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SEBASTIÁN LÓPEZ MATEOS
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2025-03-09
8 de marzo: feminismo e...
Hemos entrado en una fase de la historia en la que nos toca resistir las embestidas de la ultraderecha para anular derechos y libertades conquistadas. Basta con ver el panorama político internacional para constatar el auge de los partidos, no ya conservadores, sino de los adscritos a las posiciones más ultras de la derecha; el caso más paradigmático y más preocupante es el de los EE. UU. con Trump, pero también en Europa con Giorgia Meloni en Italia, Viktor Orbán en Hungría, Jean-Marie Le Pen en Francia… que están gobernando o en puertas de hacerlo.
Es tiempo de resistir.
Y, sin embargo, hay un faro que nos debe servir de guía para no perder la esperanza a la que tanto apelo: el movimiento feminista. Estamos en el mes y día, 8 de marzo, donde se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y no exclusivamente de manera festiva, sino como plataforma para el fortalecimiento del movimiento feminista. Frente a la ofensiva ultraconservadora, las mujeres, con organización, con convicción y con argumentos feministas incuestionables, avanzan sin titubear y sin excusas, porque tienen la certeza de que un paso atrás las debilita: “Si la violencia no cesa, la lucha feminista tampoco”.
No escurre el bulto el movimiento feminista en la lucha contra la violencia que está asolando diferentes territorios del planeta, por lo que este 8 de Marzo de 2025 la Paz y la denuncia de los discursos bélicos y de las políticas de rearme de los ejércitos van a estar presentes en los manifiestos y las manifestaciones de nuestro país y del mundo entero. Ante el belicismo, la masacre de los pueblos, la violencia machista y la ofensiva contra las libertades, el feminismo es un baluarte en el que mujeres, y hombres, nos amparamos para combatir tanta crueldad, tanta injusticia y tanta irracionalidad a la que nos tienen expuestos.
La lucha feminista nos es solo “cosa de mujeres”, cuando vemos cómo amplios sectores vulnerables, especialmente jóvenes, de nuestra sociedad son proclives a aceptar discursos machistas y violentos.
La violencia contra la mujer, generadora de asesinatos, es la principal consecuencia del machismo, pero son otras muchas las secuelas que afectan al día a día de las mujeres y de los hijos que conviven en la unidad familiar. La violencia sicológica, la humillación, el menosprecio tienen consecuencias devastadoras para la convivencia y la salud mental de la mujer y, no menos, para los hijos e hijas, que presencian y conviven con estas situaciones de conflictos latentes. Porque, además, de ser destructiva para la convivencia del presente, pueden generar conductas violentas parecidas en el futuro.
Institucionalizar la celebración del Día Internacional de la Mujer ha sido importante, pero la tarea más relevante e imprescindible es concienciar a la sociedad de que no todo está conseguido, porque lo que se ha sustanciado, el machismo, durante siglos, no puede ser barrido de un plumazo. Es necesario políticas, mucho trabajo, mucha educación, muchos recursos y mucha determinación para borrar la herencia recibida y, también, para ganarle la batalla a los que quieren hacernos retroceder a épocas pasadas donde la desigualdad y la violencia machista eran aceptadas con normalidad.
La desigualdad de género no puede disociarse de la desigualdad de clase, porque van paralelas ambas. En el Día Internacional de la Mujer no debemos olvidar que la mujer trabajadora fue la que puso en pie de guerra al movimiento feminista, poniendo las bases de un movimiento transformador que aspira a la igualdad y a la Paz en el Mundo. Hoy más que nunca.
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