Yo, con Elie Wiesel

... Con estos tiempos de clara inestabilidad, tanto política, como económica, surgen poderes supranacionales, que se afanan en polarizar las posiciones en solo dos bandos

2023-12-03

Yo, con Elie Wiesel

Hace ya mucho tiempo, se podía ver una pintada en las tapias de la estación de Renfe de Granada, en su parte del camino de Ronda, conocido popularmente como la redonda, que decía: Marx ha muerto, Hegel ha muerto y, yo me estoy poniendo muy malito. Esto en mis años mozos, de clara vocación marxista, vaticinaban que estábamos en clara decadencia. Eran los años 80, y España apuntaba ya claramente como país occidental y moderno, hacia una economía de mercado, liberal. Los españoles empezábamos a disponer de más oportunidades de estudio, de trabajo, de conseguir esa autonomía personal, que liberaba a nuestros sufridos padres. También llegaba esa pátina de libertad hacia la sexualidad, hasta esos momentos algo revestido del negruzco velo, del tabú, de lo prohibido. Todo lo cual, parece suponer un peligro para todos aquellos que su única ambición política es la de vivir de forma opulentísima, controlando esa libertad de la población, para pensar y para elegir. Para ello, y de forma subrepticia, han ido imponiendo su asquerosa ingeniería social, que nos convierta en lo que, cada vez más, somos. Una sociedad plana, apática, que se adapta y acepta todos y cada uno de los dogmas que esos nuevos mesías nos imponen, porque si no, eres un facha. Y a fuerza de decir verdad, hay que reconocer que lo han hecho tan bien, que han dejado a Orwell como un aprendiz.

Con estos tiempos de clara inestabilidad, tanto política, como económica, surgen poderes supranacionales, que se afanan en polarizar las posiciones en solo dos bandos

y orientan todos sus esfuerzos en señalar a los otros como los malos. Y llegados a este punto, o eres de los míos, o eres de los otros. Por un lado, tenemos a Rusia y China, y sus alineados en el foro de São Paulo, patrocinados y financiados por el cártel de los soles. Siempre enfrentados a todos aquellos que quieran y crean que tener libertad, tanto económica, como política, por lo que hay que señalarlos como demoníacos, no humanos y, por tanto, hay que exterminarlos. Como se puede ver a ese nuevo líder naciente de uno de esos países víctimas de ellos, como Argentina, que ha votado recientemente a Javier Milei, algo excéntrico, histriónico, incluso, pero claramente alineado por pensamientos de economía liberal. Por lo que ese país otrora primera potencia económica mundial y ahora empobrecido, con una inflación muy por encima del 140 %, que vivía subvencionado y dormido, se echa en sus manos para ver si los salva. Porque lo que está claro, es que el otro bloque está cada vez más débil y más sometido por ese poder supranacional, alineados en torno al foro de Davos, que todos adivinamos, a través de sus políticas suicidas, como las agendas mal llamadas medioambientales, como la 2050, nos llevan al desastre.

Y es que finalmente va a ser verdad que España es diferente. No hace muchos años éramos incluso ejemplo para los países latinoamericanos, por nuestra salida de una dictadura y nuestro ejemplarizante perdón entre los dos bandos de una terrible guerra civil. Y como consecuencia de ello, decidimos tirar hacia delante. Nos dimos una Constitución, que, aunque imperfecta, todo lo impregna. Por fin era el imperio de derecho el que se imponía. Pero pronto los partidos, tanto los históricos con clara experiencia golpista, como el PSOE, ERC, PCE, ahora suavizado y aglutinado como SUMAR, … Con algunos no tan nuevos, pero claramente traidor, como el PNV, para el que vale todo con tal de recoger nueces. Al alimón con los nuevos, algunos con amplias listas de terroristas, como BILDU y otros bastante acomplejados y cobardones, como el PP, que todo acepta. Todo ello provoca que surjan alguno nuevo y cada vez más echado al monte, como VOX, proponiendo cuestiones como que la mesa del Senado no tramite la ley de Amnistía. Y no es que le falte razón en su oposición a tal hedorosa ley, por venir de un chantaje a Pinocho, ejercido por los golpistas catalanes y aceptado, por el ahora presidente.

Para ello, ya venía acaparando más y más poder, ocupando todas y cada una de las instituciones estatales, sin mucha oposición y con nula moralidad. Para ello, no ha dudado en rodearse de inefables como ZP, al servicio del cártel de los soles, aunque todavía goza de todos los beneficios de los expresidentes. Así como todos y cada uno de sus acompañantes, que son cómplices, como Garzón, etc. Pero no por ideología, sino por dinero y poder. Porque de eso es de lo que va todo esto. Para ello, ya ha empezado la purga del CGPJ, porque todo lo demás ya lo controlan. Y ustedes se preguntarán cómo van a hacerlo. Pues ya está sobre la mesa, a nivel nacional, ya lo están llevando a cabo desde el mismo gobierno. Puesto que una vicepresidenta, ese globo relleno de humo, llamado Yolanda Díaz, ha interpuesto una querella contra todos los vocales que se pronunciaron contra la amnistía, incluso contra su presidente, que se abstuvo. Que no parece sobresalir por su valentía, precisamente. Incluso con declaraciones de un ministro, Oscar Puente, afirmando que en España la Justicia actúa por intereses ocultos. Con lo que se alinea con los golpistas catalanes, sus aliados para esta guerra de crear comisiones parlamentarias para juzgar jueces, o sea, purgarlos. Apoyados desde ese triministerio, creado expresamente para ello. Porque quien no vea ese intento burdo y peligroso, para nosotros, el pueblo llano, de poner las carteras de Justicia, Relaciones con las Cortes y Presidencia que controlan los poderes judicial, legislativo y ejecutivo al unísono, es un atentado contra la democracia. Ya que si lo anterior falla, aquí estará este para sacar adelante esa nueva ley de nombramiento de los vocales del CGPJ, apartando con ello a todos aquellos que se atrevan a aplicar justicia de forma independiente y ajustada a derecho. Todo lo cual, supondrá la creación de una leva judicial, con la rebaja de las condiciones exigidas para erigirse en juez, que nos acerca peligrosamente a los tribunales populares del Frente Popular. Y de su mano, también vendrán esos pseudoconsejos autonómicos de Justicia, que acabe de dar la puntilla al CGPJ, y con ello, a nuestro sistema de convivencia.

Y a nivel internacional, también

están en clara huida hacia delante, con el apoyo a Palestina, que no supone otra cosa, en realidad, en mi humilde opinión, que alinearse nuevamente con un grupo terrorista,

como HAMÁS. Incluso llega más allá a través de su tonto útil, en este caso Yolanda Díaz, que no podemos perder de vista que es vicepresidenta segunda del gobierno, con su petición de procesar a Israel y por ende a su presidente, Netanyahu, por ejercer su derecho a la defensa ante el terrible ataque sufrido. Que acabó con más de miles de asesinados. De formas tan viles que llegaron a destripar embarazadas para que se viera a sus fetos, de decapitar incluso bebés, violar a todas y cada una de las mujeres que quisieron, para después torturarlas y quemarlas vivas junto a sus familias. Así que puedo entender a ese famoso presentador de televisión, Pablo Motos, cuando dijo en directo que a veces se avergüenza de ser español, por las acciones de este gobierno, que están dispuestos a aplastarnos, con tal de seguir en el poder, a las órdenes de ese autócrata que tenemos la desgracia de padecer. Por lo que me reafirmo en mi anterior artículo, solo nuestra resistencia como pueblo soberano, puede acabar con todo este inmenso disparate. Y todo debe venir por señalar, abiertamente y sin miedo, a todos y cada uno de los cómplices necesarios, unos por treinta monedas y, otros, por pura ideología doctrinaria, le prestan.

Para terminar, me gustaría recordar unas palabras de Ellie Wiesel, superviviente al holocausto: La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al perseguidor, nunca al perseguido. Y aquí la víctima es la libertad, luego ha llegado el momento de tomar partido, porque somos más y somos, seguramente, mejores.