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CRISTINA LORENZO "el suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre jóvenes |
2025-09-21
Prevenir no está de más
La semana pasada se celebró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha fijada con el objetivo de crear conciencia y reducir la tasa de suicidios en el mundo que sigue creciendo sin parar.
El suicidio sigue envuelto en mitos o creencias erróneas sin veracidad científica, que se expanden de forma equivocada a través de los medios de comunicación y que pueden provocar prejuicios ante la conducta suicida. Sin embargo, es importante aclarar que el suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre jóvenes y adolescentes, habiéndose incrementado el número de casos en los últimos años. Es triste, pero cierto que ya no se trata de casos puntuales que suceden de vez en cuando. El suicidio ahora es un problema de salud pública y no solo involucra a la persona afectada, sino al colectivo: familiares, educadores, amigos, compañeros de trabajo, profesionales de la salud, gobiernos, etc.
En un mundo donde prevalece lo superfluo a lo natural, el egoísmo frente al amor, la prioridad de las normas impuestas a la escucha del ser interior y la desconfianza a un mañana que pinta un lienzo lóbrego y decadente, es normal que las nuevas generaciones y parte de las veteranas sientan confusión, inseguridad y ansiedad ante un futuro incierto. Por ello se hace más que urgente incrementar las medidas oportunas y concienciar de que quitarse la vida, no es la solución.
Es importante detectar si alguien de nuestro círculo cercano se encuentra en ese estado de autodestrucción, de afirmar que no existe otra alternativa que la de acabar con su vida. Muchas personas con ideación suicida suelen evidenciar algunas señales de alerta que nos pueden dar claridad para poder ofrecerles nuestra ayuda. Los signos pueden ser verbales o no verbales, como por ejemplo su obsesión con la muerte, pensamiento destructivo, autolesiones, cambios repentinos de comportamiento, alteraciones en la alimentación y/o el sueño, sentimiento fuerte de culpa, disminución del rendimiento académico o el trabajo… La existencia de estos signos no significa necesariamente que la persona vaya a suicidarse, pero son indicios de que esa persona necesita ayuda para no llegar a pasar el umbral de lo irreversible.
La Organización Mundial de la Salud destaca el estigma en torno a los trastornos mentales y el suicidio. Parece increíble que, a estas alturas, en algunas sociedades siga siendo un tema tabú y no se integre abiertamente como un problema de salud pública. Este hecho hace que muchas personas que piensan en quitarse la vida o han tratado de hacerlo disuadan en pedir ayuda. Se necesita sensibilización respecto a este tema y la urgencia de promulgar y expandir la prevención del suicidio al mayor número de personas posibles.
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