"Regreso a las calles donde deseo contemplar a Dios…

2024-06-16

El cielo y la tierra

Ha muerto un niño sin bautismo, a quien ya se había anticipado su destino antes de su nacimiento. En efecto, los autores de sus días han sufrido el fallecimiento de un hijo, sin más refugio que el cielo y la tierra, es decir, conformes con la divinidad. ¿Un medio de comunicación sugiere la urgencia de un documento? ¿Sería necesario ya un documento? No es necesario, ya que la presencia de la progenitora se hizo presente en las zonas públicas, solicitando ayuda, para la llegada del niño. Se trata de una equivocación inaceptable.

Ahora me debato; ¿dónde se encuentra la justicia humana, y la misericordia divina?, no se inmutan, y el niño ya ha sido enterrado.

Regreso a las calles donde deseo contemplar a Dios…

y solo veo almas apartadas del mundo, refugiadas en una acera de mármol, y bancos solitarios, de iglesias y palacios…  Allí se encuentra aún la demanda de refugio… para la noche, la soledad y el frío, en aquel lugar en el que aún se solicita refugio para la oscuridad solo manda la soledad y el frío indiferente. ¿Será una medida de castigo que otorgan aquellos que están autorizados a transmitir la palabra de Dios y castigar a los que no rezan? En ocasiones, estos individuos son considerados padres, y el silencio les oculta la cara y los oculta en ese silencio entre velas y santos. Los ministros divinos son representantes de la divinidad.

He regresado a las áreas públicas e incesante en la contemplación de la diversidad de la existencia. ¿Qué progresos han tenido lugar en el mundo social y cuántas iniciativas han sido implementadas en la sociedad? No obstante, ¿qué esfuerzo hemos tenido que no hacer para no asistir a aquellos individuos que han perdido su vida en las aceras, de las ciudades, llenas de vida de luz, reyes, iglesias y dioses, y santos que se dedican a realizar obras maravillosas?

“Oh, Dios mío, ha fallecido un niño sin bautismo”. El sacerdote de la iglesia no ha otorgado la sepultura cristiana, y el niño fue sepultado en el campo. No se opone el padre de corazón, pues, lamentablemente, debía enfrentarse de forma justa, siempre y sí, debía enfrentarse de forma más justa a la divinidad, a los ministros y siempre de cara a Dios.