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ALFREDO INFANTES DELGADO
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2025-03-09
8M. Poesía feminista
Ayer, 8 de marzo, se celebró el Día Internacional de la Mujer. Por eso he querido presentaros en estas páginas algunos poemas escritos por mujeres que tienen que ver con lo que se conmemora en esta fecha. Deseo con ello homenajear y reconocer a todas las mujeres, organizadas o no, que están luchando desde el feminismo por la igualdad total y contra la violencia de cualquier tipo contra ellas; pero también a un colectivo feminista de esta provincia que desde hace unos años (bastantes) viene luchando contra viento y marea por esa igualdad y contra esas violencias hacia las mujeres. Se trata del Colectivo Feministas 8M Jaén.
Deciros también que esta selección es muy subjetiva y que, por estar realizada por un hombre, con todo lo que ello conlleva de patriarcal y machista (queramos o no, seamos más o menos conscientes del hecho), seguro que no satisface a todas las que esto leáis pues, evidentemente, de haber estado realizada por una mujer, y feminista, la selección seguramente hubiera sido otra muy diferente. Como también hubiera sido diferente de haber sido hecha por alguien del colectivo LGTBIQA+.
Deciros, para terminar, que la poesía feminista, evidentemente, está asociada con la poesía hecha por mujeres, aunque de lo femenino a lo feminista hay un paso sustancial: mientras que la primera puede ser tan machista o patriarcal como la realizada por personas de cualquier otro género, esta última denuncia la posición relegada que ha ocupado la mujer en la sociedad, el machismo y el patriarcado, así como su aspiración a la igualdad entre todas las personas que conforman la humanidad.
El Colectivo al que me he referido antes interactúa en diferentes redes sociales, pero aquí os dejo sus direcciones de facebook e instagram en las que podréis entrar en contacto con ellas y seguir sus convocatorias, escritos, denuncias, así como diferentes campañas que desarrollan durante todo el año:
https://www.facebook.com/search/top/?q=feministas%208m%20ja%C3%A9n
asambleafeministas8njaen
Y, bueno, esto es lo que hay. Es mi pequeña contribución a la fecha celebrada y al feminismo dentro de mis muchas limitaciones.
Andrea Salaberri (poeta desconocida de la Generación del 27)
Entre mi ovillo y mi moño soy mujer, palabra postergada, rima que no se dice, que no es otoño, sino mujer. Besos sin labios, labios que nunca dicen porque han de dar a luz al porvenir y al mundo.
***
Dulce María Loynaz (La Habana 1902-1997)
Si me quieres, quiéreme entera
Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra… Si me quieres, quiéreme negra y blanca, Y gris, verde, y rubia, y morena… Quiéreme día, quiéreme noche… ¡Y madrugada en la ventana abierta!… Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda!… O no me quieras.
***
Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1998)
Soy sólo una mujer
Soy sólo una mujer y ya es bastante, con tener una chiva, una tartana un ‘bendito sea Dios’ por la mañana y un mico en el pescante. Yo quisiera haber sido delineante, o delirante Safo sensitiva y heme, aquí, que soy una perdida entre tanto mangante. Lo digo para todo el que me lea, quise ser capitán, sin arma alguna, depositar mis versos en la luna y un astronauta me pisó la idea. De PAZ por esos mundos quise ser traficante -me detuvieron por la carretera soy sólo una mujer, de cuerda entera, soy sólo una mujer y ya es bastante.
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Carilda Oliver Labra (Matanzas, 1924-2018)
El canto
Rómpanme los vestidos, quítenme la locura, pulan con ese látigo mi sitio de estar sola, tráiganme los infiernos, pongan mi cama dura; no temo a los tiranos ni al cáncer ni a la ola.
Déjenme sin pecado, sin sol, sin biblioteca; ya huérfana de todo no sentiré ni tedio. Escóndanme ese pan, claven mi boca seca: nada podrán hacerme que no tenga remedio.
No importará la cárcel porque bebí delirio, hasta en el mismo polvo suele nacer el lirio, ninguna muerte sabe podrirme la mañana.
Mi corazón no tiene gravámenes ni dueño. Nunca podrán quitarme el ala con que sueño. Y seguiré cantando cuando me dé la gana.
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Maya Angelou (San Luis, Misuri, 1928 - Winston-Salem, Carolina del Norte, 2014)
Podrás describirme en la historia con mentiras retorcidas, Podrás arrastrarme en la basura misma aun así, como el polvo, me levanto. ¿Te desconcierta mi insolencia? Porque camino como si tuviese pozos de petróleo bombeando en mi sala de estar. Igual que las lunas y los soles, con la certeza de las mareas, igual que las esperanzas que alto vuelan a pesar de todo, me levanto.
¿Querrías verme destruida? ¿Con la cabeza gacha y los ojos bajos? Y los hombros caídos como lágrimas. Debilitada por mis conmovedores gritos. ¿Te ofende mi arrogancia? No te lo tomes a mal: porque me río como si tuviera minas de oro excavadas en mi patio de atrás.
Puedes dispararme tus palabras, puedes acuchillarme con los ojos, puedes matarme con tu odio, y a pesar de todo, como el viento, me levanto.
¿Te desconcierta mi sensualidad? ¿Te parece extraño que baile como si tuviera diamantes en mis muslos? Desde los cobertizos de una vergüenza histórica me levanto. De un pasado enraizado en el dolor me levanto.
Soy un océano negro, impetuoso y extenso, fluyendo y embraveciendo, y así soporto la marea. Dejando atrás noches de espanto y miedo me levanto. En un nuevo día, asombrosamente claro, me levanto.
Con los talentos que mis ancestros dieron, yo soy el sueño y la esperanza del esclavo. Y me levanto. Me levanto yo me levanto.
***
Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941)
Ca Fosgari
Te amo como mi semejante mi igual mi parecida de esclava a esclava parejas en la subversión al orden domesticado. Te amo esta y otras noches con las señas de identidad cambiadas como alegremente cambiamos nuestras ropas y tu vestido es el mío y mis sandalias son las tuyas como mi seno es tu seno y tus antepasadas son las mías. Hacemos el amor incestuosamente escandalizando a los peces y a los buenos ciudadanos de este y de todos los partidos. A la mañana, en el desayuno, cuando las cosas lentamente vayan despertando llamaré por mi nombre y tú contestarás alegre, mi igual, mi hermana, mi semejante.
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Juana Castro (Villanueva de Córdoba, 1945)
Amor mío
Antonia buena chica ingresó ya cadáver. Carmen muy educada vaqueros blusa beis y Raquel silenciosa es el amor.
Amor de amoratarse amor que es amoldar y amancillar. Amor de amenazar amor de amurallar amor de amartillar y de amasijo.
Amor de amortajar.
Rosa Lola María Inés Luisa mi amor.
Compañero mi amigo mi enemigo.
Rafael veinte años arma blanca su novia en una calle. José Pablo dos hijos divorciado y Raúl empresario gran sonrisa el amor.
Es el amor que amengua que amuralla que amortece y amarra.
Amor de amuñecar amor que es amputar amor de amilanar y de ambulancia.
Amor de amordazar.
Manuel Félix Cristóbal Jaime Isidro mi amor.
Mi señora mi dueña mi rehén.
Amo mío mi amor.
El anillo no sabe no sabía. El anillo. El cuchillo.
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Gioconda Belli (Managua, 1948)
Y Dios me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y me cavó por dentro, me hizo un taller de seres humanos. Tejió delicadamente mis nervios y balanceó con cuidado el número de mis hormonas. Compuso mi sangre y me inyectó con ella para que irrigara todo mi cuerpo; nacieron así las ideas, los sueños, el instinto. Todo lo que creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días por las que me levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo.
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Mada Alderete Vincent (Madrid, 1959)
una de cada equis mujeres está ahora mismo siendo maltratada voy por la calle contando ésta no, ésta no, ésta no, ésta no, ésta no, ésta sí subo las escaleras contando la del primero a no, la del primero b no, la del segundo a no la del segundo b sí y luego está lo de las pesadillas oigo gritos por las noches me despierto asustada están pegando a una mujer el hombre que duerme a mi lado me dice ssshhh tranquila, nadie llora son las vecinas que se ríen a carcajadas le miro sospechosamente no les encubras, le digo adormilada alguno como tú está pegando ahora a alguna como yo
pero él ya está roncando cuando acabo la frase
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Gisela López (Guatemala, 1960)
Hay que romper el hechizo
Es necesario revertir el hechizo. Ese, que borra a las mujeres de los libros de historia, de las esferas de poder, de las antologías. Ese, que las encierra entre cuatro paredes, con solo colocarles un anillo.
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Marta Navarro García (Zaragoza, 1965)
Nosotras
Cualquier día, nosotras, a menudo invisibles por los siglos de los siglos, en lugar de negociar cuotas, raciones de respeto, y homenajes tardíos, ocuparemos los asientos de nuestra vida sin pedir permiso, sin el visto bueno de la historia.
Cualquier día, nosotras, silenciadas por los siglos de los siglos, en lugar de comprar un libro, un coche, un champú, un bocadillo o un bonobús, compraremos un mundo y os devolveremos el vuestro. El que habéis convertido en finca privada, en apartheid milenario.
Y nuestro mundo será un mundo con curvas o sin curvas, un mundo rizado o liso, con tacones o con zapatillas, un mundo lleno de ríos, de bosques, de plazas, de derechos, todos los derechos que quepan en nuestros bolsillos, en nuestras cabezas, en nuestras vidas. Derechos cavando fosas sobre los privilegios.
Y si los dioses de cualquier religión vienen a instalar su franquicia de eterna culpa o reclaman su ilegítimo poder sobre nuestros cuerpos, les cerraremos la puerta de la sinrazón y haremos que coman de nuestra mano las uvas sin ira.
Y si la tristeza saca sus uñas de lunes lluvioso sobre los días, haremos de nuestra comunidad la mejor trinchera, una trinchera multiétnica y multiética, multigénera y multifeliz.
Cualquier día, nosotras borraremos del diccionario las palabras: víctima, agresión, invisible, machista, golpes, minuto de silencio. Cualquier día, nosotras, en lugar de encender una vela tras cada funeral, ocuparemos el mundo donde volver a ser quienes fuimos, un mundo donde no será necesario hacerle el boca a boca a nuestras vidas.
Cualquier día, nosotras desde nuestra ventana observaremos el final de la violencia como quien observa un glaciar milenario ardiendo a la deriva y tal vez, tal vez os tendamos un puente. El único puente posible para llegar al otro lado del mundo.
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Shirley Campbell (Costa Rica, 1965)
Rotundamente negra
Me niego rotundamente A negar mi voz, Mi sangre y mi piel. Y me niego rotundamente A dejar de ser yo, A dejar de sentirme bien Cuando miro mi rostro en el espejo Con mi boca Rotundamente grande, Y mi nariz Rotundamente hermosa, Y mis dientes Rotundamente blancos, Y mi piel valientemente negra. Y me niego categóricamente A dejar de hablar Mi lengua, mi acento y mi historia. Y me niego absolutamente A ser parte de los que callan, De los que temen, De los que lloran. Porque me acepto Rotundamente libre, Rotundamente negra, Rotundamente hermosa.
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Elena Castillo Castro (Lorca, Murcia, 1979)
Trámites
Veamos: solo tiene manchas violetas en torno a las muñecas y el himen roto. ¿Algo más? Ya, la noche dice usted que encerrada, pero, ¿quién más lo ha visto? o ¿quién más asegura que no fue voluntario? Y, en fin, ahora diga ¿de qué se queja usted exactamente?
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Eva Gallud (Madrid, 1973)
Las benévolas
hermosas deben de ser las benévolas con sus blancos lirios en las manos y sus hombros esparcidos de dolores hermosas deben de ser las que llevan dentro la furia en los ojos la tormenta dentro del vaso agua dulce dentro del vientre llevan las benévolas toda la rabia y la sangre de las desleídas las deslavazadas las blancas las incoloras las muertas las matadas las madres amedrentadas todo el dolor todos los versos del verano incólume de lunas rojas dentro del vientre viento huracán de uñas llevan dentro las benévolas
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María Luisa Viu Blanch (Sevilla, 1976 )
Confesiones
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros hermanos que he pecado mucho de pensamiento, al imaginar que mi cuerpo era una soga y que con él jugábamos al ahorcado, pero siempre faltaba una letra y me salvaba por casualidad. De palabra, al hablar de cultura, de buenas intenciones, de perdón que no de pendón, de sentirme mujer y reivindicar mis derechos, de decir amor y no sí mi amo y de no excavar en la cama mi tumba. Confieso que he pecado de omisión por no llamar al 016, ni al 091, por no llamar a nadie, para qué, no habría servido ni llamar a Dios, la línea siempre comunica.
Por mi culpa, por tu culpa, por su gran culpa.
Por eso ruego a la justicia siempre ciega, a los jueces, a los gobernantes y a vosotros compañeros que no se frivolice más en la tele, menos anuncio y más leyes y que intercedáis por mí ante el Dios de la palabra y la poesía. Como la excomunión la tengo asegurada. Tened misericordia de mí, perdonad mi pecado y deseadme una vida plena y sin anuncios de famosos que no saben lo que hacen.
Así sea.
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Nadia Anjuman (Herat, Afganistán, 1980-2005)
No deseo abrir la boca
Llevo mucho tiempo en silencio pero nunca olvidé la melodía que no paro de susurrar. Las canciones que brotan de mi corazón me recuerdan que algún día romperé la jaula. Volando saldré de esta soledad y cantaré con melancolía. No soy un frágil álamo sacudido por el viento. Soy una mujer afgana. Entiéndase pues mi constante queja. Estoy enjaulada en este rincón llena de melancolía y pena… Mis alas están cerradas y no puedo volar… Soy una mujer afgana y debo aullar.
***
Bárbara Alí (Buenos Aires, 1984)
Mi cuerpo no es tu cuerpo mi cuerpo no es tu casa ni cosa ni propaganda ni tu accesorio nuevo mi cuerpo no es un decorado no es telón de fondo no es vasija ni maniquí ni espejo donde brille tu reflejo mi cuerpo no quiere quedarse en casa ni mucho menos ser templo en silencio mi cuerpo no se programa no se legisla no se esconde no es escolta mi cuerpo no limpia no borra las huellas de tus botas no disimula en una reunión mi cuerpo estalla sonríe grita inventa pregunta horada se desata se disuelve se recompone sueña yo decidiré cuándo puedas entrar si algún día algo puede quedarse a vivir allí.
***
Isabel Martín Ruiz (Isla Canela, mediados de los 80)
Sh, sh, eh guapa
No soy ¡sh sh sh! No soy ¡eh guapa!
Soy Isabel, María, Amparo, Julia. Soy Manuela, Lucía, Paloma, Ana.
Soy del 70% que ha sufrido violencia física o sexual a manos de una pareja.
Soy tu madre, tu hermana, tu compañera de trabajo, tu amiga, la que pasa por ahí.
Soy a la que llamas calienta-pollas. La que escucha tu… «no me dejes así ya que estás»
Soy la de la talla M con extra de curvas intallables.
Soy a la que acabas de asesinar y van 992
Soy la que ve los anuncios de reglas limpias, azules (¿?) que huelen a nubecitas.
Soy por la que dices levantas tu puño machista en las manis del 8 de marzo, «compañero» activista.
Soy una bruja.
Soy la bisnieta de «la pobre» que era muy guapa y simpática con la que los hombres se portaron mal.
Soy a la que violaste asqueroso cabronazo.
Soy la de «es que iba provocando».
Soy la que se cansa de «supuestos» casos de (…) y de «presuntos» asesinos.
Soy a la que no das gracias.
Soy la que cuidó y cuida y está hasta el coño.
Soy la de «hija tú no tengas prisa de hombre que ahí se te acaba todo».
Soy a la que obligáis a parir (que no a ser madre).
Soy a la que temes libre.
Soy a la que llamaste marimacho y guarra.
Soy Antonia, Esther, Laura, Ángela, Alba, Frida.
No soy ¡sh sh sh! No soy ¡eh guapa!
***
Bibiana Collado Cabrera (Borriana, 1985)
Calcomanía
A veces repaso con boli los bordes de la herida, como si la tinta azul fuera capaz de contener la expansión del morado. Repaso igual que mi hija repasa los bordes de las calcomanías que empiezan a desdibujársele en el brazo. A veces, incluso, le dibujo a la herida ojitos y boca. Un día, incluso, le dibujé una lengua burlona. Ella lo vio y sonrió. Esa fue la primera vez que tuve miedo.
***
Patricia González López (Buenos Aires, 1986)
Ni muy trillado
No me enseñaron a quererme me enseñaron lo que hay que hacer para ser querida me enseñaron a ser objeto de placer de lo contrario una inútil me enseñaron a ser deseada a querer ser partida me enseñaron a mostrar las piernas me enseñaron que soy lo que disponga un grito de calle me enseñaron que la bondad es decir que sí que es un juego de minita decir que no que soy la responsable de la voluntad del psicópata me enseñaron a asumirme culpable de mi primera violación, que mi trauma es la absolución de la segunda el hostigamiento no es tanto si el niño es sufrido el violador es menos violador si el niño ultrajado que quizás un poco me guste el manoseo de tren si la violación es colectiva es porque quiero fiesta soy culpable del estado analfabeto de la comicidad de algún funcionario virgen que no entiende del vaciamiento corporal culpable de la soledad estructural de mi alma culpable de haber aprehendido la sumisión como respeto culpable de la vergüenza de pedir ayuda quizás deseo sufrir quizás me merezco el bife algo habré hecho la culpable soy yo la culpable soy yo la culpable soy yo por creer que no va a pasar nunca más que se va a disculpar soy habitante de la falocracia me enseñaron venderme al mejor postor que por lo menos me pague el café que me dé un techo que invite la cena que me coja que me traslade que me quiera seguir cogiendo que me quiera solo para él que me cele, que me grite, que me parta, que me encierre, me prohíba me sacuda me mate siempre por pasión.
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Irene X (Zaragoza, 1990)
Soy mujer, amante, amiga, hermana, compañera, puta, musa, enemiga, deseo, nieta, confidente y pequeña, entre otras personas, animales o cosas tontas. En un mundo sin flores las tumbas estarían llenas de muertos. Soy mujer; dime qué coño tengo que envidiarle a la puta primavera.
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Rupi Kaur (Punjab, 1992)
Quiero disculparme con todas las mujeres a las que he llamado bonitas antes de haberlas llamado inteligentes o valientes. Lamento si hice sonar complicado algo tan simple como con lo que se nace, es de lo que tienes que estar más orgullosa como cuando tu espíritu ha aplastado las montañas. De ahora en adelante, voy a decir cosas como eres resistente o eres extraordinaria, no porque crea que no eres bonita, sino porque eres mucho más que eso.
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Elvira Sastre (Segovia, 1992)
Somos mujeres
Miradnos. Somos la luz de nuestra propia sombra, el reflejo de la carne que nos ha acompañado, la fuerza que impulsa a las olas más minúsculas.
Somos el azar de lo oportuno, la paz que termina con las guerras ajenas, dos rodillas arañadas que resisten con valentía.
Miradnos. Decidimos cambiar la dirección del puño porque nosotras no nos defendemos: nosotras luchamos.
Miradnos. Somos, también, dolor, somos miedo, somos un tropiezo fruto de la zancadilla de otro que pretende marcar un camino que no existe. Somos, también, una espalda torcida, una mirada maltratada, una piel obligada, pero la misma mano que alzamos abre todas las puertas, la misma boca con la que negamos hace que el mundo avance, y somos las únicas capaces de enseñar a un pájaro a volar.
Miradnos. Somos música, inabarcables, invencibles, incontenibles, inhabitables, luz en un lugar que aún no es capaz de abarcarnos, vencernos, contenernos, habitarnos, porque la belleza siempre cegó los ojos de aquel que no sabía mirar. Nuestro animal es una bestia indomable que dormía tranquila hasta que decidisteis abrirle los ojos con vuestros palos, con vuestros insultos, con este desprecio que, oídnos: no aceptamos.
Miradnos. Porque yo lo he visto en nuestros ojos, lo he visto cuando nos reconocemos humanas en esta selva que no siempre nos comprende pero que hemos conquistado.
He visto en nosotras la armonía de la vida y de la muerte, la quietud del cielo y del suelo, la unión del comienzo y del fin, el fuego de la nieve y la madera, la libertad del sí y el no, el valor de quien llega y quien se va, el don de quien puede y lo consigue.
Miradnos, y nunca olvidéis que el universo y la luz salen de nuestras piernas. Porque un mundo sin mujeres no es más que un mundo vacío y a oscuras.
Y nosotras estamos aquí para despertaros y encender la mecha. |
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