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2023-11-05
Protocolos de la vergüenza
El pasado mes de octubre fue convulso: 13 víctimas mortales y 24 heridos en el incendio de las discotecas de Murcia; las milicias terroristas de Hamás lanzan un ataque sorpresa contra Israel y estos se defienden masacrando a la población gazatí; cayucos y pateras cargadas de inmigrantes e ilusiones llegan de forma descontrolada a las Canarias; la triste desaparición de Álvaro Prieto con tan solo 18 años; Elías Bendodo y el amigo del narcotraficante vagan por esta piel de toro cual fueran Juana I de Castilla y su séquito paseando el cadáver de la victoria; el PSOE se acerca a la investidura y se retrata con el fugado en Bruselas, doña Leonor “la princesa zurda” jura la Constitución y pide confianza a los españoles; la patronal y la derecha de banderita se echa las manos a la cabeza por la propuesta de Sumar de llevar la jornada laboral a 37 horas y media a la semana; la gran banca obtiene un beneficio récord de 19.761 millones de euros gracias a la subida de tipos; el informe del Defensor del Pueblo y los abusos sexuales de la Iglesia; y así hasta completar decenas, miles de noticias…
Gestionar tanta información y, alguna de índole tan triste tiene que ser un trabajo difícil para los periodistas, así como difícil resulta al ciudadano de a pie engullir tal cantidad de noticias. No obstante, entre tanta crónica de rabiosa actualidad, salta de nuevo a la palestra el fantasma de la no-gestión de la pandemia madrileña y que pone en tela de juicio el cometido de Díaz Ayuso, flamencóloga de prestigio que presenta a la Villa y corte de Madrid como capital del flamenco en la ciudad de los rascacielos.
Por periodistas, estos sí de reconocido prestigio como son Àngels Barceló, Ignacio Escolar, Juan Luis Sánchez…, sabemos que
tres años después de los hechos un juzgado madrileño ha reabierto denuncias de algunos familiares
de los 7291 ancianos fallecidos en las residencias de mayores durante los peores días de la pandemia, vayan por delante mis respetos por los que ya no están y sus allegados. En esos momentos tan difíciles, Díaz Ayuso, Enrique López y Enrique Ruiz Escudero eran responsables de presidencia, justicia y sanidad, respectivamente, mucha gente se preguntará: si estos tres políticos electos eran responsables y cobraban por ello, ¿tendrán responsabilidad en éstos “protocolos de la vergüenza”?
Las afirmaciones de Carlos Mur no tienen desperdicio alto cargo del gobierno de Ayuso llamado a declarar en los juzgados de Plaza de Castilla y que fuera encargado de firmar estos “protocolos de la vergüenza” dice que en el tramo más duro de la pandemia impedían o simplemente dificultaban el trasladar a ancianos enfermos en residencias a hospitales de la Comunidad de Madrid, admite Carlos Mur en su declaración qué no fue posible medicalizar las residencias porque los recursos de que disponían fueron enviados a otros puntos, haciendo referencia al “hospital milagro”, el Hospital de campaña de IFEMA de Madrid, al que según él fueron enviados solamente 23 ancianos, de manera que las residencias se quedan sin medios y sanitarios, no siendo atendidos sus ancianos por culpa de este protocolo, ante esta declaración el Gobierno de la Comunidad de Madrid se defiende diciendo qué tal afirmación no es verdad y que hay residencias que si fueron dotadas de medios, algo que plantea dudas si se analizan los tristes datos que se conocieron durante la pandemia.
Por otro lado,
una comisión de investigación ciudadana, trabajadoras de estas residencias, sanitarios…, dicen que: los ancianos enfermos morían asfixiados, sin atención médica, agarrados a las barandillas de sus camas, sin morfina, sin paliativos…;
otra trabajadora comenta que se podría ver el terror en sus caras, qué ancianos enfermos tosían tímidamente cuatro veces seguidas y se los llevaban y ya no volvían a saber de ellos, no sabrían si estaban muertos, si estaban vivos, si estaban en otro módulo, si donde estaban…; según los responsables de Díaz Ayuso “ellos hicieron todo lo posible”.
El periódico El País traslada la noticia de que se prioriza la atención médica a las personas que tienen seguro privado, vienen a nuestra memoria situaciones esperpénticas como la “operación bicho” en el que un ex alto cargo de la Comunidad de Madrid contrata a su propia hija para ir de residencia en residencia con un operativo más propio de un guion de Berlanga que de una pandemia, una trama de enredos y privilegios para los más pudientes que parece ser y esta vez sí, podrá situar en su contexto la justicia y dar luz a lo que realmente ocurrió.
Sin embargo, Díaz Ayuso pasa página dejando caer en más de una ocasión que las urnas ya la han juzgado esto y, efectivamente, los votantes madrileños le han concedido amplias mayorías después de estos lamentables sucesos, sin embargo, ¿los familiares y allegados de estas víctimas habrán podido pasar página?
Es posible que si vas por Madrid de cañas no te encuentres a tu ex, lo que sí es seguro que te encontrarás con gente cercana a los ancianos que han muerto de esta forma tan despiadada.
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