17-07-2022
A muchos les encanta repetir como loritos, aquello del realismo político, y esconden detrás de esa sentencia, en apariencia acertada todas sus miserias. Soy de los que creen que la política implica trasformación, riesgo, y a veces asumir retos y trabajar para el mañana, un mañana más alejado.
Recuperar los sueños, ser realistas pidiendo lo imposible, para convertirlos en objetivos de sus sueños. Algunos creen que soñar consiste en verse para siempre en un escaño y confunden sus particulares ambiciones con entusiastas propuestas, de logros para sus intereses, sin más fin que el de sentirse triunfadores de sus sueños. Si algunos liderazgos son peligrosos, también lo es su ausencia, sin sueños contagiosos convertidos en objetivos necesarios. Pero nadie hace más en su contra que los mismos partidos. Sus peleas y ambiciones, sus agendas y prioridades, se alejan cada vez más de la sociedad haciendo más increíbles sus propuestas, a pesar de su aparente sensatez, así como ese porvenir inseguro para la sociedad, que solo ve ese creciente divorcio donde se puede abrir la caja de los truenos que lleva a la rebeldía contra los políticos soñadores sin cálculo que se apoderan del bien público. Nada es gratis, sacúdete que no te atonten. Mójate sabiendo que no hay escapatoria individual.
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