![]() |
|
2023-11-05
La desazón de Feijóo
A estas alturas, Feijóo conoce sobradamente que la amnistía a los implicados en la crisis del “procés” encajaría correctamente en la Constitución. No, no es algo que forme parte de sus preocupaciones, ni la de la gente que le rodea y cuyo futuro está irremisiblemente ligado al del líder gallego.
Tampoco ignora que lo del “se rompe España” es un mantra inventado y falaz. La historia más cercana es la prueba más palpable. La confrontación que ha reproducido el PP cuando le ha tocado gestionar crisis territoriales desde el gobierno, ha hecho crecer exponencialmente el sentimiento independentista, mientras que la voluntad de diálogo y el ánimo de colaboración que marcan los socialistas en sus gobiernos, han significado una bajada sustancial de ese mismo sentir.
Por el contrario, sabe Feijóo muy bien que la combinación del espíritu de enfrentamiento que exhibe ya sin tapujos, ese falso patriotismo de pandereta que se queda sólo en la pulserita, unido a la virulencia indudable de una derecha mediática echada al monte sin disimulos, es capaz de generar un ambiente de hostilidad que sus propios intentarán cargar indisimuladamente al debe del presidente y candidato Pedro Sánchez. Las derechas se mueven en el fango con una soltura y una comodidad pasmosa, y no dudan en embarrar el campo de juego hasta transformarlo en una pocilga, con tal de desvirtuar unas elecciones cuyos resultados no le dan para gobernar.
Y ocurre que, la verdadera desazón de un Feijóo
desesperado, bronco y destemplado cómo nunca, es que, como político, con muchos años a sus espaldas, sabe lo que personalmente se están jugando él y sus huestes más cercanas.
Sólo una repetición electoral para enero le puede dar la oportunidad de mantener un liderazgo en su partido, que de momento no atacan directamente esos delfines destructores de servicios públicos por todos conocidos, que, de momento, no dudan en acompañarle en esta suerte de “teatro de la desesperación”, a sabiendas que, cuando se despeñe Feijoo cual cabritillo en pendiente resbaladiza, ellos tienen el asidero bien cogido.
Por eso, reconozco que es conmovedor el desparpajo (léase desfachatez) de quien, como el líder popular, es capaz de acusar a su contrincante precisamente de aquello que es sin duda su propio pecado. Y es que si Feijóo y sus secuaces no son capaces de forzar con odio y falso frenesí patriótico unas nuevas elecciones, quienes dirán adiós al tablero político serán ellos; y el tablero del PP está tan bien dotado de esos pluses y sobresueldos que no suelen aparecer en los papeles, que su líder piensa que el paraíso de los Rajoy, Casado y demás, bien que puede esperar.
Lo que no puede esperar, a pesar de las dificultades y del puñetero rencor latente, es la oportunidad para la concordia que nos ofrece un nuevo gobierno de progreso, la oportunidad para el encuentro en la España diversa y compacta con la que muchos soñamos.
Para dar tú opinión tienes que estar registrado.