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DOMÈNEC MARTÍNEZ GARCÍA "La población de Gaza y Cisjordania vive una situación desesperada: destrucción y exterminio. |
2025-08-15
Las palabras no alcanzan
Dile que las pesadillas siempre se acaban.
Dile que volveremos a Palestina.
Haya lala laya
Canción de cuna tradicional de Palestina
Gaza es más que una pesadilla. Se agotaron todos los adjetivos. En el poema Deshacer lo injusto, Gloria Fuertes, escribió: No sé escupir, pero voy a aprender para escupir sobre las tumbas de todos los culpables de las guerras.
Hoy adquieren todo su sentido. Los culpables tienen nombres y apellidos, y rostros. También las instituciones internacionales y los gobiernos, por permitirlo. No tengo uñas, pero quisiera tener garras para atrapar desde mi altura a los hombres reptiles.
No es necesario citarlos. Son bien conocidos sus responsables: quienes defienden en las tribunas y en el Gobierno sionista de Israel el genocidio de criaturas, mujeres y ancianos. Lanzan miles de bombas sobre ruinas humanas y familias cien veces desplazadas. Practican el tiro al blanco sobre las gentes que corren para buscar alimentos, y condenan a una muerte lenta y cruel por sed e inanición de toda la población de Gaza. Una matanza consciente, planificada, alentada y retransmitida en directo para quien tenga ojos y quiera ver. Salvo los cínicos y los cegados por la indiferencia.
Las palabras no alcanzan para describir la crónica cotidiana de Médicos sin fronteras, ni tampoco el asesinato de periodistas —las palabras e imágenes susceptibles de herir sensibilidades, y que hay que evitar se emitan—, dejando un rastro de muerte y algunos epitafios que nunca podrán borrar. No tengo poder, pero tengo la fuerza de los pueblos que sufren.
El tiempo apremia. La población de Gaza y Cisjordania vive una situación desesperada: destrucción y exterminio. Durante las últimas horas Netanyahu y los suyos han subido la apuesta, Las palabras no bastan, ni pueden servir de coartada o lujo cultural de los neutrales, como aprendimos de Gabriel Celaya. Habrá que actuar desde la voluntad y la razón, alzando la voz contra la barbarie. Deberemos multiplicarnos, por imperativo democrático. Por la causa común de la dignidad y de la humanidad. No tengo cultura, pero tengo el corazón sabio de estar con los que no tienen nada.
Deshacer lo injusto, es también una consigna sólida para recomponer y preservar la memoria, y llevar a los responsables ante los Tribunales Internacionales. Adoptando como propias el nombre de las personas profesionales del periodismo y del cine y de la cultura, que ha sido asesinadas. Preservando su identidad en las escuelas de periodismo, en cada biblioteca y en cada club de lectura, en cada barrio. Y el nombre de las profesionales sanitarias que han perdido su vida, luchando contra el hambre y la metralla, deben pervivir en cátedras y hospitales. Habrá que dejar su huella en los jardines de infancia, y en las escuelas, recordando a las maestras y maestros asesinados. Habrá que acoger a las criaturas mutiladas y dar cobijo y protección, en su tierra de olivos, a las víctimas del genocidio. Proclamando, Nunca más, como se conjuraron los supervivientes del Holocausto.
Mi amigo y escritor Fermín Aparicio, inicia su libro La infancia palestina y la supervivencia, con una dedicatoria a todos los niños y niñas asesinados en Palestina desde el mes de octubre de 2023. Hoy esta lista ocuparía muchas páginas. De su relato he copiado el texto de la canción de cuna palestina que encabeza este artículo. “Son historias de esperanza, de superación, de futuro”, afirma su autor.
El perfil de la Mola inspira esta crónica apresurada en mi barrio de La Cogullada. [Mi agradecimiento a J M Hermoso, por su ofrecimiento a colaborar en este número especial.] También el recuerdo de las familias palestinas y las primeras huidas. La de 1947, 48, 49, la Nakba, la gran catástrofe. Justo cuando los primeros habitantes de esta casa, mi padre y mi madre, arraigaron en la ciudad de Terrassa en la segunda mitad de los años cuarenta, dejando atrás su memoria emocional y alguna huida. Como nos recuerda cada mes de febrero la Marcha de La Desbandá desde Málaga a Almería.
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