![]() |
“Nadie es menos que nadie. Todos somos únicos. Todos merecemos respeto. Todos merecemos ayuda y empatía. No nos define el color de nuestra piel. |
2023-07-16
Actualmente, estoy leyendo un libro titulado: Reloj sin manecillas, de una de mis autoras favoritas, Carson McCullers. El libro llegó a mí por casualidad. Siempre me ha llamado la atención el tema de la abolición y esclavitud de aquellos duros años. Me he preguntado cientos de veces, y no soy la única, que cómo es posible que existiese tanta recriminación y racismo por la gente de color. En esta historia, uno de los principales personajes, un juez egocéntrico, tiene unos fieles ideales sobre la diferencia de raza y tiene como propósito despertar en el sur las viejas costumbres de la confederación. Por supuesto, esta idea política hace que su nieto, al cual admira desde pequeño, comience a alejarse de él. El libro incita a la reflexión y no está muy lejos de la realidad. Aun el racismo sigue existiendo. La pobreza arraiga en muchos hogares. Muchos de ellos, en sus paredes, hay relojes sin manecillas, manecillas sin tiempo, relojes que suspiran un antes y un después. Existen diversos libros que hablan de este tema como los inolvidables Matar a un ruiseñor y Lo que el viento se llevó. También hay una película preciosa llamada Criadas y señoras donde se recalca la diferencia de color, donde las criadas no tenían voto y no podían siquiera compartir el baño con las que no eran de su mismo color, debido a que la supremacía blanca temía que estos eran portadores de enfermedades. Por suerte, la protagonista consigue mediante entrevistas de las criadas una verdad que el mundo necesitaba escuchar. Otro libro no muy sonado y que me encantó es Un millón de ruiseñores, donde una joven esclava llamada la hija del placer, crece en una plantación de algodón en Luisiana, sometida al constante abuso de un hombre blanco. El libro está magistralmente escrito en prosa y no es difícil que se te salten las lágrimas. Quería escribir sobre este tema porque hace unos días leí en el cabecero de un periódico americano, que existen polémicas sobre el izamiento de la bandera confederada a las tres semanas de una matanza racial sucedida en Charleston. La bandera rememora la guerra civil contra la abolición de la esclavitud. Muchos se preguntan por qué sigue la bandera izándose. ¿Acaso no se olvida el dolor y tragedia que representó o se debe a un llamamiento provocativo de parte de la supremacía blanca? En EE. UU. Se estima un total de 784 grupos de odio en activo. No hay duda de que el racismo, así como la xenofobia, apatía étnica, y discrepancias sobre la inmigración siguen en el mismo camino. También sin duda y tristemente la homofobia, transfobia y un largo etcétera, y no menos importante: la discapacidad. He visto con mis propios ojos cómo una persona con el rostro deformado era constantemente observada por curiosas miradas, y también hacia aquellas personas que muestran una discapacidad importante y que llama la atención. Pero recalco que hay miradas y miradas. A nadie le gusta ser vigilado, ni sometido a burla y discriminación. Nadie es menos que nadie. Todos somos únicos. Todos merecemos respeto. Todos merecemos ayuda y empatía. No nos define el color de nuestra piel. SOMOS PERSONAS. Y como tal valemos un mundo.
Para dar tú opinión tienes que estar registrado.