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INFORMACIÓN - NOTICIAS "Desde Jaén a El Escorial, llevaron con ellas los sentipensares de las mujeres pobres, migrantes, excluidas, sobrevivientes de abusos… |
2025-05-12
Mujeres creyentes por otra iglesia posible
REDACCIÓN /LIBREOPINANTE
PROMOVER UNA ESPIRITUALIDAD ANCLADA EN LA VIDA Y EN EL COMPROMISO POR OTRO MUNDO POSIBLE EN EL QUE LA VIDA DE LAS MUJERES IMPORTE
Entre cantos compartidos, oraciones tejidas desde la entraña, abrazos que sanan y palabras que incendian esperanzas, más de 200 mujeres creyentes y feministas se dieron cita en El Escorial durante el fin de semana para gritar que la vida de las mujeres importa, también y, sobre todo, en la Iglesia.
Convocadas por el III Encuentro Estatal de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia bajo el lema “Creyentes y feministas: razones para la esperanza”, llegaron desde todos los rincones del Estado, desde 29 diócesis, de las 33 en las que existe actualmente el movimiento de la Revuelta. También Jaén, también Ainhoa Lobato Cintas, también las voces silenciadas, también las heridas sin nombre. Allí estuvieron presentes, conscientes, militantes.
Durante tres días intensos, del 9 al 11 de mayo, han tejido con paciencia de costureras una espiritualidad que brota de la vida, una fe que se deja interpelar por el dolor y por la lucha de las últimas. Desde la primera acogida, entre saludos cálidos y miradas cómplices, hasta la última comida compartida, han sentido que el Espíritu sopla desde abajo, desde las márgenes.
Hubo oración, hubo reflexión, hubo acción. Se han preguntado de dónde vienen y hacia dónde van. Han escuchado la Ruah, presentado las revueltas, compartido sueños y estrategias. Han participado en talleres que atraviesan los cuerpos y las teologías: mujeres en la Pasión, feminismos descolonizadores, sexualidades divergentes, presencia en la Iglesia, danzas contemplativas, performance y reivindicación.
Y en medio de todo, un clamor que no cesa: que la igualdad se haga costumbre, que el patriarcado sea reconocido como pecado, que las voces de las mujeres se escuchen desde los altares hasta las plazas.
Desde Jaén a El Escorial, llevaron con ellas los sentipensares de las mujeres pobres, migrantes, excluidas, sobrevivientes de abusos…
Por ellas y con ellas, levantaron la voz. Por ellas y con ellas, se comprometen a:
• Seguir creando comunidades cristianas sororales.
• Impulsar una teología feminista desde la vida cotidiana.
• Apoyar la diversidad sexual y reclamar espacios donde denunciar los abusos y acompañar a las víctimas.
• Producir celebraciones que hablen un lenguaje inclusivo, liberador, tierno y combativo.
• Y, sobre todo, promover una espiritualidad encarnada en la historia, tejida con esperanza y encendida por el deseo de un mundo donde ser mujer no duela, y donde vivir, por fin, sea sinónimo de plenitud.
Terminaron con los pies cansados, pero con el alma encendida. El Dios de la vida camina con las mujeres. La Revuelta sigue. La esperanza también.
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