14-08-2022
Racionando el uso del vital aire acondicionado en el verano más sofocante de la historia conocida por los que aún seguimos acumulando años; eliminando de la lista de la compra productos que, de pronto, han adquirido la etiqueta "de lujo";
escuchando cómo nos aconsejan compartir vehículo y lavadora con terceras personas con las que el único nexo de unión es la inquietud que provoca la tensa espera de la próxima factura; bombardeándonos con anuncios que nos dicen lo progresista y ecologista que es comprar ropa de segunda mano a extraños; apagándonos las luces de nuestros negocios, las que pagamos nosotros, con un bonito toque de queda que cambia la sonora sirena por un silencioso Real Decreto. Obligándonos a programar los climatizadores a la temperatura que se nos impone por aquellos que hasta hace dos días usaban corbata pero que, ahora, reniegan de ella. Privándonos de la seguridad que brinda la iluminación en las vías públicas e invitándonos, de esta manera, a permanecer en nuestros hogares como receptores de las noticias que, interesadamente, nos meten por los ojos... Esta es la nueva realidad en la que ya estamos inmersos, en la que la Libertad se nos va haciendo cada vez más y más extraña, hasta que no seamos capaces de decidir por nosotros mismos.
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