08-05-2022

Algo se escapa a mi entender de ver la vida; me pregunto qué es lo que está pasando porque cada vez entiendo menos el surrealismo al que vamos abocados, me explico: Tenemos una Constitución Española ratificada en referéndum por el pueblo español el 6 de diciembre de 1978, donde en su capítulo segundo, Derechos y libertades, Artículo 14, dice: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión.

Opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Mi pregunta es, ¿se ha derogado?, pues he visto que se ha creado un ministerio llamado Ministerio de Igualdad donde está ya se contempla lo recogido en el mencionado artículo 14 de la Constitución Española, donde solamente deduzco que a la mujer parece ser que no tenía esos derechos y se crea dicho ministerio con la única finalidad de “crear” puestos de trabajo “a dedo”, y entiéndase la ironía, pues lo único que se pretende así es que cada vez haya más distanciamiento en la convivencia de entre mujeres y hombres de nuestro pueblo español, con absurdas leyes que tratan de llamar de defensa y protección, cuando en realidad lo que se está logrando es justamente lo contrario, donde la mujer, siempre digna de respeto, le dan una serie de derechos y defensa, que siempre han existido, solo que en este caso se han tergiversado, pasando del respeto mutuo a tener cuidado en cada acto por parte del hombre en que se le pueda encausar en delito el más mínimo atisbo donde poder convertirlo en causa delictiva contra la mujer.

Donde una simple mirada se pueda convertir en motivo de denuncia e incluso detención con calabozo incluido sin opción de demostrar su defensa, prevaleciendo únicamente el testimonio de la denunciante; hasta que un juez o jueza dictamine si hubo o no delito con tan solo el testimonio de la denunciante, como ya bien dije. Un ministerio al que regalan veinte mil millones de euros (de nuestros impuestos) para gastarse en eventos, actos y campañas surrealistas donde se fomenta odio, desprecio, etc. hacia el hombre, como así se demuestra en numerosos videos y eventos que a día de hoy circulan por las redes; dinero que del que viven muchas mujeres que fomentan lo que he descrito y que siendo en minoría, aprovechan del sistema de gobierno que tenemos para hacer creer que representan a todas las mujeres, cuando en realidad es una gran mayoría las que no se sienten representadas (remítanse a observar perfiles y caerán en la cuenta de mis palabras).

“realidad donde ser hombre es tener que pedir perdón por serlo, y que cada paso en nuestras vidas esté cada vez más lleno de delgadas líneas rojas que no se puedan pisar, ni menos traspasar...”

Una realidad donde ser hombre es tener que pedir perdón por serlo, y que cada paso en nuestras vidas esté cada vez más lleno de delgadas líneas rojas que no se puedan pisar, ni menos traspasar… y me temo que ni acercarse, pues corremos el riesgo de ser víctimas de una denuncia por el simple hecho de una mirada, y no digo ya de un piropo, (algo tan español, como apreciado por una gran mayoría de mujeres), las mujeres que rodean mi vida NO SE SIENTEN REPRESENTADAS, y yo ante esa realidad, pido perdón por ser hombre.

¿Dónde queda la bandera de la caballerosidad que tanto representó y seguirá representando a nuestros hombres españoles? ¿Dónde está la Constitución Española que el referenciado artículo dice que todos y todas somos iguales? ¿Dónde está ese Tribunal que permitió y aprobó dicho ministerio y permite la tan colosal suma presupuestaria, con a que está cayendo?, como se suele decir. Cada día que salgo a la calle he hacerlo con sumo cuidado, pues temo encontrarme con alguna “delgada línea roja” y “explote”, a modo de mina si me aproximo, y más si la traspaso; pues lo que hoy es un saludo hacia una persona de sexo opuesto se puede convertir en una pesadilla surrealista, que me puede incluso arruinar mi vida y la de mi familia, dependiendo de que de mí aleguen en su denuncia a tenor de las nuevas leyes del citado ministerio de igualdad, pues si escribo esto, es porque soy conocedor de algún que otro caso y también testigo.

Es por ello y muchas más razones, de las que estaría escribiendo de este tema durante muchísimas publicaciones, pero temo que con ello me acerque “peligrosamente” a algunas de las delgadas “líneas rojas” y me estalle una denuncia donde realmente no la haya, pero que este surrealismo que nos está tocando vivir, me haga repetir constantemente aquello de: PERDÓN POR SER HOMBRE.

Quiero dejar claro antes de cerrar mi artículo, que siempre hablo del género de hombre desde el punto de lo que es ser persona de bien, ciudadano y respetuoso, dentro del marco de lo que debe ser la convivencia sin que en ello estén metidos todos aquello que las noticias de sucesos, donde desgraciadamente siguen siendo protagonistas tristes actos de violencia, como asimismo, aunque menos, también hay protagonistas de violencia hacia nosotros por parte de ellas, pero eso es harina de otro costal, que en su día dedicaré mi opinión. PERDÓN POR SER HOMBRE.

 

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