... proclamas que hacían, en que no pactarían con golpistas, con terroristas, etc., etc., y se hizo.

2023-11-05

 

El efecto Pinocho

 

Si a alguien le cabía alguna duda de si sería capaz, el conocido como Pinocho, Dr. Fraude y otros tantos alias. Esta ya se ha disipado. Este fin de semana, en un acto de partido, ya se ha referido explícitamente a la amnistía como medio de pacificar la convivencia de los españoles. Al tiempo, Illa, exministro de Sanidad durante la pandemia, quien lejos de ser castigado por sus desvaríos y errores, se le premió haciéndole la campaña electoral con medios públicos y desde el gobierno, en Cataluña, como líder del PSC, también se refirió a ella en los mismos términos.

Este dislate, aunque no se ajusta al artículo 581 del código penal vigente, puesto que este proclama que: El español que indujere a una potencia extranjera a declarar la guerra a España o se concertare con ella para el mismo fin, será castigado con la pena de prisión de quince a veinte años. Sin embargo, aunque él y su organización, otrora un partido político que robaba como todos, traiciona al resto de ciudadanos. Incluidos algunos de sus votantes, que no están de acuerdo con esa deriva golpista que está dando dicho partido. Porque en ese caso, la esencia de esa traición, es que lo hace para favorecer a los que dieron un golpe de Estado en detrimento de lo nuestro, del maltratado y raído bien común. Por no hablar de la pisoteada y miccionada Constitución española, que, aunque imperfecta. Bien es verdad que intenta representar precisamente eso, el bien común, en pro de una convivencia entre iguales.

Todavía retumban en los oídos de todos, las palabras de los diferentes portavoces del gobierno, y de su partido, tanto oficiales, como oficiosos. Esas

proclamas que hacían, en que no pactarían con golpistas, con terroristas, etc., etc., y se hizo.

Más tarde negaron los indultos a los condenados por la asonada iniciada, auspiciada y consumada desde la Generalidad catalana, y se hizo. Bien es verdad que, para ello, contaron con la cobardía del poder judicial. Ya que para un delito que fue tipificado por una amplia mayoría de juristas, incluso por el que era todavía líder de la oposición en aquellos momentos, un tal Pedro Sánchez. Llegó el día de la sentencia, y el tribunal supremo, con malabarismos jurídicos, lo rebajaron a sedición. Ya que esa rebelión que había supuesto la proclamación de la republiqueta catalana, no fue una ensoñación. Si no que se lo pregunten a los funcionarios heridos, por cumplir con su obligación. Que, por cierto, hay que jurar o prometer, guardar o hacer guardar la legalidad. Y que simboliza, en mi humilde opinión, otra traición. Y ya puestos, incluso se podría incluso defender que se conculcó ese art. 581, anteriormente citado. Porque a día de hoy, ya nadie duda de la participación rusa en esos actos.

Más tarde, con la derogación, a demanda de los delincuentes golpistas, del delito de sedición. Ya si tenía sentido eso de la ensoñación, puesto se crea ad hoc un delitillo, valga la expresión, tipificado como desórdenes públicos agravados, que rebaja la pena a cinco años. Con lo que todos los indultados, ya pueden presentarse a las elecciones. Sin embargo, lo de ahora es mucho más grave. Puesto que la amnistía, supone que los delitos cometidos, no fueron tales. Incluso va más allá, ya que los fugados, en connivencia con el anterior gobierno del PP, cobarde hasta el vómito. Podrán pedir responsabilidades a verse privados de todo lo que quieran poner sobre la mesa, puesto que fueron reprimidos por unos tribunales deslegitimados en ese mismo momento. Y podría darse el caso, como ya pasó en el pasado con el general López de Ochoa, profundamente republicano, tanto que sufrió exilio durante tiempo por ello. Torturado, asesinado, decapitado en el mismo hospital donde se encontraba y vejado post mortem, por el Frente Popular y su gobierno republicano, aunque más bien habría que llamarle desgobierno, durante los primeros días de esa infame guerra que padecimos. Ya que pincharon la cabeza en una pica y la pasearon por las calles, mientras la turba le tiraba piedras y desperdicios. Durante el juicio al que fue sometido con anterioridad, al haber liderado las tropas que acabaron con la sublevación de Asturias, presentó un escrito de alegaciones, que básicamente ponía sobre la mesa, que estaba siendo juzgado por cumplir con las órdenes del gobierno legítimo de la misma República, que él mismo representaba, ya que se había jugado la vida por hacerla realidad y defender su legalidad.

Pero

España es muy ingrata y, no, demasiado amiga de la historia.

Ya casi nadie recuerda a Tejero, quien, siendo teniente coronel de la guardia civil, encabezó un golpe de Estado, que no perseguía cambiar régimen alguno. Y que, sin ánimo de entrar en polémica, ya casi nadie de los que, si lo recordamos, cree que fuera el cabecilla, sino simplemente un peón, un cabeza de turco. Sin embargo, se comió una condena de 30 años sin rechistar. Ahora, ha decidido interponer una denuncia contra el gobierno ante la Fiscalía ¿Pero recuerdan ustedes de quién depende la Fiscalía? Pues eso, ¿A alguien se le habría ocurrido ir a hablar con él?

Pero este personaje que sueña con encabezar su propio régimen, al más puro estilo Bolivariano, no tiene reparos, ni ética, ni límites. Tanto es así, que, como Marx, pero Groucho, por tener no tiene ni principios, y si los tiene, son varios juegos disponibles según situación. En lo que, si lleva razón, aunque no sepa muy bien por qué, es declararse seguidor y admirador de Largo Caballero, quien no tuvo tampoco reparos en perpetrar golpes de Estado y en hablar en nombre de todos, sin someter a las urnas, sin trampa, dichos actos y/o palabras. Algo que, si repetía continuamente, era que en España no había mucho apego al Parlamentarismo, ya que no creía en la democracia. Incluso, aceptó el advenimiento de la República, como paso previo para lo que él perseguía, que no era otra cosa que la dictadura del proletariado. Y así son multitud las declaraciones en esa misma dirección. Como muestra, estas de enero de 1936: …establecida la República, nuestro deber es traer el socialismo, no hablo de socialismo a secas: hablo del socialismo revolucionario. Lo que hace falta es voluntad para ir a la lucha, ocurra entre nosotros lo que ocurra, que ya lo resolveremos; pero al enemigo común hay que vencerle en la próxima lucha. Nuestra aspiración es la conquista del Poder político. ¿Procedimientos? ¡El que podamos emplear!

Llegados a este punto, una vez que la Justicia se hace a demanda y sin venda en los ojos, que será lo que nos queda por ver. El tiempo lo dirá, lo demás es HISTORIA.


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