... un huracán emocional que se transforma en malhumor, falta de confianza, pesimismo, frustración,

2024-02-25

 

La depresión

 

Esta enfermedad sigilosa, que está muy de moda y que no tiene distinción de edad, sexo o posición social, se podría definir como un estado de pesimismo crónico que se instala en la mente y el cuerpo. De repente, la sonrisa se sustituye por una mirada apagada y lacrimosa que raramente encuentra la luz y el alivio. Un estado que se hace frecuente en nuestros tiempos, pero muy arduo de gestionar.

Cuando se padece alguna dolencia o lesión física, es fácil acudir a un profesional de la salud y señalarle dónde duele, pero cuando el cuerpo y la mente no pueden con el alma y esta duele, es difícil explicar con claridad qué ocurre. Además, aunque es una enfermedad cada vez más común y extendida, siguen existiendo bastantes estigmas en torno a ella. Una gran parte de la población cree que se puede fingir, otra la relaciona con una personalidad inestable y carácter débil. Eso hace que no todos los que sufren depresión pidan ayuda —especialmente los hombres— y por eso resulta tan complicada de sanar.

La depresión se presenta de muchas formas. Hay muchos tipos de trastornos depresivos que, a su vez, pueden estar asociados a otras patologías psicológicas. Cada persona vive la enfermedad de diferente manera y requiere un tratamiento personalizado. Una detección temprana facilita el enfoque terapéutico, por eso es importante reconocer los síntomas antes de que sea demasiado tarde.

Las personas que padecen depresión manifiestan

un huracán emocional que se transforma en malhumor, falta de confianza, pesimismo, frustración,

irritación, tristeza permanente, sentimientos de decepción con el entorno, pensamientos suicidas, etc. Pero también, los síntomas se evidencian a nivel físico: cefaleas, dolores musculares, calambres, aumento o bajada de peso, problemas intestinales, pérdida de cabello, agotamiento, problemas para dormir, dermatitis, debilitamiento del sistema inmunitario…

En definitiva, este tipo de enfermedad es como una rueda llena de negatividad y falta de energía que gira constantemente hasta agotarse. Aunque resulte difícil, es necesario cambiar el enfoque e ir más allá. En lugar de centrarse en todo lo que la enfermedad genera, consiste más bien en analizar las cosas que se están perdiendo por estar en esa situación. Concienciarse de que solo es un estado pasajero que se puede gestionar poco a poco hasta tener pleno dominio sobre él y dejarlo atrás. Se trata de ser valiente y pedir ayuda antes de que el pesimismo se apodere de cada célula del cuerpo y no queden más ganas de vivir, pero sobre todo comprometerse con uno mismo y enfocarse en que al final de tanta oscuridad existe una luz que merece la pena descubrir.


 

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