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... El dueño del bar recibió una llamada de teléfono |
2024-04-07
Dichosa casualidad
Todo el mundo quiere el aroma de moda. Ya que hace desaparecer toda prueba de delito, aunque el tufo a podrido, te tire de espaldas. Hay que recordar quién lo puso de moda, cuando ejercía su labor en la Audiencia nacional, el varias veces reprobado ministro de Interior. Pero qué caprichoso es el azar, verdadero culpable de todo. Y siempre lo trae la misma corriente de aire. Una instrucción judicial, a través de una puerta que se deja abierta de sus afamados secretos sumariales. Con lo que la corriente de aire provoca que llegue a buen puerto y esparza el hedor hacia el lado contrario. En aquella ocasión, eran los encargados de cobrar el impuesto reclamado por los asesinos etarras, en el bar que le puso nombre al citado aroma. Ya que cuando llegaron a recoger la pasta, con las pistolas todavía humeantes.
El dueño del bar recibió una llamada de teléfono
y al cogerlo, escuchó un canto tan bello, como certero. El citado canto de sirena les avisaba de que estaban siendo seguidos por unos pérfidos funcionarios de policía, que, jugándose la vida, buscaban detenerlos, con la inocente ilusión de sentirse protegidos por ese inexistente secreto. Con lo que les dio tiempo más que de sobra para lavarse las manos como Pilatos, aunque las tuvieran manchadas de sangre. Por lo que se fueron de rositas.
Tiempo más tarde, entró de nuevo en juego cuando todavía se hacía el paripé de luchar contra los malos. Ya que fueron a detener a Otegui, tan eficazmente blanqueado que parece el hombre blanco de Colón. El cual, soltando la pregunta del millón de si lo sabía Pumpido, no solo se libró. Si no que fue recompensado, y ahora come del presupuesto que todos contribuimos a engordar año, tras año, con nuestros impuestos. Porque hay que recordar esa milonga de qué hacienda somos todos. Y seguramente tendrá parte de verdad, puesto que somos todos los tontos que la aceptamos, seguramente por miedo a esa amenaza que año tras año nos sobrevuela con la declaración de la renta. Porque me parto de la risa, eso sí, histérica, cuando nos bombardean con más y más restricciones sobre nuestro patrimonio. Como el de no poder manejar más de cierta cantidad, poca, por cierto, de dinero en efectivo. Con la excusa de la lucha contra el blanqueo, encima recochineo. Mientras
al tiempo te enteras de que todos estos trápalas van con bolsas de basura llenas de billetes,
a poder ser 500 € que abultan menos, a comprar sustancias que casi siempre tienen un color blanco, que luce muy bien cuando van a los lupanares a celebrar, que su última adquisición inmobiliaria la han puesto a nombre de niños, sin que nadie alerte de tales asuntos. Seguramente por la cuestión de la protección de los menores.
Y aunque seguramente podríamos nombrar muchos más, voy a quedarme con uno que está de moda. El llamado caso Koldo, pero que debiera llamarse caso Sánchez. Porque resulta que esa primera denominación, viene de un antiguo portero de puticlub, que estaba perdiendo su gran potencial con su infraocupación de pegar palizas. Ante tal iniquidad, de pronto llegó uno que se dedicaba a la caza de talentos para el partido. Que tanto potencial desaprovechado vio en él, que decidió incluirlo como invitado, en el clan del Peugeot, conducido por Pinocho. El cual estaba a su vez protegido por sus fieles escuderos, Cerdán, el cazatalentos, y Ábalos, fiel escudero de su sanchidad ¿Qué podía salir mal con todo ese talento taleguero al mando? Pronto empezaron a funcionar, teniendo la seguridad de haber ocupado todas y cada una de las administraciones del Estado, que protegían su labor. Por lo que, sintiéndose tan seguros y protegidos, se tiraron al barro y decidieron currar a cara descubierta. Para lo cual, metieron al gran conseguidor y amigo de Begoña, para que fuera a ayudarles a llevar las famosas 40 maletas de Delcy. Quien curiosamente tenía prohibida la entrada al espacio Schengen, por estar considerada como una de las cabecillas del cártel de los Soles. Curiosamente, estos europeos no sabían, o quizás sí, que España is different. Con lo que hicieron funcionar el trile de que no bajó del avión, para luego decir que sí. Pero que no salió de la habitación y así corrieron eficazmente ese famoso tupido velo, que manejan tan bien. Ya puestos, todos empezaron a trabajar por libres o, como se decía en mi barrio, cada uno pa su bolsa. Y lo hacían tan chuscamente, que, incluso estando confinados, ya no se escondían. Seguían con sus inocentes aficiones de irse de putas, bien rebozados de ese polvo blanco que tanto les gusta, después de haberse puesto de hasta las trancas de marisco y chuletones. Confinamiento que más tarde fue declarado ilegal, como si eso no fuera un secreto a voces. Pero no se conformaban, querían más y más. La gente moría, por sus malas y equívocas acciones, pero no pasaba nada, porque ellos traerían protección, que ni siquiera tenían en los hospitales. Y bien que la trajeron, pero no era tal protección, sino distracción. Porque eso sí que lo manejan bien, como buenos trileros. Ahora sabemos que vendieron incluso servilletas de bar, eso sí bien dobladas, para hacerlas pasar por mascarillas, por valor de sabe Dios de cuantos millones de euros.
En ese punto, Pinocho, incólume y sin un ápice de sentido del pudor, ni de moral, rompe la baraja. Convoca elecciones en verano, y sin publicidad, se carga a la que hasta ese punto era su mano derecha, Ábalos. Al cual, incluye en las listas, porque ya le había llegado de nuevo la fragancia de faisán. Puesto que ya sabía que estaba siendo investigado por esa especie en extinción de jueces que se sienten independientes y celosos en su desempeño profesional. Por lo que, sintiéndose acorralados, deciden darle un acelerón a ese proyecto para el que venían trabajando, que no es otro que romper la legalidad y, con ella, el tan vilipendiado Estado de derecho. Porque a partir de ahora, la ley será la que digan ellos. ¿Y qué pasa con el tal Aldama y su amiga Begoña? Pues todo parece apuntar que no pasará nada, porque ya han tenido tiempo de desmontar y borrar todo signo que apunte a sus millonarios chanchullos. Porque lo único que parece quedar es el Falcon, que pronto achatarrarán por exceso de kilómetros de tanto ir a la República Dominicana, donde por cierto fluye la pasta a raudales. No en vano, dos de los sectores de negocio en rápido crecimiento y que más beneficio dan son la construcción y e inmobiliario, por no hablar de la banca. Será casualidad que hayan hecho de tal país su morada insignes políticos, como Bono y González. O como el mismísimo Rubiales, sobre quien, por cierto, pesa una orden de detención. Si eso debe ser, casualidad.
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