ALASTAIR CROOKE

"El comportamiento amable no cambiará el paradigma. El fracaso sí.

2024-10-20

El comportamiento amable no cambiará el paradigma. El fracaso sí.

Alastair Crooke

14 de Octubre de 2024

https://strategic-culture.su/news/2024/10/14/israel-does-what-does-was-always-planned-this-way/

            El comportamiento amable no cambiará el paradigma. El fracaso sí.

            Con el asesinato de Sayed Hassan Nasrallah y de varios de los principales dirigentes de Hizbulá en Beirut –expresamente sin previo aviso al Pentágono– Netanyahu dio el pistoletazo de salida a una ampliación implícita de la guerra por parte de Israel hacia –utilizando el término israelí– los “tentáculos del pulpo”: Hizbulá en el Líbano; Ansarullah en Yemen; el gobierno sirio y las fuerzas iraquíes de Hash’ad A-Shaabi.

            Pues bien, después del asesinato de Ismail Haniyeh y parte del cuadro de dirigentes de Hizbulá (incluido un alto general iraní), Irán –demonizado como la “cabeza de pulpo”– entró en el conflicto con una andanada de misiles que apuntaron aeródromos(1), bases militares y el cuartel general del Mossad –pero sin causar muertes intencionalmente.

            De este modo, Israel convirtió a Estados Unidos (y a la mayor parte de Europa) en socios o cómplices de una guerra que ahora se presenta definitivamente como neoimperialismo contra todo el no-Occidente. Los palestinos –los iconos globales de la aspiración a la liberación nacional– debían ser aniquilados de la Palestina histórica.

            Además, el bombardeo de Beirut y la respuesta de Irán al mismo enfrentan ahora a Israel, respaldado y apoyado materialmente(2) por Estados Unidos, contra Irán, respaldado y apoyado materialmente por Rusia. Israel, advierte el corresponsal militar de Yedioth Ahronoth(3), “debe volverse loco y atacar a Irán, porque atacar a Irán “pondrá fin a la guerra actual”.

            Es evidente que marca el fin de la estrategia de “jugar limpio” –de escalar gradualmente, un paso calculado tras otro–, como si se estuviera jugando al ajedrez con un oponente que calcula de manera similar. Ahora ambos amenazan con golpear el tablero con un martillo. “El ajedrez se acabó”.

            Parece que Moscú también entiende que no se puede jugar al “ajedrez” cuando el oponente no es un “adulto”, sino un sociópata temerario dispuesto a barrer el tablero, a jugarlo todo en una efímera jugada de “gran victoria”.

            Si se mira desapasionadamente, o bien los israelíes están invitando a su propia desaparición al extenderse demasiado en siete frentes, o bien su esperanza reside en invocar la amenaza de su desaparición como medio para hacer intervenir a Estados Unidos. Como con Zelensky en Ucrania, no hay “ninguna esperanza” a menos que Estados Unidos sume su poder de fuego de manera decisiva –asumen tanto Netanyahu como Zelensky–.

            Así, en Asia occidental, Estados Unidos está apoyando ahora nada menos que una guerra contra la humanidad per se y contra el mundo. Es evidente que esto no puede ser en beneficio propio de Estados Unidos. ¿Se dan cuenta sus poderosos Panjandrums* de las posibles consecuencias que puede tener para Estados Unidos enfrentarse al mundo en un acto de crasa inmoralidad? Netanyahu está apostando su casa –y ahora la de Occidente– al resultado de su “apuesta” en la ruleta.

            ¿Existe entre los Panjandrums la sensación de que Estados Unidos está apostando por el caballo equivocado? Aunque parece que hay algunos opositores situados en un alto nivel en el ejército estadounidense que tienen reservas –como en cada “juego de guerra” que Estados Unidos pierde en Oriente Próximo– sus voces son pocas. La clase política en general clama venganza contra Irán.

            El profesor Michael Hudson ha abordado y explicado el dilema de por qué hay tan pocas voces de oposición en Washington. Hudson explica que las cosas no son tan simples; que falta el contexto. La respuesta del profesor Hudson está parafraseada a continuación a partir de dos largos comentarios (aquí(4) y aquí(5)):

            “Todo lo que ha sucedido hoy fue planeado hace apenas 50 años, en 1974 y 1973. “Trabajé en el Instituto Hudson durante unos cinco años, de 1972 a 1976. Asistí a reuniones con Uzi Arad, quien se convirtió en el principal asesor militar de Netanyahu después de dirigir el Mossad. Trabajé muy de cerca con Uzi allí… Quiero describir cómo toda la estrategia que llevó a los Estados Unidos de hoy, que no quieren la paz, sino que quieren que Israel se apodere de todo el Cercano Oriente, tomó forma gradualmente.

            “En una ocasión, llevé a mi mentor, Terrence McCarthy, al Hudson Institute para hablar sobre la cosmovisión islámica, y cada dos frases, Uzi me interrumpía: “No, no, tenemos que matarlos a todos”. Y otras personas, miembros del Instituto, también hablaban continuamente de matar árabes”.

            La estrategia de utilizar a Israel como ariete regional para lograr los objetivos (imperiales) de Estados Unidos fue elaborada esencialmente en los años 60 por el senador Henry “Scoop” Jackson. Jackson era apodado “el senador de Boeing” por su apoyo al complejo militar-industrial. Y el complejo militar-industrial lo respaldó para convertirse en presidente del Comité Nacional Demócrata. También fue dos veces candidato fracasado a la nominación demócrata para las elecciones presidenciales de 1972 y 1976.

            Bueno, también lo respaldó Herman Kahn, que se convirtió en el estratega clave para la hegemonía estadounidense en el Hudson Institute.

            En un principio, Israel no tenía un papel importante en el plan de Estados Unidos; Jackson (de ascendencia noruega) odiaba al comunismo, odiaba a los rusos y tenía mucho apoyo en el Partido Demócrata. Pero cuando se estaba preparando toda esta estrategia, el gran logro de Herman Khan fue convencer a los constructores del imperio estadounidense de que la clave para lograr su control en Oriente Medio era confiar en Israel como su legión extranjera.

            Y ese acuerdo de independencia le permitió a Estados Unidos desempeñar el papel, dice Hudson, de “policía bueno”, mientras que designaba a Israel para que desempeñara su papel de despiadado representante. Y es por eso que el Departamento de Estado entregó la gestión de la diplomacia estadounidense a los sionistas, para separar y distinguir el comportamiento israelí de la pretendida probidad del imperialismo estadounidense.

            Herman Khan describió al profesor Hudson la virtud de Jackson para los sionistas como precisamente el hecho de que no era judío, era un defensor del complejo militar y un fuerte oponente del sistema de control de armas que estaba en marcha. Jackson luchó contra el control de armas: “Tenemos que tener una guerra”. Y procedió a atiborrar el Departamento de Estado y otras agencias estadounidenses de neoconservadores (Paul Wolfowitz, Richard Pearl, Douglas Fife, entre otros), quienes, desde el principio, planearon una guerra mundial permanente. La toma de control de la política gubernamental estuvo liderada por los antiguos ayudantes de Jackson en el Senado.

            El análisis de Herman era un análisis de sistemas: primero, definir el objetivo general y luego trabajar hacia atrás. “Bueno, puedes ver cuál es la política israelí hoy. En primer lugar, se aísla a los palestinos [en] aldeas estratégicas. En eso ya se había convertido Gaza durante los últimos 15 años”.

            “El objetivo desde el principio ha sido matarlos. O, en primer lugar, hacerles la vida tan desagradable que emigren. Ese es el camino fácil. “¿Por qué alguien querría quedarse en Gaza cuando lo que les está sucediendo es lo que está sucediendo hoy en día? Te vas a ir. Pero si no se van, vas a tener que matarlos, idealmente mediante bombardeos porque eso minimiza las bajas internas”, señala Hudson.

            “Y nadie parece haberse dado cuenta de que lo que está sucediendo en Gaza y Cisjordania ahora se basa en la idea de las “aldeas estratégicas” de la guerra de Vietnam: el hecho de que se podría dividir todo Vietnam en pequeñas partes, teniendo guardias en todos los puntos de transición de una parte a otra. Todo lo que Israel está haciendo a los palestinos en Gaza y en otras partes de Israel fue iniciado en Vietnam”.

            Si analizamos a estos neoconservadores, Hudson relata:

            “Eran una especie de religión. Conocí a muchos en el Instituto Hudson; algunos de ellos, o sus padres, eran trotskistas. Y retomaron la idea de Trotsky de la revolución permanente. Es decir, una revolución en desarrollo, mientras que Trotsky dijo que había comenzado en la Rusia soviética y se iba a extender por todo el mundo. Los neoconservadores adaptaron esto y dijeron: “No, la revolución permanente es el imperio estadounidense; se va a expandir y extenderse y nada puede detenernos, por todo el mundo”.

            Los neoconservadores de Scoop Jackson fueron traídos, desde el principio, para hacer exactamente lo que están haciendo hoy. Para empoderar a Israel como representante de Estados Unidos(6), para conquistar los países productores de petróleo y convertirlos en parte de un gran Israel.

            “Y el objetivo de Estados Unidos siempre fue el petróleo. Eso significaba que Estados Unidos tenía que asegurar el Cercano Oriente y había dos ejércitos representantes para hacerlo. Y estos dos ejércitos lucharon juntos como aliados, hasta hoy. Por un lado, los yihadistas de Al Qaeda, por el otro, sus dirigentes, los israelíes, de la mano”.

            “Lo que estamos viendo es, como dije, una farsa de que, de alguna manera, lo que está haciendo Israel es “todo culpa de Netanyahu, todo culpa de la derecha allí” – y sin embargo, desde el principio fueron promovidos, apoyados con enormes cantidades de dinero, todas las bombas que necesitaban, todo el armamento que necesitaban, toda la financiación que necesitaban… Todo eso se les dio precisamente para hacer exactamente lo que están haciendo hoy”.

            “No, no puede haber una solución de dos estados porque Netanyahu dijo: “Odiamos a los habitantes de Gaza, odiamos a los palestinos, odiamos a los árabes – no puede haber una solución de dos estados y aquí está mi mapa”, ante las Naciones Unidas, “aquí está Israel: no hay nadie que no sea judío en Israel – somos un estado judío” – lo dice sin rodeos”.

            Hudson llega entonces al fondo de todo el asunto. Nos señala el factor decisivo: por qué es difícil para Estados Unidos cambiar su enfoque: la guerra de Vietnam había demostrado que cualquier intento de reclutamiento por parte de las democracias occidentales no era viable. Lyndon Johnson, en 1968, tuvo que retirarse de su candidatura a las elecciones precisamente porque dondequiera que iba había manifestaciones incesantes para detener la guerra.

            La “base” que subraya Hudson es la comprensión de que las democracias occidentales ya no pueden desplegar un ejército interno mediante el reclutamiento. “Y lo que eso significa es que las tácticas actuales se limitan a bombardear, pero no a ocupar países. Por lo tanto, Israel –cuyas fuerzas son limitadas– puede lanzar bombas sobre Gaza y Hezbolá e intentar destruir lugares, pero ni el ejército israelí ni ningún otro ejército sería realmente capaz de invadir y tratar de apoderarse de un país, o incluso del sur del Líbano –como hicieron los ejércitos en la Segunda Guerra Mundial–, de modo que Estados Unidos aprendió la lección y recurrió a intermediarios”.

            “¿Qué le queda entonces a Estados Unidos? Bueno, creo que sólo hay una forma de guerra no atómica que las democracias pueden permitirse, y es el terrorismo [es decir, buscar de forma positiva enormes muertes colaterales]. Y creo que se debería considerar a Ucrania e Israel como la alternativa terrorista a la guerra atómica”, sugiere Hudson.

            En definitiva, señala, ¿qué implica esto, si Israel sigue insistiendo en involucrar a Estados Unidos en su guerra regional? Estados Unidos no va a enviar tropas. No puede hacerlo. Los cuadros gobernantes han intentado el terrorismo y el resultado del terrorismo es alinear al resto del mundo contra Occidente, horrorizado por las matanzas sin sentido y por la violación de todas las reglas de la guerra.

            Hudson concluye: “No veo que el Congreso sea razonable. Creo que el Departamento de Estado, la Agencia de Seguridad Nacional y la dirigencia del Partido Demócrata, con su base en el complejo militar-industrial, están absolutamente comprometidos”.

            Estos últimos podrían decir: “Bueno, ¿quién quiere vivir en un mundo donde no podemos controlar? ¿Quién quiere vivir en un mundo donde otros países son independientes, donde tienen su propia política? ¿Quién quiere vivir en un mundo donde no podemos desviar su excedente económico para nosotros? Si no podemos tomarlo todo y dominar el mundo, bueno, ¿quién quiere vivir en ese tipo de mundo?”.

            Esa es la mentalidad con la que nos enfrentamos: “portarse bien” no cambiará ese paradigma. El fracaso sí lo hará.

 

*El Panjandrum fue una bomba autopropulsada experimental británica, diseñada para destruir fortificaciones, pero Alastair lo emplea aquí como personas importantes.  

           

Notas

(1)https://www.wsj.com/world/middle-east/iran-missiles-israel-overwhelm-defence-a7cbd9af

(2)https://x.com/dylanotes/status/1844133110914613329

(3)https://www.ynetnews.com/article/s1l2oqfy1e

(4)https://www.nakedcapitalism.com/2024/10/richard-d-wolff-michael-hudson-middle-east-exploding-ukraine-crumbling-the-us-take-action.html

(5)https://www.nakedcapitalism.com/2024/04/michael-hudson-the-truth-about-the-destruction-of-the-palestinians.html

(6)https://x.com/vali_nasr/status/1844109892334092552             


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