... La playa de Ipanema..., ¿qué puedo decir? Un lujo. Extensa blanca arena por la que pasear.

2024-01-14

 

Río de Janeiro

 

Siempre he querido visitar Río de Janeiro una vez más. Y cuando parta desde su aeropuerto lo volveré a pensar. Bien, pues aquí estoy, en Río de Janeiro, con los brazos abiertos, tal cual el Cristo Redentor que culmina como el pabilo de la llama, el Cerro del Corcovado, en pleno Parque nacional de la Tijuca. Imagen que identifica con holgura a esta maravillosa ciudad, no por ser tarjeta de presentación de ella, sino también por haber aparecido en diferentes películas en la pantalla grande. Si queréis subir hay disponibles unas escaleras mecánicas para ello, porque sus vistas si no tienen vértigo son impresionantes. Entiendo que haya sido declarado como una de las nuevas siete maravillas del mundo.

Si no tenéis miedo a las alturas, os aconsejo subáis a uno de los teleféricos acristalados y visitéis el famoso Pan de azúcar. Tras hacer la reserva en Ibis, Río de Janeiro Barra da Tijuca y deshacer la maleta, me deleité con las maravillosas vistas que tiene vista a la playa, y después saboreé la deliciosa gastronomía en el restaurante del mismo hotel para reponer fuerzas. Río de Janeiro es mágico. Seguid mi consejo y viajad hasta este maravilloso país que os aseguro no os defraudará.

La playa de Ipanema…, ¿qué puedo decir? Un lujo. Extensa blanca arena por la que pasear.

Aguas cristalinas en las que surfear. Destino turístico plural e inclusivo. Multicultural y multirracial. Cada parpadeo es una pérdida de belleza visual. Y en la misma playa encontraréis restaurantes, locales comerciales variados y muchísimas personas ataviadas para el baño en la playa. Río de Janeiro siempre. 


 

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