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2024-07-14
Hecha la ley…
Desde luego que no estamos solos en esta deriva hacia el abismo, ahora Francia nos muestra la realidad de ese refrán que dice: en todos lados cuecen habas, en la mía a calderadas. Vemos cómo los franceses salen a votar, algunos con pinzas de la ropa en la nariz, por el hedor que sale de las instituciones del Estado, empezando por la presidencia de la República. Encabezada por un pijiprogre, convertido en multimillonario tras su paso por la banca Rothschild y un no demasiado claro negociete con Nestlé, organizado por sus padrinos. Lo cierto, es que a día de hoy ya no tiene demasiada credibilidad por sus continuos devaneos en el incumplimiento de sus promesas cuando llegó al poder, gracias a sus continuas trampas y traiciones. Cualquiera diría que se ha fijado en nuestro amado líder, más conocido como Pinocho. Ya que ahora tiene al país vecino en la misma inestabilidad en la que nos metió el rey del trile a nosotros. Porque, aunque se hizo un Sánchez, puesto que después de perder las europeas a manos de Le Pen, decidió disolver el Parlamento y convocar elecciones, para frenar a la ultraderecha, valiéndose para ello de activos incluso del fútbol, como Mbapé y el miedo al bute. Además, se presenta como triunfador de las mismas, cuando la verdad es que la inefable, Le Pen, les ha sacado más de dos millones de votos, con lo que estará obligado a venderse al mismísimo diablo. Para intentar liderar a ese batiburrillo que supone ese Frente Popular conformado con partidos de todo pelaje y que reclaman su derecho a gobernar ¿Pero cuánto tiempo podrán aguantar? Aquí tiene su modelo.
Aquí que estamos un paso por delante de ellos, puesto que ya no se puede caer más bajo, o sí. Prueba de ello es lo que está pasando en la actualidad en nuestro país. Por un lado, cada día que pasa está más claro que lo de Bego fundraiser, ha dejado en pañales al mismísimo Juan Guerra, en cuanto a su papel de conseguidora. Y como aquel, utiliza el poder que encarna su marido para amedrentar a quien ose señalarla, aunque sean los tribunales de Justicia. Si no, como se podría explicar que en su reciente declaración fake ante el juez, después de tener que esconder la cara de vergüenza ajena, al comprobar que no solo se le reconoció su derecho a estar por encima de la Justicia y entrar por el garaje entre un gran despliegue entre policías, helicópteros, drones y trompetería de medios afines, convenientemente regados de millones, para que sigan chapoteando en el fango.
Y todo para no decir nada, puesto que prevaliéndose de una trampa más, dijo su abogado que estaban en una posición de indefensión, que no se les había notificado la nueva querella que les habían interpuesto.
Lo cual supone un abuso de derecho como la manga de una pelliza y un escarnio para el Juez, obligado a posponer la declaración para no viciar la instrucción, que archive el procedimiento y lo mande al mundo de Perséfone para siempre. Exactamente, la misma tesis que defendieron dos ministros, antiguos magistrados para su sonrojo, puesto que ya nunca recuperarán su halo de profesionalidad, por haber aceptado su papel como esterilla para su jefe, en la que pone lawfare. Pero no contentos con sus triles, intentan someter al juez Peinado a otro espectáculo bomberotoreril, valga la expresión. Puesto que uno de los valedores de ese estrellato fulgurante de Bego en el mundo de los negocios, que debía declarar ante el juez desde el hospital el día 15, había sido dado de alta en modo silente, para que no se enteraran en el Juzgado. Hay que recordar que habían dicho al juez instructor que iba a estar hospitalizado hasta el día 25, por lo que una de las partes acusatorias en el procedimiento avisó al juez. Ya que el fiscal, cumple con su papel de limpiabotas de la defensa, que es lo mismo que decir, gobierno.
Y todo esto, para qué, se preguntarán las personas de bien. Pues bien, para mí la respuesta es clara o eso creo yo. Para ello, baste recordar que acaba de suceder con los sentenciados en todas y cada una de las instancias por el robo con mayúsculas cometido con el dinero público desde el poder, más conocido como caso de los ERE.
Vemos con bochorno como un Tribunal Constitucional, más parecido a una compañía de cómicos, por no decir algo más fuerte. Acaba de revocar esas sentencias haciendo lo que ahora viene en llamarse Justicia creativa, cuando lo que realmente es tirarse al barro, como ya predijo en su momento su presidente, otrora fiscal general del Estado del anterior gobierno socialista. Que, como tal, se abstuvo de votar en su momento; sin embargo, ahora no lo hace. Y, por si fuera poco, entre su elenco de magistrados manchados por ese barro, hay un antiguo diputado y ministro de Justicia; una condecorada por uno de los premiados con la libertad sin cargos, otra que formó parte de este mismo gobierno. Lo que debería ser un escándalo, ahora la convierten en doctrina los mismos trileros que nos están llevando al desastre. Ya que siendo ellos los que hacen presupuestos, los votan y aprueban, incluso comprando voluntades con luz y taquígrafos. Por lo que ese robo no puede ser tal, puesto fue refrendada por ese nuevo invento de estos trileros, como es eso que ahora les duele la boca de nombrar, la soberanía popular. Por lo que la única defensa que podemos esperar no podrá provenir del derecho de tutela efectiva de la Justicia ordinaria que cada ciudadano deberíamos tener. Si no de ellos mismos, a través de pedir amparo a un tribunal prostituido, como el Constitucional.
Dicha situación me recuerda a un chiste que vi en un tebeo cuando era niño. En el que se ve en una viñeta al árbitro de un partido de fútbol rematando de cabeza un córner. Y en la siguiente viñeta se ve, como los integrantes del equipo goleado, protestan al mismo árbitro que les ha marcado el gol. Que les contesta: ¿cómo va a ser ilegal el gol, si lo he marcado yo? Y es que el que hizo la ley, hizo la trampa. Sobre todo, si ese legislador es un tahúr del Misissipi, quien además de hacer trampas con los naipes, tiene gran habilidad manejando el revólver.
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