LOLA GINEL

"Malditos los que desde el sofá miramos para otro lado permitiendo este asedio inhumano que, a los que no matan las bombas, los matan de sed y hambre.

2025-08-15

Genocidio

Un estremecimiento revolcó mi alma cuando la vi de pie entre el horror, sola, la mirada perdida, el polvo de la destrucción en su pelo y su vestido, un temblor asustado por el vértigo del miedo, heridas sangrantes dibujando líneas rojas en su piel de niña sin infancia, de niña arrojada al precipicio de la fatalidad… tan temprano. 

Pobre niña paralizada en el centro de la desolación, buscando con los ojos aterrados la higuera de su patio, el abrazo de sus padres, los juegos entre hermanos, la mochila del cole, la bicicleta nueva que disfrutaba en el parque. Y no los veía. Y ya no estaban. Y no lo entendía.

Sus lágrimas brotaron, ahora sí, al mirar sus pies atrapados entre escombros, entre amasijos de cemento, hierros retorcidos y jirones de ropa pegados a personas troceadas. Personas inocentes como ella, asesinadas en otro bombardeo selectivo de ambición, maldad y tiranía.

Pobre niña, solo niña, niña sola que ya no es nieta… ni hija… ni hermana… ni sobrina… ni… prima… ni amiga… ni vecina. Ahora es niña sola… excluida… refugiada. Los hombres con botas militares y armas demoníacas truncaron su vida de niña viviendo su niñez, porque la infancia allí es “la cosa irrealizable”, un derecho con pies de barro aplastado y hecho añicos de tristeza, dolor y llanto. Pobre niña, pobre niño, pobre gente, “arrancándoles la vida a cañonazos”. 

Malditos los que desde el sofá miramos para otro lado permitiendo este asedio inhumano que, a los que no matan las bombas, los matan de sed y hambre. Malditos los que vivimos en esta paz culpable, impostada y maniquea, que aún no ha movido montañas para evitar el exterminio de un pueblo sin derechos en su propia tierra y sometido a un infierno permanente de desprecio y destrucción. Horror imperdonable y atentado contra los valores y los derechos humanos que un día, pos holocausto judío, unió a la humanidad con el grito universal de ¡NUNCA MÁS! Qué ironía tan macabra.

Primero fue la Okupación, luego la Humillación, ahora la Devastación. Y toda esta aberración tiene su palabra exacta: GE-NO-CI-DIO

¡BASTA YA! ¡VIVA PALESTINA LIBRE!


 

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