¿Cómo es posible siquiera pensar que alguien pueda vivir al margen de la realidad social y el medioambiente? Aun así, ese tipo de vida artificial sería una lenta agonía sin sentido. 

2023-06-18


Según la Real Academia, el miedo es la “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. Si observamos atentamente nuestro ánimo cuando no está en paz y se angustia se debe casi siempre a cuestiones imaginarias, es decir; sufrimos más por el supuesto futuro que por el presente real, incluso cuando las condiciones de vida se tornan duras o complejas.

Entre todas esas ilusiones mentales que forjamos sobre el devenir vamos a detenernos hoy en un tipo particular de preocupación; muy recurrente cuando somos conscientes de una actuación poco ética o inmoral y a sus posibles consecuencias.

Aunque entre la gente sencilla puedan tratarse de acciones sin importancia, no está de más tomar conciencia. Vamos a observar hasta dónde puede llegar el miedo y la poca vergüenza en determinadas actuaciones de potentados señores y sus incalculables fortunas.

No me tachéis de ingenuo si os confieso que durante algún tiempo estuve alimentando esperanzas en estas últimas hornadas de nuevos multimillonarios. Forjada su riqueza desde el conocimiento y la innovación, creí posible su contribución a la causa de la humanidad y el desarrollo sostenible.

Algunos de ellos han emprendido fundaciones y programas en regiones desfavorecidas, siempre de agradecer, pero con muy escaso poder transformador. En cambio, otros, muertos de miedo, están preparando ya su refugio ante la supuesta inminencia del apocalipsis, también invierten en la fórmula que garantice la eterna juventud o en ridículos paseos espaciales; quizás soñando otros mundos para cuando agoten los recursos del nuestro.

¿Cómo es posible siquiera pensar que alguien pueda vivir al margen de la realidad social y el medioambiente? Aun así, ese tipo de vida artificial sería una lenta agonía sin sentido.

Detener el calentamiento global supondría 300 000 millones de dólares, según los datos de las Naciones Unidas. Si las 10 personas más ricas del mundo donaran 30.000 millones cada uno, aún poseerían 386 000 millones entre ellos. Eliminar la pobreza durante 20 años supondría un coste de 175 000 millones y eliminar el hambre 30 000 millones por año.

La vergüenza es la emoción que surge cuando valoramos nuestras acciones como negativas. Es decir, estamos haciendo algo mal y eso va a llevar a los demás a hacer juicios negativos sobre nosotros. Está claro que a estos mil millonarios les tiene sin cuidado lo que pensemos de ellos. Es más, la existencia de este colectivo supone una amenaza para el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible; su existencia incrementa la pobreza y las desigualdades. El planeta agotándose. Los ricos cada vez más ricos y los pobres más pobres e inocentes. Ama


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