6-11-2022
Cuando Julio Millán fue elegido alcalde de Jaén, decidió cambiar muchas de las hipotecas reales de esta ciudad. No pudo cambiar la de la deuda, que emergía de aquellos años ya lejanos del boom del ladrillo en que los beneficios de la ciudad se utilizaron, no en transformar la ciudad en esa urbe moderna y competitiva que hubiéramos necesitado ser, sino en poner a toda máquina el engranaje de contrataciones de personal que, desde 1995 a 2006, llegaron a crecer desde las 700 personas a los más de 1400.
Pero Julio fue capaz de empezar a construir otro ayuntamiento a aquél acostumbrado a gastar, sin sonrojarse, en una radiotelevisión municipal de más de sesenta personas; con unos transportes urbanos propios de “Cuéntame”, en que lo más moderno jamás visto era un señor con un walkie talkie en la acera de Cubero; unos servicios públicos caros y deficientes, o unas instalaciones deportivas que, paradójicamente, cada vez eran menos y peores.
En este escenario, ni el PP ni sus “amigos” podían permitir un medio de transporte público, moderno, sostenible y eficaz como el tranvía. La clave del PP era que Jaén continuara siendo el espacio añejo en el que pretendían instalarnos un día tras otro, y ningún gobierno progresista debía cambiarlo.
No llegó a durar dos años la ejecución de los trabajos del tranvía, que trajeron, además, la renovación de muchos de esos servicios municipales “que no se ven”, y que aprovecharon una obra que cambió Jaén de norte a sur. Qué pocos recuerdan ya aquella entrada a Jaén por Madrid, vergüenza de nuestras vergüenzas, que el tranvía cambió radicalmente.
Si, apenas dos años para ejecutar la actuación, para dar paso a seis de odio del PP a una instalación magnífica, y ahora de cuatro de tomadura de pelo de la Junta andaluza, ya del PP, para ponerlo en marcha de una puñetera vez.
Julio Millán ha evitado el rifirrafe, pero no ha podido evitar que la Junta, con la sartén por el mango, juegue a paralizar las obras de adecuación, año tras año, presupuesto a presupuesto, por tal de que no parezca el tranvía lo que es: un proyecto transformador nacido del PSOE; por tal de impedir que la gente vea por fin el tranvía marchando, siendo Julio Millán alcalde.
Juega esta Junta desde que el PP la gobierna con la inmensa fuerza de los presupuestos para propaganda; y con ellos se permite vender cifras fantasma de presupuestos para un territorio que lo único que ha vuelto a encontrar son fotografías de cargos de la Junta riéndose de Jaén. Incluso venden como gran hito cinco millones para una teórica puesta en marcha del tranvía, que, aclaran, deberá pagar el propio ayuntamiento, a sabiendas que, además, nunca estará en marcha antes de las elecciones municipales. Y les da igual. Instalados en la tomadura de pelo, ya no les duele en prendas seguir engañando con una mayoría absoluta que, piensan, les hace intocables.
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