ÁNGEL RODRÍGUEZ TORRES

"Este último mordisco es un bocado doble. De un lado, Israel, que no quiere que sus esfuerzos bélicos se eternicen porque de ello depende su propia supervivencia, la cual será muy dura incluso ocupando todo el territorio palestino. 

2025-08-15

La última dentellada

El perro más peligroso no es el más fuerte ni el que tiene un aspecto más atemorizante, sino el inseguro y el que está a punto de morir.

Ante nuestros ojos, y muy especialmente durante los últimos meses, el mundo entero está asistiendo, cariacontecido y sin dar una respuesta firme, al último y feroz mordisco del IV Reich Sionista en el que se ha convertido el estado de Israel. O más bien deberíamos hablar del “Estado Likudista” de Israel, ya que ni todos los israelitas —ni mucho menos todos los judíos— apoyan el exterminio de la población palestina y la ocupación de sus tierras, ambas ilegales según el Derecho Internacional.

Para Israel ha llegado el momento de la “Solución Final” porque de ella depende su supervivencia. Durante los últimos meses hemos visto como la tan cacareada efectividad del armamento israelí como de las FDI han quedado entredichas. A pesar de contar con el apoyo militar y logístico de EE. UU., sin el cual no existiría, y del militar y económico por parte de la Unión Europea y Reino Unido, el estado sionista ha sufrido numerosas derrotas en el campo de batalla contra Hezbolá y el resto de la resistencia palestina. Ni que decir tiene el ridículo histórico de la famosa “Cúpula de Hierro” que poco pudo hacer contra el ataque en el mes de junio contra los anunciados misiles iraníes. Y ello a pesar de que estaban informados por el propio país persa y por sus aliados en la zona: Siria, Líbano y Jordania.

Huelga decir que toda la información sobre las derrotas del binomio EE. UU. Israel no la encontramos en los medios de comunicación occidentales tradicionales.

Además, este fracaso es más notorio si tenemos en cuenta los “enemigos” de Israel en la zona, o más bien, los enemigos que nos han vendido en Occidente.

Por un lado, nos encontramos al brazo armado de Hamás. Según nuestros medios de comunicación no son más que un grupo desordenado de terroristas que escapan a través de túneles, pero a los que Israel no solo no ha sido capaz de vencer, sino que ha sido incapaz de descabezar. Por otro lado, tenemos a dos grupos como Hezbolá y los hutíes de Ansarolá. Con una imagen de ambos grupos descabezados, sin jerarquía interna y que van a la guerra con tirachinas y en zapatillas al campo de combate. Por último, tenemos al único estado que ha decidido apoyar claramente a la resistencia palestina, Irán. Un país que según el Mosad y la inteligencia estadounidense llevan décadas “a punto de concluir su programa nuclear” y que fue capaz de penetrar sin grandes dificultades en la defensa israelita.

Por todo lo mencionado anteriormente Israel está en peligro de supervivencia —más allá de la crisis económica en la que vive, la falta de munición y de hombres para seguir manteniendo el conflicto, los numerosísimos escándalos que afectan al gobierno y su enorme dependencia de su amo “yanki”.

Esta falta de victorias contundentes está haciendo que redoblen sus esfuerzos en asesinar a personas inocentes, cortar el suministro de recursos básicos para la población de Palestina y cercenar toda infraestructura, especialmente la energética, que permita a dicha población mantener una vida corriente.

¿Se puede luchar contra esta dentellada final? La respuesta corta es clara, no. Israel cuenta con un apoyo enorme por parte de EE. UU. y la mirada cómplice de Reino Unido y la UE. Sin embargo, si la resistencia palestina sigue haciendo frente a las acometidas sionistas y sigue aumentando la presión internacional —aquí hay que recordar que solo los socios de Israel lo apoyan, es decir, el 75% del mundo está con el pueblo palestino— podremos ver un paso atrás de Israel y de su titiritero.

Por último, pro no menos importante, habría que ver qué hacen otras potencias de este nuevo mundo multipolar, especialmente Rusia y China.

Vladímir Putin se muestra reticente en dar apoyo a la resistencia palestina, ya que según sus propias palabras “muchos judíos viven en Rusia”. De nuevo mezclando el antisemitismo con el sionismo. Sin embargo, el que, si se debe mover, y rápido, es el gigante asiático. El territorio que Israel pretende ocupar es de gran importancia geoestratégica para la Nueva Ruta de la Seda. EE. UU. lo sabe, y por ello quiere crear un gran estado de Israel que sea garante de sus intereses geopolíticos en Oriente Medio y China, si desea que su proyecto prospere deberá evitarlo a toda costa.

Este último mordisco es un bocado doble. De un lado, Israel, que no quiere que sus esfuerzos bélicos se eternicen porque de ello depende su propia supervivencia, la cual será muy dura incluso ocupando todo el territorio palestino. Por otro lado, el “Tío Sam” ve como los esfuerzos de cooperación entre el resto de potencias emergentes y el Sur Global ponen en riesgo su superioridad en Oriente Medio. Ya han conseguido domar a Siria, Líbano, Jordania o Egipto. ¿Lo conseguirán con Palestina? Esperemos, por el bien del mundo, que no.


 

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