31-07-2022

Pones la televisión y escuchas y ves las duras premoniciones que nos indican que después del verano las condiciones económicas serán, no duras, durísimas para los europeos.

Lees los medios de comunicación y te informan de las declaraciones de cada día de los dirigentes europeos que nos piden colaboración y entendimiento ante lo que va a venir. Quién tenga redes sociales podrá ver, a todas horas, a eruditos económicos que nos avisan de lo que va a venir. Y así, …. todos los días.

Todo el espectro económico está avisando de que la situación se va a complicar después de las vacaciones. ¿Por qué después de las vacaciones? No lo sé, pero coinciden en el marco temporal. Todos los gurús económicos nos avisan de forma alarmante de que la guerra en Ucrania, la escasez de alimentos por el corte de suministro globalizador, la escasez de energía para el centro de Europa, la alineación de China, India, Argentina y más de 50 países con Rusia está provocando una situación perjudicial para el capitalismo más agresivo maniatado a EEUU.

Si no queremos ver que este sistema está roto y destrozado será porque no queremos mirar, porque el capitalismo como sistema económico-social de nuestro mundo globalizado se ha estancado y tiene muy mala pinta. La globalización que se vendió como la panacea para el consumo a nivel mundial y la solución económica a la producción económica y deslocalizada de los países consumidores, está siendo el principal culpable de esta situación de escasez y de dependencia de terceros, cuartos y quintos países.

Si los mandamases económicos y políticos de la Unión Europea y EEUU se han dado cuenta del daño que hemos sufrido por la escasez y falta de productos básicos o energía durante la pandemia y en la actualidad por causas bélicas ajenas a los ciudadanos de a pie, es motivo más que evidente para poner las barbas a remojar. La globalización como eje vertebral del capitalismo vigente ha sucumbido a la era tecnológica y es incapaz de ser un sistema regulador, justo y beneficioso para cualquier país. Por un lado están los países consumidores que originaron la explotación de terceros países, usando sus materias primas y creando industrias que abaratasen los productos, a costa de los derechos de la clase trabajadora local, y por otra están los terceros países importadores de energía y productos básicos que han visto como su riqueza, en época difícil, se la querían llevar los que se aprovechaban de ellos, y están modificando sus marcos socioeconómicos para fortalecer su situación estratégica en este mercado internacional de intereses, más que dudoso.

Y todo esto sin hablar de algo que lo hablamos todos los días y que los medios lo hacen a todas horas: el cambio climático. Sigo sin entender como hay todavía personas que no asuman y comprendan la realidad que estamos sufriendo: nuestro planeta está cambiando y nos va a afectar de lleno. Si todos los días nos levantamos quejándonos de las temperaturas tan altas que tenemos a todas horas y todavía no ha llegado septiembre con sus gotas frías y tormentosas lluvias, no sé cómo siguen sin querer asumir que somos culpables de los destrozos medioambientales y que el clima ya ha cambiado.

Si las altísimas temperaturas que sufrimos en mayo han hecho perder el 60% de la producción olivarera será por algo. Pero será más cómodo ir pensando a que piscina, playa, parcela, río o pantano nos vamos a ir este fin de semana, que prepararse para lo que viene.

Y no quiero acabar sin decir que esto será culpa, por supuesto, del gobierno socialcomunistabolivarianoproetarracatalán y no sé cuántos adjetivos más, que solo sirven para adornar posturas fascistas que gastan más saliva en los epítetos que en los sustantivos.

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