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2023-10-08
El duelo y un amigo
En el artículo anterior escribí sobre los viejos y obsoletos contratos inconscientes que podemos tener con algunas amistades que, debido al desarrollo individual que las personas involucradas vivan, puede generar que sus versiones presentes se alejen naturalmente. En esta ocasión me gustaría profundizar un poco más sobre el proceso psicológico por cuál se atraviesa en la resignificación que tenía una persona en nuestra vida. Las relaciones consideran tres factores: el individuo uno, el individuo dos y el tercer factor, que es lo que ambos hacen por la relación en creación mutua y colaborativa, donde con responsabilidad afectiva cada persona podría identificar que le corresponde hacer o mejorar para sumar a su relación, en ocasiones además de localizar lo que uno puede hacer también podemos comunicar con asertividad, cariño y respeto lo que nos gustaría o esperamos de la otra parte, sin embargo, respetando el libre albedrío que todos tenemos a veces el otro individuo simplemente puede elegir culminar el camino compartido.
El duelo ante la muerte o el duelo amoroso han sido más entendidos y hablados por la sociedad, y poco se habla de los duelos que se experimentan cuando pierdes una amistad, generando que muchas personas lo vivan en silencio por no parecer exagerados del dolor que también se siente y cubran superficialmente la etapa corriendo hacia delante con heridas abiertas que terminan llenándose de rencor. El duelo es un proceso que se vive tras la pérdida de algo o alguien significativo,
está conformado por varias fases que pueden vivirse de manera no lineal.
Durante la fase de negación suele creerse que solo es una etapa, ya que podía haber existido un distanciamiento antes y que tarde o temprano todo volvería a ser igual; la ira se siente cuando no logra haber acuerdos mutuos y también hacia viejas memorias; la tristeza con melancolía y añoranza por lo significativa que era esa persona y lo doloroso que es ver que ya no está presente; la negociación al intentar aceptar cosas que en verdad ya no queremos en nuestra vida por intentar soportar la pérdida; la aceptación de lo que somos actualmente y desearle al otro con amor y libertad un feliz vuelo por la vida.
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