... ahonda en la temática de los peligros de la inteligencia artificial, tan de actualidad en estos días, 

2023-09-24

 

¡Bendita Ciencia ficción!

 

El próximo viernes se estrena en las carteleras de nuestro país la película The Creator, del director Gareth Edwards. La última película del director de Rogue One está generando una gran expectación entre los amantes del género de la ciencia ficción comparable con la que suscitó en su momento Dune de Denis Villeneuve, por su carácter de obra magna dentro del género.

La película

ahonda en la temática de los peligros de la inteligencia artificial, tan de actualidad en estos días,

y lo hace dentro de un producto de una factura impecable que ya se puede apreciar desde las imágenes de su espectacular tráiler. Que The Creator luzca tan bien no es de extrañar, ya que nos encontramos ante el visón de un director que no es neófito dentro del género y que se caracteriza por un gusto estético admirable que ya se apreciaba en su fascinante debut Monsters (2010) a la que siguieron Godzilla (2014) y la mencionada Rogue One: una historia de Star Wars (2016). Como vemos nos encontramos ante un director que ha dedicado su filmografía a ahondar en los diferentes caminos de la ciencia ficción con resultados más que sobresalientes.

Las primeras críticas y opiniones derivadas de los visionados previos de la película consolidan la entrada de Edwards en el panteón de los grandes nombres dentro del género de la ciencia ficción, emparentándolo con directores como Ridley Scott, James Cameron, Alfonso Cuarón, Christopher Nolan o Denis Villeneuve. Nombres que han dignificado un género cinematográfico que, en muchas ocasiones, ha sido considerado como subgénero menor, carente de interés más allá de llenar las arcas de las productoras gracias a su capacidad de generar asombro por el uso de los efectos especiales, y poco más. Estos directores han hecho que ese “poco más” sea “un mucho”, porque en sus obras han tratado temas que difícilmente se suelen abordar desde otros géneros.

La ciencia ficción tiene esa maravillosa capacidad de llevarnos muy lejos para hablarlos de cosas que nos afectan muy de cerca. Otros mundos, otros tiempos y los sucesos más inverosímiles son los cimientos sobre los que se asientan profundas reflexiones sobre nuestra sociedad actual, nuestro futuro próximo e incluso nuestra condición como individuos. Podemos ir un siglo atrás en el tiempo para encontrar en Metrópolis (1927) de Fritz Lang uno de los ejemplos primigenios de cómo la ciencia ficción ya ahondaba en temas que difícilmente se podrían haber tratado desde un prisma más realista. La crítica al modelo económico-social de la Europa de principios del siglo XX, con las fricciones por las diferencias de clases y la lucha obrera, son el telón de fondo de la trama de esta futurista cinta. Años después, pocas películas supieron retratar la psicosis colectiva de los Estados Unidos de América durante la Guerra Fría contra Rusia, como Invasión de los ladrones de cuerpos (1956) de Don Siegel, reflejo del miedo y la desconfianza que la existencia de comunistas infiltrados entre los “patriotas de bien” provocó en la sociedad.  En plenos años ochenta del siglo pasado, símbolo del modelo desarrollista y neoliberal en Estados Unidos, aparece Blade Runner (1982) donde Ridley Scott nos expuso ante los ojos las consecuencias que el consumismo voraz y la globalización podrían tener para el plantea y sus habitantes. Con esta obra Scott sentó las bases de la imaginería de la ciencia ficción realista que vendría en las décadas siguientes hasta la actualidad.

Más recientemente, títulos como Hijos de los hombres (2006) de Alfonso Cuarón, Avatar (2009) de James Cameron, Elysium (2013) de Neil Blomkamp, o Blade Runner 2049 (2017) del canadiense Denis Villeneuve han continuado ahondando de forma sobresaliente y casi profética en los temas medioambientales, políticos y sociales, eso sí, siempre desde un prisma muy fiel al género. El buen hacer de estos directores está precisamente en saber emplear la libertad que aporta la ciencia ficción para

hacer que estos temas de interés lleguen a un público masivo, convirtiéndose en embajadores de ideas que, si fuesen tratadas en otras películas de carácter más social, tendrían menor alcance.

Gareth Edwards nos devuelve la ilusión de disfrutar de una gran película a la vez que reivindica el género de la ciencia ficción dentro de la historia del cine. The Creator nos recuerda, una vez más, cuan necesaria es la visión crítica del cine de ciencia ficción. Por eso, si el cine en general es una herramienta para la sociedad, el de ciencia ficción lo es aún más.


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