... El día del Corpus Christi, ya había pasado, y los niños y las niñas del pueblo

2024-05-19

 

Una fotografía cuenta…

 

Tener juicio crítico y poder expresarlo siempre nos abre la puerta a manifestar nuestros conocimientos en el mundo de la cultura, con la variedad de elegir una u otra disciplina entre muchas, porque la cultura tiene una historia común a lo largo de sus registros que son los sentimientos que generan una expresión.

Y es la fotografía otra de esas vertientes en que la expresión no se veta solo a fotógrafos especialistas, sino que la captación de un objetivo aficionado puede tener la singularidad de fascinar la sensibilidad allá donde esté.

Cierto es que hay muchas fotografías que se han hecho icónicas y no tienen firma. Otras sí.

Pero no es el caso de este artículo que habla de una fotografía con tantas lecturas, valoraciones y opiniones como sensibilidades y pareceres la observan. Como es el caso del fotógrafo William Eugene Smith, un inglés, que quiso retratar la posguerra española desde su particular punto de vista en el verano de 1950, en Deleitosa, una población de la provincia extremeña de Cáceres.

El día del Corpus Christi, ya había pasado, y los niños y las niñas del pueblo

de Deleitosa ya habían hecho su primera comunión. Pero este fotógrafo consiguió que una familia aceptara que un inglés retratara a su niña vestida de primera comunión, aunque fuese a toro pasado.

Así que, en plena hora de la siesta extremeña, cuando todas las almas buscaban el cobijo de la sombra del hogar, y la ropa y el calzado sobraban por las altas temperaturas, la pequeña María Curiel la atavió su madre y se dejó fotografiar por el extranjero siguiendo las indicaciones de su madre.

Pero en la fotografía, no solo se ve a la niña en la margen izquierda de la fotografía. Además, aparecen todos sus hermanos y hermanas ligeros de ropa o desnudos ante la puerta de su casa. La falta de indumentaria deja plasmada la brecha de que seguramente no tendrían posibles para hacer un banquete el día de la celebración, pero la imposición de la religión debía de ser cumplida.

En la fotografía, aunque es en tonos sepia, se advierten a los pequeños que están bien nutridos, a pesar de que el primer impacto visual indica mucha pobreza. Detrás habría una gran historia. Verdadera. Con sus blancos y sus negros, y sus grises. Pero también con el resto de los colores.

La mirada a través de un objetivo es diferente, no solo por el ojo que capta y aprieta el clic del botón, sino que también es diferente por el ojo que valora la instantánea.

Como fue el caso de la fotógrafa Inge Morath, que dos años después de la foto de Deleitosa, hizo un reportaje en Navalcán, población toledana, cuyo resultado y visión fue muy diferente al del fotógrafo Eugene Smith. La miseria había desaparecido del objetivo de esta mujer, a pesar de que el blanco y el negro brotaban en el revelado, pero no ofrecían esa visión de la “Spanish Village” qué tantos extranjeros ansiaban de forma sensacionalista para sus diarios ingleses.

Pasen y vean… 


 

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