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2023-09-24
Un amigo que conocía
Dicen que la vida nunca quita sin dar, las pérdidas alrededor de la vida parecen una ley natural y un destino, desde que nacemos nos comenzamos a entrenar para afrontarnos a la pérdida y al desapego, perdemos en la ilusión y en la dinámica del flujo de la vida estamos por ganar lo que nos sigue por delante. Al principio puede ser que la innovación y el disfrute nos hagan más ligero la pérdida de versiones y etapas de nosotros mismos que cuando menos nos damos cuenta se resumen en viejas historias con canciones y memorias enriquecidas por todas las personas con las que compartimos existencia, personas que conectemos y con fortuna sus versiones continuarán creciendo en sincronía con nosotros, y si no es así, también es una fortuna haber colaborado y haber sido parte de manera especial en su vida en algún momento.
En la conciencia de que estamos en un constate cambio y que muchos de estos vienen sin avisar, comenzamos a apreciar y valorar lo profundo, lo estable, lo fijo, los lugares y personas seguras, y lo mejor es que también descubrimos capacidades que nos ayudan a cuidarlas, mantenerlas y crecer con ellas, personas que apreciamos y nutren nuestra vida. En este discernir de brindar profundas y genuinas amistades, hay algunas que solían tener un lugar fijo en nuestra vida, sin embargo, sucede un inevitable distanciamiento y duele ver que ese amigo ya no es un lugar tan cómodo y estable como antes, simplemente porque nuestras versiones presentes ya no estén en sincronía y distintos flujos de energía naturalmente nos separen, y es natural, no estamos obligados a quedarnos donde no podemos ser nosotros mismos aunque exista un largo contrato de tiempo que nos una; es importante recordar que todas las relaciones humanas siempre son un camino hacia uno mismo, aprendemos algo de nosotros y del otro,
tomemos nuestra responsabilidad siempre para aprender a ser mejor y recordar nuestro paso efímero por el mundo, que nada ni nadie nos pertenece
y solo tenemos el ahora para amar y hacerles saber a esos amigos recíprocos cuanto los amamos, todos estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos. Hay cosas que no son personales, vivamos y dejemos vivir, todos merecemos ser felices.
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