... objetivos que no son significativos para nosotros; son genéricos y poco relacionados con nuestra situación o necesidades.

2023-12-31

 

Propósitos no cumplidos

 

Al finalizar el año, mucha gente se pone a hacer una evaluación de sus vivencias durante los últimos 12 meses. El cierre del ciclo nos invita a reflexionar acerca de si estamos en el camino correcto o, por el contrario, queremos cambiar aspectos que no nos gustan de nuestra vida. De ahí surgen los propósitos de año nuevo que todos conocemos, pero que en la mayoría de las ocasiones quedan tan solo en una ilusión.

Los propósitos más usuales que solemos plantearnos son: apuntarse al gimnasio para bajar esos kilos que sobran, dejar de fumar, ahorrar para viajar, aprender algo nuevo, pasar más tiempo con la familia, ser mejor persona, etc. Las primeras semanas del año solemos comenzar con demasiado ímpetu, pero esa motivación desmesurada suele difuminarse antes de que finalice el primer trimestre del año. Pero entonces, ¿por qué nos cuesta tanto ser constantes con el cumplimiento de nuestros propósitos?

Muchas veces nos marcamos

objetivos que no son significativos para nosotros; son genéricos y poco relacionados con nuestra situación o necesidades.

Tal vez no queramos hacer más deporte porque no nos motiva, o ser tan estrictos con la comida porque nos enloquecen los dulces de vez en cuando. Si los propósitos que nos hemos planteado no nos hacen sentir bien, sino todo lo contrario, nos suponen una carga, entonces acabamos abandonándolos.

Por otro lado, cuando los objetivos tienen significado para nosotros e, incluso, ponemos empeño para cumplirlos; igualmente, se nos hace difícil ser constantes. Uno de los factores que hace que esto ocurra es porque los cambios que empleamos para realizarlos son radicales, pretendemos que nuestra vida sea diferente de un día para otro. Por ejemplo, el dejar de fumar de forma tajante, en lugar de reducir el número de pitillos poco a poco, puede generar ansiedad y riesgo de volver a caer en el mismo hábito. Debemos ser coherentes a la hora de establecer medidas, pues es mejor conseguir un plan para saber comer bien durante toda la vida que hacer una dieta restrictiva temporalmente y que tengamos que pasar hambre.

Somos animales de costumbres y en cuanto bajamos la guardia, la inercia nos lleva a instalarnos en lo conocido de forma automática y con ello la frustración por no conseguir el objetivo. Es importante adoptar cambios y añadir conductas de forma paulatina, con disciplina y de forma consciente que nos vayan aproximando a nuestro propósito. Los pequeños y continuos esfuerzos que se van realizando suelen dar resultados precisos y a largo plazo.


Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment