"Después de tres días de euforia, las fuerzas ucranianas se encontraron a punto de perder dos brigadas de asalto y, potencialmente, parte de la región de Sumy. 

2024-08-13

 

“Es legítimo atacar a Rusia”. Pero, ¿alguien en Bruselas conoce la historia?

 

 

Fabrizio Poggi

9 de agosto de 2024

https://www.lantidiplomatico.it/dettnews

legittimo_attaccare_la_russia_ma_a_bruxelles_qualcuno_conosce_la_storia/45289_56243/

 

Una vez más, las geniales cabezas de Bruselas fingen no entender nada del espíritu que anima a los rusos. Fingen, claro; y qué otra cosa podrían hacer: los intereses del complejo militar-industrial euroatlántico, empezando por el alemán, que se embolsa miles y miles de millones con el conflicto de Ucrania, dictan que los cabezas huecas de Bruselas empujen a Kiev a nuevas aventuras. Así que atacad territorio ruso a discreción, gritan esos genios a los nazigolpistas, os apoyamos a tope. Doscientos y más años de historia tirados al viento. Ataquen, penetren hasta el fondo de Rusia: ¡será un golpe "al corazón del imperio"! Eso es, eso es: no hay forma más segura que ésta de levantar el espíritu ruso y empujar incluso a los escépticos a unirse contra el atacante. Brillante, por parte de Kaja Kallas & Co. No cabe duda. Pero, los negocios son los negocios. Rheinmetall, Leonardo, Lockeheed, Northrop, Boeing, y así Grumman lo imponen.

            Pero vayamos al grano: el ataque ucraniano en la región rusa de Kursk.

            El habitual "asesor" presidencial golpista Mijaíl Podoljak juzga que la maniobra es necesaria "para iniciar conversaciones con Moscú", ya que, según él, los rusos "pueden sentarse a la mesa de negociaciones y se puede obtener algo de ellos, sólo si comprenden que la guerra no sigue el escenario que ellos desean" y Rusia sólo puede hacer concesiones si está asustada.

            Este es el razonamiento de un verdadero "estratega", que llega, como recuerda Irina Alksnis en RIA Novosti, en un momento en el que Kiev ha recibido una serie de golpes bastante dolorosos: los "compromisos" africanos, resueltos con la ruptura con Mali y Níger; las iniciativas de terceros países para alcanzar un alto el fuego; las derrotas ucranianas en el frente, que llevan a los conservadores de Kiev a considerar la aceptación de las condiciones rusas como un mal menor.

            Y es precisamente para Kiev que las negociaciones supondrían una estrepitosa derrota, aunque sólo sea porque Moscú ha declarado sin ambages que no tiene intención de negociar con el ahora ilegítimo Vladimir Zelensky. Este último, junto con su círculo golpista, está haciendo todo lo posible -y el ataque a Kursk es una prueba más de ello- para mostrar al mundo lo "independiente" que es incluso de sus más ardientes patrocinadores anglosajones, al tiempo que se las arregla para levantar coros de aprobación de los genios europeístas que, como Kiev, fingen ignorar las reacciones que suelen aparecer en el cuerpo de la sociedad rusa cada vez que huele una invasión extranjera, aunque ésta se salde con una rápida derrota ucraniana y, en contra de las intenciones de los atacantes, con la pérdida de más territorio ucraniano, a pesar del despliegue masivo de blindados y carros de combate occidentales.

            ¿Cuáles eran los objetivos concretos del ataque? Se ha hablado de la central atómica de Kurchatov, no lejos de Kursk. The Washington Post cree que "el objetivo de Kiev podría ser interrumpir cualquier suministro de gas ruso a Europa, como palanca de presión" sobre Moscú y, de hecho, justo en las inmediaciones de Sudža, parcialmente ocupada por las fuerzas ucranianas, se encuentra la estación de gas por la que pasa el gas ruso a Europa y, entre Kurchatov y Sudža, sólo hay unos sesenta kilómetros. Pero las fuerzas rusas ya han retomado el control de la zona.

            Como señala Evgenij Krutikov en Vzgljad, incluso con el dominio temporal ucraniano en una zona circunscrita, era en cualquier caso difícil desde el principio contar con un avance especialmente profundo en territorio ruso y la conquista de objetivos de alguna importancia, como, precisamente, plantas atómicas o de gas. Sin embargo, al parecer, una vez más en Kiev, la esperanza de efectos políticos y propagandísticos prevaleció sobre el sentido común y las teorías militares.

           

            Después de tres días de euforia, las fuerzas ucranianas se encontraron a punto de perder dos brigadas de asalto y, potencialmente, parte de la región de Sumy. Un precio muy alto por demostrar las "capacidades" militares de Kiev y obtener "posiciones negociadoras favorables".

            De hecho, en opinión de varios observadores ucranianos, los nazigolpistas están preparando psicológicamente a los ucranianos para una "paz impía". En la sociedad ucraniana, escribe Sergei Zuev en Ukraina.ru, existe la conciencia de que la guerra es sólo una forma de enriquecer a los dirigentes políticos y, por lo tanto, ni Zelensky ni sus acólitos están interesados en la paz. Pero ésta llegará. Qué tipo de paz será, esa es otra cuestión. En UKRLIFE.TV, el politólogo ucraniano Andrej Zolotarev afirma que Kiev no controla la situación y, suponiendo que el frente o la retaguardia se mantengan, "lo que nos espera, en el mejor de los casos, es algo parecido al plan de paz chino, es decir, un alto el fuego, luego la celebración de elecciones y después, quizá, la firma de algunos documentos que probablemente pongan fin al conflicto durante un tiempo". Aunque, con un alto grado de probabilidad, al cabo de unos años nos arriesgaremos a una continuación de la guerra", porque en cualquier caso la política ucraniana será "por definición antirrusa y habrá ansia de venganza". Y los editores occidentales, podríamos añadir, llevan más de un siglo señalando precisamente a Ucrania como espada de Damocles contra Rusia: fueron, por citar uno, los alemanes de Guillermo II, en 1918, junto con la llamada República Popular Ucraniana antibolchevique, quienes ocuparon precisamente la entonces gobernación de Kursk. Por no hablar de sus sucesores nazis y sus secuaces banderistas, y luego, más abajo, los planes de la CIA sobre "zonas ucranianas aptas para operaciones antisoviéticas"…

            ¿Qué futuro le espera a Ucrania? La economía se ha hundido y estamos cerca de una catástrofe demográfica; por ello, el Gobierno está preparando "a la sociedad para una paz vergonzosa", afirma Zolotarev, que una parte importante de ella percibirá como una traición, tras años de expectativas infladas de los ucranianos. Y es precisamente la no realización de estas expectativas lo que sumirá a esta parte de la sociedad "en una depresión, que podría convertirse en agresión hacia quienes han conducido a esta situación".

            Esto significa, en efecto, la aniquilación política de la actual junta golpista. Si bien es cierto que Bruselas "no retira en absoluto su apoyo a Kiev, sino que la empuja hacia una paz a cambio de territorios", ante lo cual, observamos, no hay escrúpulos en fomentar aún más los impulsos terroristas ucronazis, que la UE, con su belicismo a ultranza, proclama "legítimos".

            En cualquier caso, encuestas domesticadas aparte, según la tendencia propagandística que sirva a la junta en cada momento, el deseo de paz de los ucranianos, frente al partido de la guerra dirigido por Vladimir Zelensky, parece incuestionable. Por eso, el ex diputado de la Rada Igor Mosijchuk (ciertamente no un "corderito": comandó operaciones "antiterroristas" en el Donbass en tiempos de Petro Porošenko) dice al canal Politeka que el pueblo "pide la paz porque está cansado de la guerra", de modo que Zelensky está pasando a la "retórica pacifista", pero sólo internamente, porque externamente todavía tienen que mendigar dinero de Occidente; dinero que sólo alimenta la corrupción y los escándalos.

            Y la gente ve todo esto; se da cuenta de que Zelensky no quiere la paz, por la sencilla razón de que -aquí Mosijchuk es sin duda demasiado optimista- con el fin de las hostilidades se celebrarán elecciones presidenciales, las perderá y le meterán en la cárcel. Así que juega un doble juego: retórica sobre la paz y continuación de la guerra, que para Zelensky y su círculo es "un gran y loco negocio, con el que se han hecho multimillonarios".

            Por cierto, tan grande es la "voluntad pacifista" de la junta que, según el diputado Fedor Venislavsky, se está preparando en la Rada un proyecto de ley para permitir directamente a los comandantes de las unidades militares alistar hombres sin la intervención de los distritos, en los que se centra cada vez más la indignación de la población por los métodos feudales de alistamiento forzoso. En la práctica, el ejército actuaría directamente con respecto a los hombres a movilizar, respondiendo también a las demandas de los comisarios occidentales de Kiev, que exigen que se rebaje la edad de los reclutas a 18 años.

            Ahí están, los "planes de paz" de la junta nazigolpista; ahí están, los gritos proeuropeos sobre "el derecho de Kiev a atacar territorio ruso": que muera el mayor número de jóvenes ucranianos; los negocios de unos y otros y los complejos militar-industriales los necesitan urgentemente, para hacer como Ezequías, que "tenía riquezas y gloria en abundancia. Se construyó almacenes para la plata, el oro, las piedras preciosas, las especias, los escudos y para cualquier cosa de valor" (Crónicas 2 – 32-27).


Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment