2022-12-18
Seis meses para las elecciones que determinarán el futuro de nuestras ciudades, en aquello que más nos toca. O que al menos más vemos, más apreciamos. La limpieza, la seguridad ciudadana, el transporte público urbano, la vida cultural y deportiva…
El tiempo pasa a una velocidad demasiado rápida, y nos aprestamos a finalizar los últimos meses de un mandato municipal que, en lo concerniente a Jaén capital, me atreveré a calificar como un verdadero paso de gigante para salir de la frialdad, la penumbra, la tristeza en que diferentes gobiernos locales del Partido Popular habían aferrado a la ciudad.
Y, además, el mandato municipal finaliza sumido en la esperanza. El anuncio del CETEDEX ha sido la mejor noticia que podíamos recibir los jiennenses en medio de un ambiente casi hostil y apesadumbrado tras algún otro tren que, finalmente, no paró en nuestra estación.
El trabajo del gobierno, de nuestros representantes, del presidente de la Diputación y del alcalde, hecho como debe hacerse, con toda discreción, sin fuegos artificiales, sin mascotas ni vender la piel del oso antes de cazarlo, ha dado su fruto. Y es de reseñar especialmente que se haya sido capaz de aprender de errores anteriores.
Algo que no suele darse en política. Mientras unos se ocupaban de intentar aprovechar la frustración en beneficio propio, otros han sido capaces de analizar, de aprender, y de hacer, desde la prudencia y desde el silencio, un proyecto que, esta vez sí, tiene capacidad para transformarse en foco generador del valor añadido inmenso del futuro. Esa es la forma de hacer política que necesitamos y que Paco Reyes calificó de un modo que me resulta especialmente interesante: derrotar al derrotismo.
Y eso de “derrotar el derrotismo” es parte del buen trabajo que han hecho el alcalde Julio Millán y sus concejales y concejalas estos años; por fin un ayuntamiento amable, por fin diálogo continuo con emprendedores y con quienes tienen ganas de cambiar viejos sentimientos de frustración y otros nuevos que hay quien está empeñado en hacer crecer. Por fin una ciudad limpia, por fin marchó Castillo, por fin sensatez en muchas hipotecas heredadas, por fin una ciudad viva, que rezuma cultura y deporte, y crece como destino turístico. A pesar de la dificilísima situación económica recibida, a pesar de la dureza de la pandemia, a pesar de una Junta de Andalucía experta en zancadillas, empeñada en que el tranvía y otras inversiones solo se muevan si Julio pierde…
Y las señales que se perciben, además, nos llevan a la conclusión de que el resto de partidos piensa que Julio ha debido hacerlo muy bien, cuando los adversarios de hace cuatro años han desaparecido o cambiado de barrio, cuando el PP busca un candidato con un perfil que pueda parecérsele, cuando solo algún grupo residual ha nombrado ya candidato.
¡El camino era tan difícil! Pero, qué buen trabajo, alcalde.
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