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2024-08-15
La apuesta geopolítica de Israel requiere una contrapartida de alto riesgo
Israel está apostando fuerte para que su reciente escalada por Asia Occidental resulte favorable. Pero sus oponentes también están dispuestos a correr grandes riesgos y están llegando a la conclusión de que la paz sólo puede llegar con un golpe certero y preciso en Tel Aviv.
Ali Salehian
10 de agosto de 2024
https://thecradle.co/articles/israels-geopolitical-gamble-necessitates-a-high-risk-counter
Cuando se trata de tomar decisiones, especialmente en el contexto de las relaciones exteriores, entran en juego dos factores críticos: la «capacidad» y el «deseo».
«Capacidad» se refiere a las herramientas y el poder de que disponen los países para aplicar una decisión en el mundo real.
Igualmente importante es el marco cognitivo(1) de los actores. El «deseo», o las aspiraciones, se entrelazan profundamente en el análisis coste-beneficio de las decisiones políticas.
Cuando un actor estatal o no estatal posee capacidades significativas y suficientes -y percibe beneficios considerables con costes mínimos o manejables- es más probable que lleve a cabo una acción.
Por ejemplo, el Estado de ocupación israelí no sólo poseía la capacidad de atacar los objetivos deseados, sino que también experimentó un cambio crucial en su equilibrio coste-beneficio, especialmente en sus consideraciones de política exterior. Los recientes acontecimientos de escalada en Asia Occidental llaman la atención sobre estas dos dinámicas esenciales, sobre todo cuando los analistas se apresuran a evaluar los cálculos y las contrapartidas probables de los adversarios.
Racionalidad al revés: Israel opta por estrategias más arriesgadas
Desde el lanzamiento de la Operación Al-Aqsa Flood el pasado mes de octubre, Israel se percibe como un actor que se enfrenta a una amenaza existencial, lo que ha aumentado, por tanto, su disposición a aceptar mayores riesgos.
Sin embargo, sólo un mes después del lanzamiento de la operación de resistencia, Politico(2) citó al ex director del Mossad Tamir Pardo culpando al Primer Ministro Benjamin Netanyahu y al Presidente de Estados Unidos Joe Biden de alimentar la impresión de que «Israel se enfrentaba a una crisis existencial».
Ese cambio de mentalidad se hizo evidente en el ataque de Israel contra el consulado iraní(3) en Damasco el 1 de abril. Un día después, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, declaró que el objetivo de Israel es «actuar en todas partes, todos los días, para impedir la acumulación de fuerzas de nuestros enemigos.»
El proceso de toma de decisiones de Tel Aviv está influido por dos factores clave: en primer lugar, Estados Unidos, y en segundo lugar, el Estado profundo o establishment dentro de Israel. Estos elementos pueden potenciar la racionalidad o reducir la cautela a la hora de aceptar riesgos, especialmente entre los extremistas influyentes de Israel.
La actual transformación de la toma de decisiones israelí parece obedecer a uno de estos factores o a ambos. La Operación Promesa Verdadera(4) de Irán a mediados de abril, que puso de manifiesto las capacidades militares de la República Islámica, ha limitado en cierta medida el comportamiento arriesgado de Israel.
Pero preocupaciones como la posibilidad de una guerra a gran escala y sus elevados costes asociados se han hecho más acuciantes, como puso(5) de relieve el general de división Yahya Rahim Safavi(6) al hacer hincapié en la capacidad de Irán en materia de misiles durante la operación de represalia:
“Durante la Operación Promesa Verdadera, se lanzaron más de 100 misiles hacia Israel en sólo 100 segundos, a razón de un misil por segundo. Estados Unidos, Israel y sus aliados regionales nunca previeron que Irán pudiera ejecutar una operación tan precisa y a gran escala.”
Escaladas calculadas
La dimisión(7) de Benny Gantz del gabinete de guerra en junio podría envalentonar aún más la postura de línea dura de Tel Aviv. Además, el cambio de orientación del presidente Biden, sobre todo con las próximas elecciones estadounidenses de 2024 en noviembre, también ha influido en algunos cálculos.
La pregunta clave que debería guiar una respuesta adecuada, basada en el análisis y el razonamiento, es: ¿Por qué decidió Netanyahu escalar en tantos frentes?
Diversas interpretaciones ofrecen diferentes explicaciones. Algunos lo ven como una oportunidad operativa para llevar a cabo asesinatos selectivos de alto perfil sin alterar la estrategia general. Otros interpretan los asesinatos simultáneos(8) en Beirut y Teherán, junto con la aceptación por parte del Estado ocupante de los costes y riesgos asociados, como un cambio estratégico tras la «visita de alto riesgo a Washington»(9) de Netanyahu. Cabe destacar que, aproximadamente una semana después de este viaje, se produjeron al menos dos actos provocadores de terrorismo.
Es crucial recordar que el mero hecho de tener una oportunidad operativa para asesinar, especialmente a responsables políticos, no justifica intrínsecamente que se lleve a cabo. Esto indica que el riesgo del asesinato, que casi con toda seguridad provocará una respuesta de Teherán y sus aliados, se consideró cuidadosamente.
Incluso el ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, comentó(10) durante una reunión con el recién elegido presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, que la medida era un intento de Netanyahu de extender el conflicto en la región.
Diplomacia de alto riesgo con Washington
Si aceptamos que se ha producido un cambio estratégico, sobre todo en el nivel o el tipo de política, destacan tres posibles escenarios para las interacciones de Estados Unidos con Israel, basados en visitas recientes:
En primer lugar, Netanyahu busca la victoria de Donald Trump y posiblemente ha recibido de él luz verde para escalar las tensiones, haciendo caso omiso de la administración de Biden. Este escenario sugiere que, si bien Trump no desea una guerra regional, podría agradecer una mayor presión sobre la administración de Biden y el apoyo de los sionistas de cara a las elecciones.
En segundo lugar, las recientes operaciones podrían haber sido aprobadas por la administración Biden. Aunque es posible que Biden desee moderar el comportamiento de Netanyahu, podría haber consentido los asesinatos por motivos electorales, con la esperanza de que no desembocaran en una guerra regional. Esto podría verse como un favor a Netanyahu a cambio de alinear a los sionistas y a su influyente lobby estadounidense detrás de los demócratas en noviembre.
En tercer lugar, puede haber surgido un diseño para una guerra regional que implique la participación activa tanto de Israel como de Estados Unidos, con la creencia de que los gobiernos en el poder tienden a asegurarse victorias electorales en tiempos de guerra. Esto implicaría que los demócratas podrían considerar el aprovechamiento del conflicto regional y el compromiso militar como una estrategia para asegurarse la victoria en las elecciones presidenciales.
Entre estos escenarios, el tercero parece el menos probable debido a los altos costes y la imprevisibilidad de la guerra, los reveses en el actual conflicto de Ucrania, los desafíos internos de Estados Unidos y los desacuerdos de la vicepresidenta Kamala Harris con Netanyahu.
Los dos primeros escenarios, o una combinación de ellos, parecen más plausibles y sugieren la aparición de un Israel más proactivo e independiente, con un comportamiento de alto riesgo, como demuestra la reciente oleada de asesinatos de Tel Aviv. Al mismo tiempo, es probable que Israel y Occidente confíen en que el Eje de la Resistencia no busque una guerra regional.
Es el movimiento de la Resistencia
El cambio estratégico de Netanyahu y su decisión de llevar a cabo asesinatos de alto nivel parecen tener como objetivo conseguir un acuerdo con los responsables actuales o futuros de Washington para intensificar las tensiones en Asia Occidental y mantener un estado de crisis, estableciendo una «nueva normalidad» en la región, por así decirlo. Esta maniobra parece diseñada para alinear las acciones de Tel Aviv con intereses estratégicos más amplios de Estados Unidos, especialmente en el contexto de próximas elecciones o cambios de alianzas.
El asesinato del jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, aunque significativo, es ante todo un movimiento táctico más que un cambio estratégico en la región. Pero atentar contra él en Teherán, especialmente tras la toma de posesión del nuevo presidente de Irán y durante una pausa en las conversaciones sobre el alto el fuego, podría tener profundas implicaciones estratégicas.
Pone en entredicho la imagen de poder y seguridad de Irán y agrava la ya inestable situación regional. Así lo subrayó el Secretario General de Hezbolá, Hassan Nasrallah, que destacó la importancia de lo que está en juego en una declaración al afirmar: «El propio Irán está obligado a responder a este terror.»
La conclusión es clara: es probable que Irán y el Eje de la Resistencia aumenten el coste para Israel. Esto sugiere un cambio hacia un mayor nivel de actividad militar organizada, lo que podría afectar significativamente a la voluntad de Israel de participar y aumentar los costes para el bando contrario.
Esta preparación para una guerra regional implicaría acciones coordinadas a través de múltiples frentes, con el resultado potencial de ataques selectivos y bajas significativas. En palabras de un diplomático iraní citado por The Wall Street Journal(11): «Nuestra respuesta será rápida y contundente».
Notas
(1)https://thecradle.co/articles/mind-games-the-resistance-axis-cognitive-war-on-israel
(2)https://www.politico.eu/article/israels-trauma-was-compounded-by-talk-of-an-existential-threat/
(3)https://thecradle.co/articles-id/24202
(8)https://thecradle.co/articles/striking-iraq-how-us-israel-attacks-are-unifying-the-fronts
(9)https://www.cfr.org/expert-brief/netanyahus-high-stakes-visit-washington
(10)https://en.irna.ir/news/85558515/Pezeshkian-Israel-s-assassination-of-Haniyeh-a-big-mistake
(11)https://www.wsj.com/world/middle-east/israel-u-s-prepare-for-severe-iranian-retaliation-c721c0bf
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