23-10-2022


A través de la única fotografía que se le concedió, puede verse un rostro serio, de aparente inocencia y mirada alicaída. Los labios herméticos y delgados. Un rostro singular que escondía una doble personalidad. De nombre Enriqueta Martí, nacida en el pueblo San Feliú de Llobregat, se mudó a Barcelona a temprana edad. Ejerció primeramente de niñera, luego de prostituta y curandera. Estuvo casada con el pintor Joan Pujaló. Pero debido al difícil y frío temperamento de ella, estuvieron separados unos años, no teniendo hijos. Era mil novecientos doce cuando empezó a suceder una continua desaparición de niños que sacudió a la ciudad.

Al llegar la mañana, la presunta asesina vestía de harapos para dar una falsa imagen de pobreza. Al llegar la noche vestía con elegantes trajes, frecuentando los barrios burgueses para de esa manera meterse en los bolsillos ajenos, promesas de la cura de enfermedades que ella, como experta, creaba. Desde cataplasmas de gasas infantiles a botellas que guardaban dentro algunos restos humanos. No tenía piedad en derrochar cada ápice de su laborioso crimen. Se dice que sufrió un gran trauma cuando perdió a su bebé de pocos meses de edad, por malnutrición. Pero este suceso no confirma si provocó en ella una enfermedad mental. Se supo que ejercía la prostitución infantil en un prostíbulo, y que seguidamente, raptaba y mataba a niños de temprana edad en su piso de la antigua calle Ponent, ahora llamada: Joaquim Costa. Por azar del destino, una vecina que solía ser bastante observadora dio alarma a los agentes de policía al vislumbrar a través de una ventana de la presunta asesina, un rostro de niña. Se trataba de Teresita Guitart, que había sido secuestrada y rapada por Enriqueta. A su lado, otra niña que presuntamente era hija de la mujer, pero se descubrió que se trataba de su sobrina, arrebatada de su verdadera madre. Ambas niñas pudieron ser rescatadas con suerte. Testimoniaron que habían sido testigos del asesinato de un niño, prueba fehaciente al descubrirse en el piso, varias pruebas macabras que lo confirmaron. Este hecho agitó la ciudad y pronto, Enriqueta fue apodada por un sinfín de insultos, siendo el más sonado: la vampira del Raval. Se ha hablado mucho sobre este tema, pero aún hay muchas lagunas concernientes al caso. Se hizo una película dirigida por el director Lluís Danés. Se han escrito unos cuántos libros sobre ello, y también salió en el programa televisivo: Cuarto milenio. Es un caso que no pasa desapercibido. ¿Dónde está la verdad y la mentira? ¿Dónde la justa acusación o el rumor circular que dio pie a una amena resolución del caso? Enriqueta Martí terminó confesando sus delitos y fue detenida, pero el juicio tardó un tiempo en ser procesado. Un año y tres meses después de su detención murió de un supuesto cáncer uterino, aunque se dice que fue linchada en la cárcel por sus compañeras de celda. Sea lo que fuese, es indudable la huella que dejó como leyenda negra y que hoy en día nos sigue provocando un súbito escalofrío. ¿Hasta qué punto la imaginación de una sádica mente roza los límites de la percepción?


Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment