23-10-2022
Creo firmemente en las posibilidades que atesora nuestra tierra. Cómo no hacerlo si de Jaén sale la cuarta parte de la producción mundial de aceite de oliva, si tenemos dos ciudades patrimonio de la humanidad. Más superficie protegida que nadie, una joven y gran universidad y una historia maravillosa. Pero hay demasiados más llantos que empuje. O al menos hacen más ruido.
Empezando por el manido mantra de la ausencia de comunicaciones, les diré que tiene cosas que me descuadran, pues hay municipios que son nudos de comunicaciones que no salen del pozo, y otros sin una autovía que rozar, que crecen y brillan. Los casos de Linares y Alcalá pueden ser paradigmáticos. Y es que, siendo necesaria la mejora sobre todo de nuestros trenes, posiblemente resulte mucho más crucial la generación de toda una cultura empresarial y vital que cambie la deriva de victimismo y tristeza.
Hay paradojas muy llamativas, como la de empresarios que se incorporan a formaciones políticas muy críticas con las administraciones, y que certifican en su momento la desaparición de la Cámara de Comercio, o hay quien que ha acumulado sin mucha preocupación críticas muy serias entre los clientes que dejan su opinión en las plataformas comerciales de internet. Curiosamente, los empresarios que cualitativamente pueden cambiar las cosas desde dentro suelen hacerlo sin fuegos artificiales, con espíritu de colaboración con las administraciones, y sus críticas son constructivas y capaces de ser asumidas y aprovechadas desde el diálogo. Nada, en cualquier caso, como un buen ejercicio de reflexión; mucho mejor que echar hacia afuera todas las culpas de su situación.
Veo, y lo tengo muy cerca, ejemplos de empresas que no pierden un segundo en discursos victimistas, y que trabajan día a día, no solo por la cuenta de resultados -faltaría más-, sino por generar riqueza en su territorio, sabedores de que es mucho más positivo que haya muchos que ganan, a ganar en un desierto de incertidumbre.
Veo también, la apuesta de Diputación o Ayuntamiento de Jaén por la generación de empleo local y el apoyo a los emprendedores que se atreven y que ven el vaso medio lleno en lugar de llorar por tenerlo medio vacío.
Y, en este punto, alabo las declaraciones del alcalde de Jaén hace unos días contra el derrotismo y el juego de los que pretenden beneficiarse de engordar el sentimiento de la frustración. Me ha gustado ese “conmigo que no cuenten para eso”, que es toda una declaración de compromiso con Jaén y con su futuro. Los que pretendan otra cosa no tienen más que mirar a varios municipios de la provincia. Mamar frustración no le vino nada bien a alguno señalado. Por contra, qué bien le está yendo a quien ha rezumado fe en sus posibilidades y ganas de aprovechar las oportunidades junto a la gente. Pues eso, conmigo que tampoco cuenten los derrotistas.
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