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““¡Soy una niña, me gusta el futbol, tengo derecho a jugar!” Con esta frase, Tatiana, a sus siete años de edad, reivindicaba con contundencia su derecho a jugar al futbol... |
2023-08-27
El futbol femenino está de moda. Aunque en realidad, fuera antes o ahora, siempre lo estuvo para las niñas que dentro de ellas lo sentían como un juego más al que jugar.
Quede hoy este editorial como reconocimiento y merecido homenaje a todas ellas —campeonas—.
Pese a todo, ojalá que muchas mujeres sigan rompiendo el techo de cristal, en todos los ámbitos, como las campeonas del mundo. La Selección Española Femenina de Futbol. Porque, realmente, en el siglo XXI no habría que romper nada, ya que la igualdad debería ser tan corriente y natural como el gesto de respirar.
Hace 23 años, pioneras en el futbol femenino, como Tatiana Hermoso Moya, empezaron a defender con entereza, lo que a una niña o niño más le gusta; jugar. En este caso, jugar al futbol, contra viento y marea, en unas instalaciones deportivas municipales de la ciudad de Jaén y en un juego donde el machismo dominaba y preservaba ese juego y todo lo que este encierra; a ‘solo para hombres’.
“¡Soy una niña, me gusta el futbol, tengo derecho a jugar!” Con esta frase, Tatiana, a sus siete años de edad, reivindicaba con contundencia su derecho a jugar al futbol en el patio del ‘Colegio Peñamefecit’, donde, por las tardes, los niños, bajo la atenta mirada de su entrenador, jugaban sus partidos como legítimos y únicos reyes de tal deporte. Tatiana estaba harta de mirar y no participar en el juego —hasta le dijo a su madre y su padre que si no la dejaban jugar haría una pancarta con la frase primera de este párrafo para exhibirla en los partidos—.
La pancarta no fue necesaria. Desde su tesón… Tatiana empezó a jugar por entonces con los niños, siendo acogida con recelos en el equipo. Era la única jugadora entre jugadores. Jugaba virtuosamente, bien y —qué regates, qué pases, espectaculares— los niños se enervaban… ante su juego de talentosas jugadas. No fue fácil entre ese mundo de ‘solo para hombres’, pero consiguió ganarse el respeto del equipo con su juego.
Tatiana Hermoso Moya —campeona jaenera— llegó a federarse, como el resto de los jugadores, y durante unos años jugó con su equipo, sus compañeros y amigos. Rechazando —más tarde— en un principio fichar por equipos femeninos por lealtad a su equipo, sus compañeros. Hasta alcanzar la edad en que lo de compartir vestuarios ya no era factible, siendo entonces cuando fichó por el C. D. LAS INFANTAS —tras cuantiosos intentos de su presidente—.
Grosso modo, lo descrito aquí forma parte de una de tantas y tantas inteligentes historias de las niñas hasta llegar a ser ¡Campeonas del mundo!
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