22-05-2022

Hygge es una palabra pequeña que engloba una gran filosofía de vida. Dicha palabra tiene su origen en Dinamarca y en Noruega. Su traducción engloba un concepto que identifica un modo de vida básico, muy íntimo, acogedor, donde los sentimientos de bienestar son tan sencillos como la vida misma. Habitamos en un mundo que es una vorágine incesante donde los sencillos y básicos placeres de las pequeñas cosas del día a día han perdido casi todo su valor. Vivimos muy deprisa. Un hogar feliz es la esencia de la felicidad. Los detalles de las cosas simples son el timón de los daneses y de los noruegos en su modo de vida, siempre buscando el bienestar. Tan fácil.

El libro “Hygge, la felicidad en las pequeñas cosas” de Meik Wiking,

expresa que seguir con una actitud de vida determinada se puede llegar a ser feliz, Y por ello los daneses, los noruegos, practicantes de dicha filosofía son más felices que el resto de la población del planeta, en definitiva, vivir acorde disfrutando de los pequeños placeres de la vida como rutina asegura la dicha.

Meik Wiking, director del Instituto de la Búsqueda de la Felicidad de Copenhague propone en su libro un listado señalado como “Manifiesto Hygge”, en el que indica como prioridad el ambiente en que nos encontramos, la presencia, el placer, la igualdad, la gratitud, la armonía, la comodidad, la tregua, la unión y el refugio, todos ellos parámetros para llevar a cabo con éxito dicha filosofía.

Parece ser que este modo de vida, para que sea eficiente en su totalidad tiene que inculcarse desde la más tierna infancia, quizás por ello, una buena forma de introducirlo sea en la gran pantalla. Es el caso de la película infantil Frozen, en cuyo musical celebrado en Broadway formó parte de su espectáculo una canción titulada “Hygge” donde se habla de la felicidad de compartir tiempo con las personas a las que quieres.

“Apagar el móvil y vivir el momento” es la premisa para seguir. Espinosa tarea muy difícil de llevar a cabo, cuando el móvil rige la vida de grandes y chicos, restando con el uso de tantas y más aplicaciones la esencia del ser humano, socializar en grupo, no de forma individual y a través de la tecnología de las redes sociales. El concepto de “Hygge” se remonta con anterioridad a la Edad Media, siendo curioso a día de hoy que aparezca este término como una novedad; cuando lo realmente novedoso sería llevar su práctica a cabo. Sería estupendo que nos convirtiésemos en unos Hyggeling, para que en algún momento del día o en un día a la semana encontrásemos un Hyggestund, y por supuesto demos un lugar para disfrutar de esa filosofía creando un Hyggekrog. Ánimo. 

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