticas neoliberales que priorizan la rentabilidad económica en detrimento de políticas que equilibren el desarrollo de los diferentes territorios. Es decir, las políticas aplicadas no solo han generado desigualdad entre la población, también entre las regiones. España ha recibido de la UE 128.807 millones de euros entre el año 2000 y el 2020 en forma de fondos estructurales para el desarrollo regional, el desarrollo agrícola y rural y fondos de cohesión. Es evidente que no se ha logrado un equilibrio entre las diferentes regiones españolas y tampoco una mínima aproximación de las rentas entre los más favorecidos y las capas de población más desafortunadas.
Las causas del desequilibrio territorial son diversas, derivadas de la causa matriz que es las políticas neoliberales aplicadas, pero hay una que debe ser destacada: las comunidades autónomas han priorizado el crecimiento de sus grandes ciudades en detrimento del desarrollo del mundo rural, al contrario de lo que se ha hecho en otros territorios europeos como Laponia, en el extremo norte de Finlandia y en Highlands, en el norte de Escocia, donde no solo han detenido la pérdida de población, sino que han recuperado la de hace 30 años.
Como en todos los fenómenos sociales, el despoblamiento rural no tiene una única causa ni tiene soluciones simples. Sus orígenes están en el trasvase de la población del mundo rural al urbano con la revolución industrial, no habiéndose detenido aún, por lo que han dado lugar a concentraciones urbanas de tal magnitud que están produciendo problemas tales como el acceso a la vivienda, la contaminación ambiental, el desempleo, la pobreza en grado extremo y la exclusión social… Esto debería ser razón suficiente para que se diera un giro radical a las políticas territoriales y hacer una apuesta decidida por el mundo rural porque está en juego la calidad de vida, el aprovechamiento y el buen uso de los recursos naturales y culturales y, en definitiva, sociedades integradas en su territorio.
Estamos justo a una semana de las elecciones locales y seguramente este debate no ha tenido ninguna relevancia porque un cambio en el modelo territorial significa un cambio también en el sistema económico y eso ya son palabras mayores. Para los dos “grandes partidos” ese cambio de modelo ni se lo plantean, les resulta más rentable hablar de las listas de Bildu, del magnífico futuro que nos espera y de los magníficos que son.
¡Como si no hubieran gobernado nunca!
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