22-05-2022
Nunca sabremos hasta dónde se extienden todas nuestras relaciones, más o menos importantes, las que hemos establecido con el todo mundo a lo largo de nuestra vida. Desde que comenzamos a establecerlas, estas se han ido organizando, disminuyendo o progresando, dependiendo de las vivencias o circunstancias personales de cada uno. Y cuando uno opta por desechar las posibilidades a
su favor y acepta con resignación lo que ya sabe que le espera -o cree saberlo-, se descorazona y ya no hay vuelta atrás. Comenzamos a pensar que se ha perdido una gran parte de un todo necesario, más feliz e imprescindible. Como si fuera un seísmo del que ya formas parte, te mueves con él, sin saber la fuerza que se agita en su interior. El mundo que hasta ahora tenías se oscurece, y te hace sentir más triste y renuente, complicando tus determinaciones. Simplemente, has cambiado. Cuando te alejes de tu memoria, todas las conexiones por ti creadas desaparecerán en parte, aunque no para todos: el arrecife virtual que creaste perdurará todavía un tiempo. Él dará cabida, según la estructura que le dieras, a otras manifestaciones que irán por sí solas caminando y creando vida. Por ello, ahora pienso que será bueno que aquella estructura que creaste esté bien consolidada y segura con los materiales que pusiste.
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