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“disputada a base de presiones, incluso, al Jefe del Estado, y que el líder del PP necesitaba por dos razones fundamentalmente: apagar las críticas internas por sus resultados electorales, y ganar un foco mediático que pueda ayudarle a levantar la imagen desastrosa que viene dejando en el electorado los últimos meses. |
2023-08-27
Ya tiene Feijoo su investidura. Y con ella, posiblemente, el mayor de sus fracasos.
Una investidura disputada a base de presiones, incluso, al Jefe del Estado, y que el líder del PP necesitaba por dos razones fundamentalmente: apagar las críticas internas por sus resultados electorales, y ganar un foco mediático que pueda ayudarle a levantar la imagen desastrosa que viene dejando en el electorado los últimos meses.
Ambos propósitos son, no sólo difíciles de conseguir, sino que, incluso, pueden ser objeto de todo un “efecto boomerang” que termine arrastrando al PP y al propio Feijoo a una situación aún más difícil que la que se encuentra. De momento le quema lo inmediato, pero lo que viene después podría ser definitivo para él.
Porque si la investidura fracasa, —y de momento tiene todas las cartas para ello—, se habrá validado la paradójica imagen de derrota con la que la derecha salió el 23J. Triple derrota, en las urnas, en la mesa del Congreso y en la investidura, en apenas mes y medio. Algo que no hay político que resista,
Tener unas semanas el foco mediático es un riesgo aún mayor. Los bandazos respecto a VOX, según Abascal apriete, su política cerril respecto a la situación en Cataluña; su basto desconocimiento de la economía en una coyuntura crucial, y su indudable falta de liderazgo, auguran la posibilidad de que, tras el proceso, nos encontremos a un Feijoo aún más débil, y ya sin la posibilidad de tirar del comodín del “Gobierno ilegítimo”, con el que el PP no paró de atacar a Pedro Sánchez estos últimos años.
Pero Feijoo tiene su investidura, su “regalo envenenado” sacado al Rey a base de la presión a que nos habitúa la derecha cada vez que las cosas no le van bien. Curiosamente, viviremos tal vez unos días de aparente paz política impensada. Ya se sabe que las derechas solo dejan de hacer irrespirable el panorama político cuando las cosas se hacen como ellos quieren. Sin embargo, bajo esa careta correrán las mayores presiones conocidas. Derecha mediática, política y económica jugarán todas sus cartas para atraer los votos que necesitan, sin que pueda extrañarnos que lleguen a sondear la “opción tamayazo” que ya se dejó caer en alguna conversación entre Feijoo y Abascal. El constitucionalismo de las derechas no entiende de fraudes.
Prepárense, pues, a bucear en el universo de bulos, mentiras y contradicciones a que nos tiene acostumbrados el ya “candidato” Feijoo. A partir de ahora nos golpearán los más sorprendentes titulares de quien sin duda es la incoherencia viviente, según le toque pedir sus votos a la extrema derecha o a aquellos que ya le han dicho cuatro veces que no los busquen. Y, no importándole en absoluto contar varias realidades paralelas, más le valdría a Feijoo utilizar también estos días para empezar a administrar su, de momento, más que posible fracaso, porque su derrota sería, sin duda, el principio de su adiós.
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