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MANUEL RUIZ TORRES "dispuestas a acercar a los seres |
2025-06-29
Las ninfas
Las ninfas eran divinidades menores de la mitología griega, que vivían en lugares precisos de la naturaleza, una fuente, una cueva, un bosquecillo, lugares de una gran belleza y armonía, atributos de los que eran poseedoras.
La rica mitología griega refiere la existencia de numerosas ninfas, relatando hechos y circunstancias asociadas a los seres humanos, de quienes eran benefactoras y frecuentemente se enamoraban.
Los mitos, a diferencia de los hechos, describen realidades subjetivas, situaciones del alma, empleando el lenguaje simbólico, mientras que los hechos describen realidades objetivas, situaciones históricas, utilizando el lenguaje verbal. Generalmente, los hechos son considerados veraces frente a los mitos, fantásticos e irreales. Sin embargo, tan real puede ser un hecho objetivo como un mito, que describe un hecho psicológico o espiritual.
Si en una clave filosófica los dioses de la mitología griega pueden interpretarse como representaciones de arquetipos, de principios y leyes universales que también se encuentran en nuestro interior, ¿qué interpretación damos a las ninfas?
Si ellas habitan en maravillosos enclaves naturales, dispuestas a acercar a los seres humanos al ámbito poderoso de los dioses, bien podrían representar aquellos momentos en nuestra vida en los que culminamos una acción brillante, bella y buena, esas situaciones en las que, llevados por nuestro esfuerzo, cualidades y valor, nos sentimos más cerca de nuestro cielo interior.
Querer hacer el bien y conseguirlo es uno de esos momentos luminosos. No me refiero solo al bien relacionado con el sentimiento de bondad, sino también al bien en el sentido de excelencia, el bien como máxima expresión de algo en el sentido platónico.
En estos casos, no se trata solo de la buena intención, sino de la eficacia necesaria para plasmarla en acto. Hay una frase atribuida al filósofo y político inglés Edmund Burke, “para que el mal triunfe, solo se necesita que los buenos no hagan nada”, que ilustra muy bien la importancia de no conformarse con las buenas intenciones y llegar a la eficacia de conseguir el propósito.
Este tipo de acciones bien podrían ser el momento en que uno se encuentra con una ninfa, embelesado por su belleza y estimulado por un incipiente entusiasmo, y si esta acción, querer hacer el bien y conseguirlo, se convierte en un modelo y no sólo en algo aislado y fortuito, delimita todo un sendero de ascenso a lo más elevado de uno mismo, tal cual las ninfas acercaban a los seres humanos a los dioses.
Esto, querer hacer el bien y conseguirlo, o como formulara el profesor Jorge Angel Livraga, “todo acto con buena voluntad y eficacia”, es toda una fórmula para desarrollar lo mejor de uno mismo, propia de una escuela de filosofía.
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