"Uno de los principales axiomas del estoicismo en relación a uno mismo es discernir entre lo que depende y no depende de cada uno, como regla de oro para orientar nuestras decisiones:"
2023-02-26
El estoicismo es una filosofía al alza en nuestro tiempo. Es frecuente encontrar títulos que hablan cómo ser un estoico en la actualidad, que tratan de la aplicación de las ideas de sus principales pensadores para afrontar los problemas de nuestro extraño mundo, incluso hay congresos anuales, como la “Stoic Week”.
Lo singular es que el estoicismo surgió hace más de veintitrés siglos y estuvo alimentado durante medio milenio por las aportaciones de filósofos brillantes como Crisipo, Mussonio Rufo, Epícteto, Séneca o el propio emperador Marco Aurelio, y el vigor que muestra en los últimos años es un ejemplo de por qué los clásicos lo son.
El estoicismo es una filosofía moral, cuyo fin es encontrar el modo en que debería comportarse el ser humano para alcanzar el bien que todos buscamos, la felicidad. Y la fórmula que encontraron es perfectamente aplicable a nuestro momento actual por cualquiera de nosotros.
La clave para los filósofos estoicos está en vivir conforme a nuestra naturaleza humana, que descansa en nuestro mundo interior de capacidades y virtudes y en la posibilidad de desarrollar el bien común: “No hay nada que colme tanto de alegría al hombre como el comportarse de acuerdo con la naturaleza humana”, “Si eso no es bueno, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas; tú eres quien debes juzgarlo”, “la verdadera perfección moral consiste en vivir cada día como si fuera el último” de Marco Aurelio y de Séneca, “Mientras vivas, sigue aprendiendo a vivir”, “Nadie es verdaderamente libre si es esclavo de su propio cuerpo”.
La fórmula estoica se basa en hacer obras buenas, desarrollar lo mejor de nosotros y relativizar aquello que nos ocurre que no está en nuestra mano evitarlo.
El modo de vida estoico es austero pero dichoso, socialmente comprometido (“Lo que no es bueno para el enjambre tampoco es bueno para la abeja”, Marco Aurelio) pero a la vez independiente, porque la manera de alcanzar la felicidad no descansa en el consumismo compulsivo ni en la dependencia, sino en el desarrollo pleno de nuestras capacidades interiores y de nuestra dimensión social.
Uno de los principales axiomas del estoicismo en relación a uno mismo es discernir entre lo que depende y no depende de cada uno, como regla de oro para orientar nuestras decisiones: “No hagas que tu felicidad dependa de lo que no depende de ti” (Epícteto) o esta otra recomendación del mismo filósofo, “No podemos elegir nuestras circunstancias externas, pero siempre podemos elegir la forma como respondemos a ellas”.
La filosofía estoica parece hecha para este momento que vivimos, en el que la salud del planeta requiere una severa reducción y reorientación del consumo, en el que los importantes retos personales que se nos han presentado requieren del descubrimiento de nuestras fortalezas y capacidades interiores, momento de dificultad para el que necesitamos una sociedad más unida.
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