Ciudadanos españoles. ¿Qué individuo, en la sociedad actual, está preparado para ‘aceptar’ que, un día sí y otro no, asesinen a una mujer en España? No hay que rascar mucho el cascarón que cubre el conocimiento de la sabiduría de esa sociedad actual para conectar con la generalidad coincidiendo al responder a la pregunta que: solo los maltratadores o asesinos que lo hacen o quienes se hacen ciegos o miran para otro lado cuando en sus vivencias, cotidianas o esporádicas, conviven con la violencia de género.

2023-01-15


Ciudadanos españoles. ¿Qué individuo, en la sociedad actual, está preparado para ‘aceptar’ que, un día sí y otro no, asesinen a una mujer en España? No hay que rascar mucho el cascarón que cubre el conocimiento de la sabiduría de esa sociedad actual para conectar con la generalidad coincidiendo al responder a la pregunta que: solo los maltratadores o asesinos que lo hacen o quienes se hacen ciegos o miran para otro lado cuando en sus vivencias, cotidianas o esporádicas, conviven con la violencia de género.

La lacra de los maltratadores-asesinos hay que cortarla de raíz. No caben excusas porque, al final, lo deleznable de estos hechos es: que son mujeres las que están siendo asesinadas mientras la sociedad sigue normalizando el repugnante delito del asesinato. El Estado (sus instituciones y el gobierno), ¡nadie!, tiene que descansar hasta normalizar que toda mujer que resida en España tiene que ser RESPETADA, INVIOLABLE e INTOCABLE para que las esposas, las abuelas, las madres, las tías, las hermanas, las cuñadas, las hijas, las nueras, las sobrinas, las nietas, las primas, las vecinas, las amigas, las conocidas, las compañeras de trabajo o estudios... vivan normalizadas en la más absoluta tranquilidad que procura el respeto. Y como esto solo se alcanzará desde la educación [desde la más primaria -durante la niñez- siempre concatenada e incluyente en el acompañamiento de la persona hasta su más rabiosa actualidad -durante su vida adulta-] (de todo individuo), esto será un proceso social -gran avance- que para conseguirlo llegaría a muy largo plazo. Llegados hasta aquí, sin duda, sería un aberrante disparate esperar el fruto del proceso de la educación -con las armas que hasta ahora cuenta el Estado- ya que el precio a pagar es seguir sumando asesinatos de mujeres -personas- a las meras estadísticas.

Por ello resulta de una brutalidad enorme el anacronismo de que: Las bestias siguen sueltas en la calle, en los hogares, en los centros de trabajo… en pleno siglo XXI -mientras las armas del Estado se asemejan al medievo- donde la moral del Estado está secuestrada por las reminiscencias del medievo y las herramientas del Estado son mantequilla ante estas (las bestias). Mantequilla que ante el ardor de toda bestia se derrite fácilmente sin parar las atrocidades que aguantan las víctimas desde el dolor y el sufrimiento, y, ¡el miedo y la soledad!

Por ello, en el ejercicio de la potestad legislativa del Estado, que corresponde a las Cortes Generales, que representan al pueblo español; cabe articular medidas encaminadas a paralizar todo intento de maltrato y asesinato de la violencia de género: ejercido por los maltratadores asesinos -las bestias-.



Pero sí; casi dos décadas lleva funcionando el VioGén -vocablo ‘moderno’ al que habrá que acostumbrarse y normalizar como la sociedad normaliza la propia violencia de género y sus tristes y lamentables derivaciones- y hoy por hoy, el VioGén, viene a ser como el tarro grande donde el Estado almacena la mantequilla. (El pasado domingo, 8 de enero, se saldó con un total de cuatro asesinatos machistas). Respeto, respeto y respeto... ¡¡¡RESPETO y, EDUCACIÓN!!!

Así pues, que el RCPVVDG, es mantequilla, ¡sí!

“En el Registro Central para la Protección de las Víctimas de Violencia Doméstica y de Género se inscriben las penas y medidas de seguridad impuestas en sentencia por delito; medidas cautelares y órdenes de protección acordadas en procedimientos penales en tramitación, contra alguna de las personas a las que se refiere el artículo 173.2 de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Asimismo, se inscriben los quebrantamientos de cualquier pena, medida u orden de protección acordada en dichos procedimientos penales”. La realidad es que las víctimas siguen sintiendo ‘miedo de mujer’ porque desde su más profundo interior conciben que están desprotegidas y solas; y tristemente es cierto porque a ellas, y solo a ellas, es a las que asesinan mientras el Estado sigue su curso sin evitar la tragedia del maltrato y la crueldad del asesinato.

Hay que seguir avanzando, con pasos firmes. ¡Claro que sí! Según palabras del ministro del Interior [El Gobierno tendrá “en las próximas semanas” la fórmula para poder alertar a las mujeres con parejas que acumulen antecedentes por violencia de género]. Y viene al caso, a propuesta de una conversación al respecto. ¿Podría formar parte de la fórmula que toda persona maltratadora -con violencia de género probada y sentenciada- fuese ‘anillada’ con un grillete electrónico en su tobillo? Dotando a las víctimas de la tecnología suficiente -como algo parecido al ‘botón’ de la teleasistencia que utilizan las personas mayores- y vinculando ambos dispositivos electrónicos (grillete y ‘botón’) que estarían conectados siempre a los Cuerpos de Seguridad del Estado encargados de velar por la seguridad e integridad de las víctimas. “Este grillete -que a la persona maltratadora nunca le estaría permitido quitárselo de su tobillo- sería de gran utilidad ya que daría mucha más garantía al cumplimiento de las órdenes de alejamiento, y, siendo este de un color específico aplicado únicamente para los casos de violencia de género ya que así -simplemente viendo el color- serviría para alertar a las mujeres con parejas que acumulen antecedentes por violencia de género”. Seguramente, todo esto, bien estructurado, desarrollado y legislado podría suponer un avance a corto plazo -mientras España desarrolla plenamente la piedra angular de la EDUCACIÓN para erradicar esta lacra-. Podría suponer menos riesgos en sufrir la violencia de género del maltratador reincidente en otras mujeres. Pero, ante todo, podría llegar ¡ya! ese día en que esta horrible y despreciable pesadilla desapareciera por siempre de España; y que esas bestias comprendieran que las mujeres, sí, o sí, han de ser RESPETADAS, son INVIOLABLES, e INTOCABLES, en la calle, en los hogares, en los centros de trabajo… ¡En todo lugar habido y por haber!

Pero ¡atención! Mientras llega ese día; que el ejercicio de la potestad legislativa del Estado, que corresponde a las Cortes Generales, trabaje incansablemente en convertir la mantequilla en diamante.


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