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MAMEN S. P. S.
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2025-03-09
Nadie sin comer
Me gusta leer la prensa, plural en sus ediciones, donde se hace sentir, a veces, el latido de bonitas cosas como la que leí hace unos días.
¿Cómo no me iba a remover el sentir cuando leí el siguiente titular?
“Mientras estemos aquí, nadie se irá sin comer”. Facultativo dotado de hermosura, pues la complicada labor de llegar a fin de mes teniendo alergias alimentarias como puede ser el gluten o la lactosa, parece menos batalladora si encuentras lugares como Casa Tere en Baeza.
En dicho restaurante, no solo los comensales intolerantes a los alérgenos serán saciados como también merecen, sino que los vegetarianos, tienen unas extensas posibilidades para salir del restaurante satisfechos.
Comer fuera del hogar cuando las intolerancias mandan y marcan tu día a día es todo un hándicap para quienes sufren dichos recortes en la alimentación, cuyas alternativas en restaurantes son difíciles de encontrar.
Ciertamente, lo afirmo con propiedad, pues en mi reciente viaje a la capital de España, hicimos una gratificante parada en el camino. Una estación de servicio llamado La Pausa, en el término municipal de Puerto Lápice (Ciudad Real), nos sorprendió muy gratamente, pues en dicho lugar apartándonos a la margen derecha de la N-IV en el kilómetro 140, pude tomarme una taza de bebida de avena con un sobrecito de descafeinado y sin azúcar.
Un lujo inesperado.
Suceso que agradecí y celebré escribiendo una reseña en Google Maps, poniendo en valor esa ubicación como aviso para navegantes e interesados sufridores de alergias alimentarias, de que hay oasis en el camino que suplen todas las necesidades.
Señoras, señores, a veces un alto en el camino, por breve que sea, si es de calidad, se vuelve inolvidable.
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