El elegido será el pastor que nos guíe durante los próximos cuatro años. El camino será duro, desierto económico, desierto local, desierto municipal. Báculos se alzan clamando tu atención, sus…

2023-05-21


El elegido será el pastor que nos guíe durante los próximos cuatro años. El camino será duro, desierto económico, desierto local, desierto municipal. Báculos se alzan clamando tu atención, sus portadores pretenden ser ellos, los elegidos. Para elegir a tu profeta no has de mirar hacia el cielo, tampoco hacia las estrellas. Bastará con que abras tu buzón y recojas esos papeles de colores que sueles tirar a la basura cada cuatro años. En ellos encontrarás un esbozo ligero y de fácil entendimiento que te orientará sobre el camino que unos y otros prometen. Todos ofrecerán sus oasis, todos te dirán que con ellos el camino será mejor, más fácil. Pero tú, que no eres tonto, sabrás leer entre líneas y sabrás también qué tipo de oasis quieres para tu travesía.

Estos que ahora aspiran a ser profetas son tus vecinos. Si no los conoces puedes hacerlo ahora que pasean por las calles y concentran a la gente en plazas para lanzar sus propuestas.

Es lo mejor que tienen las elecciones municipales. No tienes por qué guiarte por lo que digan en la tele o internet, puedes asistir a un par de actos y ver cara a cara a los candidatos, ver de cerca a sus seguidores y elegir con mucho tino a quien vas a votar.

Hace un par de días, durante un viaje por carreteras secundarias, paré en un pequeño pueblo costero. A medida que circulaba por sus calles, las caras de los candidatos me sonreían y yo, como fotógrafo que soy, venía mirando las fotos electorales y analizándolas. Pues bien, al pasar por una plaza descubrí un acto de uno de estos partidos. Un escenario, micrófonos y los dos candidatos de una determinada agrupación política en el escenario. Allí estaban, en carne y hueso. Sus fotografías me habían gustado, transmitían buen rollo, seguridad a la vez que amabilidad. Decidí parar la moto y bajarme a escucharlos hablar. Lo primero que me llamó su atención es que pasaron de ser imágenes estáticas a personas, con sus acentos, sus pausas, sus atranques durante los discursos. Lo siguiente fue su cercanía para sus conciudadanos. Hablaban al público, sí, y hacían referencias personales, al carnicero de la plaza, a la señora de la tienda de la esquina… no era un mitin político unilateral, aquello era una charla. Lo siguiente que me llamó la atención fue el contenido. No se hablaba de colores, de ser de unos o de otros. Allí se estaba hablando de sus barrios, de su ciudad, de problemas concretos. Alzaban la mano los vecinos y preguntaban por problemas reales y concretos. Hablaron de viviendas turísticas, de zonas de aparcamiento, de espacios verdes. Cada uno de su madre y de su padre, cada uno de su barrio.

Eso es la política municipal y no otra cosa. Es hacer propuestas para solucionar problemas que te esperan en la puerta de tu casa. Es solicitar una reunión con tu alcalde para que te ayude a resolver un problema concreto. Cuando votas a tu alcalde, votas a tu vecino. Vota a un buen vecino y no te equivocarás.


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